CASTELLÓ. Más de la mitad de las personas atendidas por la Asociación Española de centros de día de adicciones (Asecedi) en el último año tiene más de 42 años y acude a tratamiento por un problema relacionado con el abuso en el consumo de alcohol o cocaína. Un perfil que, según el último estudio epidemiológico de esta plataforma, de 2020, se ha caracterizado a lo largo del tiempo por intentar obtener resultados de muy alta exigencia y en el que también se integran aquellos pacientes que no tienen capacidad de llegar a esta cima. Los datos recogidos en Castellón reflejan cifras muy similares, especialmente entre la población más mayor. Una de cada cuatro personas atendidas por Patim en la provincia ha cumplido los cincuenta años.
Este envejecimiento de la población que acude a los centros ambulatorios de adicciones se repite en las ocho autonomías en las que trabajan las entidades agrupadas en esta organización, cuatro de ellas en la Comunitat Valenciana. Para afrontar esta realidad "menos visible", desde Asecedi plantean la necesidad de crear recursos de continuidad adaptados a las necesidades de las personas mayores con adicciones.
"Quizás ha llegado la hora de empatizar con los que no llegan, trabajando también con los objetivos menos exigentes que les proporcionen una vida plena, que en muchas ocasiones puede ser la compresión, cubrir necesidades básicas o no juzgar", explica el presidente de Asecedi y de Patim, Francisco López y Segarra. "Les hemos alargado la vida pero debemos preguntarnos seriamente si también les hemos mejorado su calidad de vida", añade.
El centro de día de Patim en Castellón, el único de la provincia que ha participado en este estudio epidemiológico, aporta dos matices significativos. La edad media de las personas en tratamiento sigue creciendo cada año, por lo que es "muy probable" que en un futuro cada vez más cercano "aumente el protagonismo" de la población mayor y con adicciones en este tipo de servicios semirresidenciales. "Habrá que ofrecer una respuesta adaptada a sus características", señala López.
Por otro lado, al analizar con detalle la edad de inicio al consumo se advierte una diferencia en cuanto al género. En los hombres, la media se sitúa por debajo de los 18 años, pero las mujeres reconocen que sus primeros pasos fueron con una edad más avanzada, en torno a los 25. El perfil de Patim constata que la cocaína -bien como sustancia única o asociada a alcohol, heroína o incluso el juego- representa un tercio de los casos del último año. Detrás se sitúan las adicciones no tóxicas (26%), que amenazan con incrementar su impacto a corto plazo.
Lejos de mostrarse como una situación puntual, el porcentaje de pacientes "mayores" se ha incrementado un 3% en relación con los datos de 2019 y supone el 55% del total de personas atendidas durante la pandemia por Asecedi. Un 27% de las 1239 personas que acudieron a tratamiento por adicciones tóxicas ya había superado los 50 años. En el caso de Castellón, un 25% de las casi cien personas atendidas por el centro de día situado en el Paseo Ribalta está por encima de esta edad.
"Quizás es el momento de comenzar la desescalada de exigencia y de que optimicemos el bienestar de estas personas sin miedo a cronificar la atención", afirma López y Segarra. La inserción integral de las personas atendidas ha supuesto un gran reto y trabajo de profesionales y pacientes. Y cada día los perfiles que demandan ayuda son más complicados. En muchos casos se ha detectado también una patología dual o trial, que en numerosas ocasiones no está diagnosticada clínicamente. "En nuestro centro de día hemos visto que hay perfiles que directamente no encajan en nuestro sistema y debemos encontrar cualquier opción que nos permita optimizar su tratamiento, siempre hemos defendido que la intervención es plural y cada persona tiene su itinerario personalizado", remarca el sociólogo castellonense.
Un informe publicado por Naciones Unidas el pasado mes de marzo también pone el foco en la "epidemia invisible" que supone el abuso de drogas entre los mayores. La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) señala que "la gente vive más tiempo y un desafío asociado es una creciente vulnerabilidad al consumo de drogas". España, Alemania, Francia y Reino Unido constatan un mayor aumento en los últimos años de cannabis entre mayores de 65 años que en cualquier otro grupo de edad, según el informe de la JIFE. "La mayoría de los programas de tratamiento están centrados en los jóvenes y este nuevo fenómeno debe ser más estudiado porque apenas hay datos", remarca.
Este aumento del consumo de drogas se debe, en su opinión, a diversos factores, uno de ellos es el envejecimiento de consumidores de la generación de posguerra -nacidos entre 1946 y 1964- y aquellos de largo recorrido que han seguido accediendo a drogas superados los 65 años. "Están quienes acuden por primera vez a estas sustancias para paliar dolores crónicos relacionados con el envejecimiento o para frente a otros problemas como la depresión y la ansiedad", matiza.
Analgésicos, traquilizantes, benzodiazepinas y sedantes suelen ser de uso también frecuente. El informe de la ONU alerta que "los mayores que consumen drogas sufren, además de un gran estigma social, más casos de muerte prematuras, depresión, suicidio y de desarrollo temprano de enfermedades degenerativas",
Asecedi se constituyó en 2003 como una asociación que agrupa a distintas entidades sociales que gestionan 16 centros de día especializados en adicciones en todo el estado. En la actualidad está presente en Andalucía, Castilla León, Cataluña, Extremadura, Madrid, Comunitat Valenciana, Asturias y Murcia. Además del tratamiento, también desarrolla programas dirigidos a familias (805 personas), inserción laboral (1238) y conductas violentas (83).