CASTELLÓ. El jurado del IV Premio ATC Impulsa, organizado por la Asociación Española de Técnicos Cerámicos, ha reconocido, en cada una de sus cinco categorías, los trabajos Sustainable multifunctional pigments, de Silvia Blasco Zarzoso, estudiante de la Universitat Jaume I (UJI); Desarrollo de celdas fotovoltaicas multicapa sobre sustratos vítreos, de Abderrahim Lahlahi Attalhaoui, alumno también de la UJI; Desarrollo de una solución de limpieza universal para tintas de inyección digital cerámica, de Carme Babiloni Rubert, estudiante del Institut el Caminàs de Castelló; Recuperación de fritas defectuosas en un colorificio, de Guisela Beltrán Cerisuelo, estudiante del IES Caminàs; y Liberación el corsé y la mujer, de Carla García Monreal, estudiante de la Escola Superior de Ceràmica de l'Alcora (Escal).
La categoría A del premio ATC Impulsa está dedicada a los alumnos de estudios superiores en el apartado de ciencia cerámica y los de la categoría B a los estudiantes del área de tecnología cerámica. La categoría C está dedicada a los alumnos de los ciclos formativos en el apartado de ciencia cerámica, y los de la categoría D a los del área de tecnología cerámica. Por último, la categoría E tiene como protagonistas a los alumnos de estudios superiores o ciclos formativos en el apartado cerámica artística.
Los autores de cada uno de los proyectos seleccionados recibirán un premio en metálico de 1.000 euros. Estos proyectos se expondrán el día 17 de noviembre, dentro de la Feria Destaca que se celebrará los días 16, 17 y 18 de noviembre en Vila-real.
El presidente de ATC, Juan José Montoro, asegura que con el Premio ATC Impulsa, que ya ha alcanzado su cuarta convocatoria, se pone de manifiesto la apuesta de la Asociación Española de Técnicos Cerámicos por la formación entre los técnicos cerámicos y el desarrollo de trabajos de investigación relacionados con el proceso cerámico, abordando tanto aspectos técnicos como de diseño, y puntualiza que esta apuesta por la formación y la investigación tiene asociada la generación de conocimientos básicos que, posteriormente se pueden aplicar y transferir al sector cerámico.
Este proceso de transferencia se convierte en una de las principales vías de inserción de los nuevos técnicos en el mundo laboral y es la mejor forma de reconocer y potenciar el afán investigador de los estudiantes cerámicos de la provincia.
Una política que encaja perfectamente con la filosofía de trabajo de ATC, explica Montoro, quien subraya que desde su fundación, hace 46 años, la labor de ATC ha estado dedicada "a difundir el conocimiento con el objetivo de que los técnicos cerámicos, así como los estudiantes de cualquier rama vinculada con la industria cerámica, estén perfectamente formados e informados en todo momento y, de este modo, el clúster cerámico castellonense pueda mantener su liderazgo mundial".