CASTELLÓ. La Confederación de Empresarios de Castellón ya es historia. El juzgado de lo Mercantil número 1 de Castellón ha notificado recientemente a los acreedores de la antigua patronal castellonense la conclusión del concurso que tenía abierto desde finales de 2016. La solicitud de esta medida por parte de la junta rectora que tomó el relevo del equipo directivo previo tenía la finalidad de tratar de superar su angustiosa situación, con 1,75 millones de euros de deuda declarada, pero en seguida se vio que esto no sería posible.
Así, casi de inmediato el procedimiento se encaminó hacia la extinción de la CEC, que ahora acaba de ratificar el tribunal castellonense. Con ello se pone fin a un camino de más de cinco años y medio de concurso y que solo en la fase de liquidación ha consumido más de dos y medio.
Eso sí, en el proceso no se ha resuelto la devolución los 1,7 millones de euros que la ya extinta patronal castellonense dejó a deber a un buen número de entidades y particulares, entre ellos el Gobierno valenciano. La deuda con su por entonces homóloga autonómica Cierval fue una de las razones que motivó la desaparición de esta última e incluso tuvo repercusiones posteriores.
La deuda entre estas dos patronales se derivó de las subvenciones autonómicas que la CEC gestionó para prestar determinados cursos de formación que, supuestamente, nunca se llegaron a realizar. Esto derivó en un procedimiento judicial que se mantiene abierto pero en el que no se ha producido ninguna novedad desde hace más de dos años, desde que en marzo de 2020 se dictase el auto de procedimiento abreviado.
A la espera de avances en este caso, ahora el Juzgado de lo Mercantil nº1 de Castellón pone fin a la fase de liquidación de la CEC y archiva todas las actuaciones abiertas en base al concurso, que acaba, de esta manera, sin responsables.