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El mercado de ocasión se hunde en Castellón: la provincia donde más cayeron las ventas en 2023

6/01/2024 - 

CASTELLÓN. Si se esperaba que este año la recuperación del mercado de ocasión, no ha sido así en la provincia de Castellón, a diferencia de la tendencia nacional. Los coches de segunda mano han caído en 2023 en comparación al año anterior, que ya vivió un descenso a causa de la crisis de suministros de los chips. Así, la provincia cerró el año con la venta de 24.427 vehículos de segunda mano, o lo que es lo mismo, un 5,1% menos que el año anterior, cuando se alcanzaron los 25.729 vehículos.

Así, según la consultora MSI para las patronales del sector Ganvam (distribuidores oficiales e independientes) y Faconauto (concesionarios), el mercado de ocasión agrava su caída en la provincia de Castellón. Ya el año pasado acusaba una caída de nada más y nada menos del 10,4% respecto a 2021, a causa, entre otras cosas, de la falta de renovación de flotas por la crisis de suministros de los chips que estranguló la oferta de coches de ocasión. Ahora, con una nueva caída del 5,1%, las cifras de ventas quedan lejos de los 27.261 vehículos usados que se vendieron en 2021, el año postpandemia.

De esta manera, la provincia de Castellón es la región española donde más han caído los registros en términos relativos, seguida por Segovia (-3,9%), Ceuta (-3,1%), Huelva (2,9%) y Soria (-2,6%). Y arrastra a la Comunitat Valenciana, junto a la provincia de Valencia (-0,6% hasta las 97.675 unidades), a cifras negativas del 0,3% y 217.898 unidades vendidas pese a la notable subida de la provincia de Alicante.

Según los datos ofrecidos por las patronales del sector, la tendencia de la provincia y la Comunitat sigue el camino contrario al cómputo nacional, donde el mercado de ocasión cierra el año con un crecimiento del 2,6%, hasta alcanzar las 1.940.488 unidades vendidas, cumpliéndose así las previsiones establecidas. De esta forma, por cada turismo nuevo se vendieron en España dos de segunda mano.

Superada la crisis de chips

En un análisis por antigüedad, los datos revelan que uno de cada cuatro turismos (25,8%) de segunda mano vendidos en 2023 tenía entre cero y cinco años. En concreto, estos modelos jóvenes registraron un total de 500.370 unidades, lo que supone un 5,5% más que el año pasado. Esta subida de las ventas de usados de hasta cinco años tiene que ver con la recuperación del stock, una vez superada de la crisis de los chips, según explican las patronales. 

De hecho, empresas de renting y de rent a car, que el año pasado tuvieron que retrasar la renovación de sus coches por las tensiones en la cadena de suministro, cierran 2023 con subidas notables en sus operaciones con vehículos usados, lo que pone de manifiesto que ya renuevan flota con normalidad, inyectando al mercado una oferta de modelos muy demandada por su relación calidad/precio.

En concreto, las operaciones con turismos usados procedentes de contratos de renting ya finalizados subieron un 29,2% a cierre de año. Por su parte, las ventas de usados procedentes de empresas alquiladoras terminaron el ejercicio con un aumento del 23,3%.

Parque envejecido

En el otro lado de la balanza, los usados de entre 10 y 15 años cerraron en negativo. De esta forma, las operaciones con estos modelos sumaron un total de 348.496 unidades, lo que supone un descenso del 16,5% con respecto al conjunto del ejercicio 2022. Aunque, a pesar de esta caída, los datos revelan que la antigüedad media del turismo usado vendido en España en 2023 se situó en los 11,1 años en línea con 2022.

En ese sentido, las patronales reclaman estrategias más eficaces de renovación del parque. Y es que el 40,3% del mercado de segunda mano en España lo concentran los modelos de más de 15 años, poniendo de manifiesto las dificultades económicas que tiene el ciudadano medio para acceder a soluciones de movilidad eficientes.

De ahí que Ganvam y Faconauto reivindiquen el papel del vehículo de hasta cinco años como garante de una movilidad más accesible y asequible. En este sentido, abogan por un plan de incentivo a la demanda que incluya el apoyo a estos modelos, de forma que se ayude a las rentas más sensibles a cambiar sus coches antiguos por otros más eficientes, máxime ante las restricciones de circulación que se están imponiendo a estos modelos altamente contaminantes.

Para las patronales del sector prohibir circular a los coches más antiguos es, en la práctica, una medida regresiva, pues penaliza a las rentas más bajas. Lo coherente sería, por tanto, crear las condiciones adecuadas para renovar el parque facilitando a estos perfiles los incentivos necesarios para el cambio de coche.

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