CASTELLÓ. (EP). La fisonomía del Paisaje Protegido de la Desembocadura del Millars, formado por los ayuntamientos de Borriana, Almassora, Vila-real, la Diputación de Castellón y la Generalitat Valenciana, ha sufrido un cambio "importante" provocado por la borrasca Gloria cuando ha transcurrido un mes desde su irrupción en el litoral de la provincia de Castellón.
Algunas de las alteraciones más "evidentes e importantes" que ha dejado Gloria es la formación de dos islas constituidas por piedras y grandes guijarros ubicadas delante de la gola norte y la gola fonda, en el margen izquierdo de la desembocadura del río. Otra modificación "sustancial" ha sido la formación de un tramo nuevo de playa con enormes cantos rodados. Esta nueva creación, de unos 200 metros de largo por cerca de 30 metros de ancho, se sitúa delante de la gola fonda, según ha informado el Consorcio del Millars en un comunicado.
La borrasca Gloria en la zona de la desembocadura, localizada justamente delante de la salida de la gola norte, provocó que el mar amontonara grandes cantidades de arena mezcladas con piedras. Incluso la fuerza de las olas provocó que la salida de la gola quedara taponada. A estas alturas y después de los trabajos de rehabilitación la gola norte vuelve a estar conectada con el Mediterráneo.
Otra de las consecuencias naturales que ha provocado esta borrasca ha sido la desaparición de las tres pequeñas lagunas de agua salada que había a unos 50 metros del Mediterráneo, justamente frente a la gola fonda. La fuerza "brutal" de las olas ha provocado que las lagunas hayan quedado completamente tapadas por miles de kilos de piedras enormes.
La desembocadura del río Millars es un ecosistema vivo y "tremendamente dinámico". Suele estar a merced de los temporales marinos de levante, de las borrascas y de las repentinas crecidas del caudal del Millars que provocan las aperturas cíclicas de la gola sur del Paisaje Protegido de la Desembocadura del Millars con el Mediterráneo.