CASTELLÓ. El Plan General (PG) de Castelló supera dos de las tres trabas administrativas con la declaración ambiental de la parte estructural, documento que bloquea la farragosa tramitación hasta completar la aprobación definitiva. Tanto la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) como la Conselleria de Transición Ecológica aceptan las correcciones realizadas por los técnicos del Ayuntamiento y solo falta el visto bueno de Obras Públicas.
De hecho, el informe de inundabilidad, principal escollo para avanzar con el proceso, se encuentra en fase de valoración por parte de la dirección general de Política Territorial y del departamento del Plan de Acción Territorial de Carácter Sectorial sobre Prevención del Riesgo de Inundación en la Comunitat Valenciana (Patricova). "La evaluación está muy encauzada y esperamos pronto anunciar novedades", aseguran fuentes de la administración autonómica.
Ese moderado optimismo va en la línea de lo expresado por el Acord de Fadrell a principios de mayo. Así, asumiendo un leve retraso por la covid-19, de entre tres y cuatro meses, se prevé que el Plan General pueda ser una realidad antes del 1 de abril de 2021, fecha en que expirará la tercera prórroga de las normas urbanísticas transitorias de urgencia.
Desde el equipo de gobierno existe el convencimiento de que, una vez se disponga de la autorización ambiental, el tiempo jugará a su favor. No en vano, muchas de las posteriores fases dependerán exclusivamente del consistorio, sin la intervención de otras instituciones públicas. Por ejemplo, los reajustes en los expedientes de las partes estructural y pormenorizada, las dos herramientas que integran el PG. También la celebración de varios plenos para ir aprobando cada uno de los documentos. Incluso, las exposiciones públicas.
Ante el nuevo escenario por la pandemia, el Plan General se vislumbra como un instrumento esencial para contribuir, e incluso acelerar, la reconstrucción económica de Castelló a medio plazo.
Varias compañías nacionales e internacionales llevan meses esperando a que la capital de la Plana tenga un marco jurídico sólido para desarrollar sus planes de expansión. Un ejemplo es la multinacional alemana Bauhaus, que prevé abrir una tienda de 15.000 metros cuadrados en cuanto el PG esté aprobado. En 2017, la apertura de su último punto de venta en la Comunitat Valenciana dejó 37 millones de euros como inversión en Alfafar.
Fuentes municipales aseguran que en el departamento de Urbanismo existen otros proyectos interesantes para la ciudad, pero que se mantienen en estado de hibernación por la actual situación. Igualmente desde la Asociación Provincial de Empresas para la Construcción (Apecc) se insiste en la necesidad de disponer cuanto antes de herramientas eficaces para impeler un crecimiento sostenible.
El espacio comercial más emblemático de Castelló sopla las velas de sus tres cuartos de siglo desde aquel 21 de diciembre de 1949 en que fue bendecido por el arcipreste Balaguer. Ahora afronta su más importante remodelación, que desde enero de 2026 obligará a un traslado temporal de sus puestos a una carpa en la plaza Santa Clara