CASTELLÓ. La portavoz del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Castellón, Begoña Carrasco, ha hecho balance de gestión del año 2019, donde el gobierno municipal se ha caracterizado, una vez más, por sus "promesas incumplidas, por los privilegios partidistas que los firmantes de l’Acord de Fadrell se han apresurado a garantizarse, y por una crisis interna que pone en riesgo su propio pacto de gobernabilidad".
Carrasco recuerda que las primeras decisiones del gobierno de Amparo Marco han sido la subida de sueldos un 52% de todo el equipo de gobierno y la derogación del Código de Buen Gobierno para blindarse ante los posibles casos de corrupción, derogando sin consenso el Código de Buen Gobierno surgido de la unanimidad en 2015. "Por el contrario, han ejecutado menos del 52% del presupuesto municipal, dejándose por el camino aquello que prometieron a los castellonenses".
Asimismo, "las polémicas que ha generado el propio equipo de gobierno y que le han llevado a una crisis de gobernabilidad no han sido pocas, lo hemos visto con las Fiestas, desmarcándose Compromís de sus socios PSOE y Unidas Podemos al votar a favor de una moción de PP y Ciudadanos, por mantener la autonomía del ‘món de la festa’; con las tascas donde están todavía por hacerse públicas las mediciones sonométricas desde 2017 que declaran zona ZAS a las calles Isaac Peral y Barracas; y con una dudosa gestión de la Sala de Emergencias de la Policía Local que ha desencadenado un Comisión de Investigación, que tratará de aclarar supuestas irregularidades que se han detectado", señala.
Para la portavoz de los populares en la Ciudad de Castellón lo más escandaloso es que se ha constatado que es un gobierno "que no trabaja". "La ejecución del presupuesto no llega ni al 52% a fecha 30 de septiembre, que es la única información oficial que conocemos, y el apartado de inversiones apenas llega al 28%. Además de que 9 millones de euros se van a ir a parar a los bancos, en lugar de estar en el bolsillo de los castellonenses, porque para que les sobre el dinero, porque no ejecutan lo que ellos mismos presupuestan, mejor que el dinero lo administre cada castellonense".
Y es que, "no cumplen lo que prometen a los castellonenses pero sí se garantizan sus privilegios. Cabe recordar los nuevos coches oficiales de la alcaldesa, después de asegurar en campaña electoral que su vehículo oficial serían sus zapatos. Resulta que se ha acabado comprando dos berlinas de lujo con los cristales tintados. La misma alcaldesa que dijo que no necesitaba escoltas para defenderse de los que la habían votado, pero ha terminado disponiendo de seis, y lo peor de todo, es que eran policías de Viogen, que se detrajeron de la protección a las víctimas de violencia de género. No tuvo más remedio que rectificar", recuerda.
Mientras, la ciudad continúa siendo una de las ciudades que más IBI cobra, la segunda capital española por detrás de Madrid, según el Informe Panorama de la Fiscalidad, “ahora ya sabemos que el año que viene, nos van a subir el agua y será más caro morirse, según la subida del 2,9% que recoge la recién aprobada ordenanza que regula las tarifas del servicio de cementerio", añade.
El 2019 ha sido un año muy electoral con hasta tres convocatorias a las urnas, en abril las Elecciones Generales, después las elecciones municipales, autonómicas y europeas de mayo y vuelta a las Generales del 10 de noviembre. "En las de mayo, a nivel municipal, ya empezamos a ver las promesas del PSOE y de quien es hoy alcaldesa, que serían incapaces de cumplir, toda una maquinaria propagandística a pleno rendimiento que se ha quedado sólo en eso, porque los anuncios siguen sin materializarse, se han quedado en la propaganda", lamenta.
Como ejemplos, la portavoz popular ha citado el Plan General, estancado por falta de autorizaciones de la Generalitat que siguen sin llegar, además de desatender las más de 1.000 alegaciones presentadas en la pasada legislatura; el edificio de Borrull, que sigue cerrado y sin avances de ningún tipo, discutiendo todavía con la Generalitat si va haber cesión o permuta del edificio, pese a que también era un compromiso de 2016; el retraso en los proyectos con cargo a los Presupuestos Participativos, habiendo pendientes desde 2017; los pisos sociales, algunos de los cuales el Ayuntamiento no paga la comunidad de vecinos desde 2018; la Ordenanza solares, que admiten no haber hecho nada pese a tener un borrador aprobado por el Pleno desde 2016; la nueva residencia de mayores, cuando sigue habiendo un déficit de plazas en la ciudad; entre otros.
En materia educativa, carrasco recuerda que los avances ha sido prácticamente nulos. “No hay ningún colegio nuevo, ni el Vicent Marçà, ni ninguna de las actuaciones en 13 centros de la capital, que contemplaba el Mapa de Infraestructuras Escolares de la Generalitat que tenían que estar finalizados en 2019, cediendo competencias a los Ayuntamientos a través del Pla Edificant para agilizar el proceso. Todos estos colegios no sólo no están, sino que las actuaciones quedaron reducidas a cuatro colegios, y todavía están por llegar”.
En Sanidad, “siguen los recortes que han llevado a situar a los dos hospitales de referencia de la capital, el Hospital Provincial y el Hospital General, como los peores de la Comunidad Valenciana en tiempo de espera para una intervención quirúrgica, con casi 180 días de demora. Mientras seguimos con un paro estructural de 13.500 castellonenses que no logran conseguir un empleo por falta de políticas que apuesten firmemente por el empleo estable y de calidad”, ha subrayado.
"Es un balance de año que deja mucho que desear, el gobierno ha demostrado estar más pendiente de los sillones que de trabajar por los castellonenses. Muchos anuncios y muchos titulares que no se traducen en trabajo ni en mejora del bienestar para los castellonenses. Los proyectos importantes para esta ciudad siguen en lista de espera, saltando de año en año en los presupuestos, mientras les sigue sobrando el dinero porque no son capaces de invertir en la ciudad lo que ellos mismos presupuestan. Además, contar con un gobierno dividido que no facilita la toma de decisiones si cada uno va por su lado y se desmarcan entre ellos", resume Carrasco.
Y concluye: "Frente a toda esta serie de despropósitos, pedimos que el equipo de gobierno se ponga a trabajar, pensando en los castellonenses y no en las siglas. Desde el Grupo Municipal vamos a seguir trabajando y haciendo una oposición firme, como la venimos haciendo, en nuestra labor de fiscalización al gobierno, denunciando todas las barbaridades que cometen y sus incoherencias. De hecho, en lo que llevamos de legislatura, ya hemos hecho casi 200 preguntas en comisiones, frente a menos de cuarenta entre Ciudadanos y Vox. Vamos a seguir escuchando a los vecinos, porque somos su único altavoz".