CASTELLÓ. Las consultas por enfermedades de transmisión sexual aumentan en verano. Una de estas patologías son las verrugas anogenitales: la virosis de transmisión sexual más frecuente. Una enfermedad que se asocia a cambios en el estilo de vida sexual, ocasionando ansiedad y pérdida de la autoestima además de estrés e incertidumbre acerca del riesgo de cáncer. Son lesiones papilomatosas agrupadas que afectan a todo el tracto genital inferior, de transmisión sexual y producidas por el virus del papiloma humano (HPV) tipo 6 y 11.
Tal como explica la doctora Sandra Ortega, ginecóloga del Hospital Vithas Rey Don Jaime, "el lugar inicial de infección es la capa superficial del epitelio, dañada durante el acto sexual o por otras abrasiones dérmicas menores. Una vez que el HPV entra en la célula pueden ocurrir que sea una infección latente cuando el virus no se replica, es decir que el sistema inmune es capaz de controlar la replicación del HPV, no hay alteración celular por lo que el paciente está infectado, no enfermo, o puede ser que sea una infección productiva donde hay replicación viral. En este último caso, tras un plazo indeterminado, la respuesta inmune no puede controlar la replicaron del HPV, por lo que se producen cambios celulares que dan lugar la aparición de lesiones".
La infección por el virus del papiloma humano es la más prevalente de todas las infecciones de transmisión sexual, de hecho, se acepta que cualquier persona que haya mantenido alguna relación sexual ha estado en riesgo real de haber estado en contacto con el HPV y haber adquirido esta infección. "En el caso de las verrugas anogenitales, la incidencia en mujeres entre 15 y 24 años ha descendido desde la introducción de la vacuna del papiloma y normalmente el epitelio anal es más susceptible a la infección que el epitelio vulvar. Son frecuentes en el varón entre los 25 y 29 años y en la mujer entre 20 y 24 años", afirma la doctora Ortega.
Por esta razón, la doctora Ortega recomienda y recalca "la importancia del uso del preservativo, así como la vacuna tetravalente que ayuda a proteger el cuerpo contra la infección de cuatro tipos diferentes del virus del papiloma humano y que ha demostrado una alta eficacia preventiva primaria sobre las verrugas genitales. Otra pauta es saber que tras las relaciones sexuales se debe lavar los genitales con agua y jabón y es muy importante que se siga fomentando desde las instituciones campañas de concienciación entre los jóvenes".
Además de la presencia viral, existen otros factores que favorecen la aparición de este tipo de patología vírica, como es la promiscuidad sexual, malnutrición, tabaquismo, depresión del sistema inmunológico o inicio temprano de relaciones sexuales.
Las lesiones pueden variar de pequeñas y asintomáticas a lesiones grandes que producen picor, ardor, sangrado, aumento del flujo vaginal o dolor. "Aparecen en cualquier zona corporal que ha sido expuesta durante la relación sexual ya que se transmite a través del contacto sexual en forma directa", comenta la especialista.
Las lesiones pueden permanecer estables o evolucionar a lesiones cada vez más grandes. "La gran mayoría de la patología causada por el HPV se resuelve con escasa o nula trascendencia y no influye en la capacidad o posibilidad de tener hijos", comenta la especialista y añade "las verrugas no se transmiten, pero sí el HPV que es el que produce las lesiones".
Desde el punto de vista psicológico, al tratarse de una Enfermedad de Transmisión Sexual (ETS) que genera cambios estéticos, aparecen sentimientos de culpabilidad y ansiedad. Para la doctora Ortega, "el apoyo de la pareja es clave ya que la vida sexual a veces sufre cambios, con disminución de la libido, de la iniciativa sexual, del placer y la espontaneidad debido a la preocupación por transmitir la enfermedad o el miedo a llegar a tener una lesión de envergadura".