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el nuevo escenario de gobernanza resulta incierto si no se rebajan las tensiones

El pulso PSPV-Compromís enciende las alarmas y amenaza ya con romper el Acord de Fadrell

10/01/2020 - 

CASTELLÓ. El pulso entre el PSPV-PSOE y Compromís enciende todas las alarmas en el Ayuntamiento de Castelló y amenaza ya con romper el Acord de Fadrell. La reunión de urgencia convocada este sábado por la comisión negociadora socialista plantea muchas incógnitas sobre la gobernanza y amaga con abrir una nueva etapa en la legislatura.

Aunque la prioridad de la fuerza mayoritaria en el consistorio estriba en mantener la alianza progresista, la postura que adopte la coalición nacionalista se adivina clave con vistas a garantizar la estabilidad y zanjar la actual crisis, la más importante desde 2015, cuando el Partido Popular cedió el control tras 24 años en el poder.

Los posibles escenarios que se vislumbran dependen en realidad de los tres partidos implicados (Podem-EUPV es el tercero), toda vez que resulta improbable que una hipotética salida de Compromís del gobierno municipal implicara a corto o medio plazo alinearse con la derecha y ultraderecha. Entre otras cosas porque las vinculaciones con sus actuales socios trascienden del ámbito local, teniendo en cuenta los grandes pactos en Madrid, Valencia (Botànic II) y la Diputación Provincial.

De hecho, casi que solo cabría una alternativa al actual acuerdo a tres bandas, reeditar el Pacte del Grau. Dicho de otra manera, reducir el tripartito a un bipartito, con el apoyo de la formación nacionalista sin ostentar competencias. Es decir, lo que en su día hizo Castelló en Moviment, que rechazó entrar en el ejecutivo pese a los reiterados ofrecimientos.

Cábalas imposibles

Otras opciones, como la entrada de Ciudadanos en el equipo de gobierno para asegurar una mayoría de 16 ediles (10 socialistas, cuatro naranjas y dos de la confluencia), tampoco parece viable. Básicamente por las insalvables diferencias ideológicas entre Cs y Podem-EUPV.

En este punto, y descartando en el horizonte un moción de censura impulsada por el PP (siete regidores), Ciudadanos y Vox (uno) y auspiciada por Compromís (tres munícipes), la solución al 'desacord' pasa por rebajar las tensiones internas y desinflar el suflé.

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