CASTELLÓ (EFE).- El derrumbe de un edificio de apartamentos turísticos en plena campaña estival en Peñíscola ha requerido la mayor movilización de personal de Emergencias que se recuerda en Castellón e incluso se pensó, en los dramáticos momentos iniciales, en pedir la ayuda de la Unidad Militar de Emergencias.
Según han explicado a EFE desde el Consorcio Provincial de Bomberos de Castellón, ni en los incendios forestales de mayores dimensiones se ha llegado a movilizar absolutamente todos los recursos disponibles al mismo tiempo, como sucedió en los primeros instantes del suceso de Peñíscola, a última hora de la tarde del miércoles.
"Además, se trabajó con la presión añadida de saber que había gente sepultada y, después de rescatar a un superviviente, sabíamos que existía la posibilidad de que hubiese más. Había que darlo todo en esa intervención", detallan desde el Consorcio.
Tras las primeras llamadas de alerta se movilizaron tres unidades del parque de bomberos de Benicarló. "Cuando llegó a la zona el responsable de esas unidades informó de la caída de un edificio entero de tres plantas, con unos 25 apartamentos afectados, y no tenía ninguna información sobre la gente que podía haber atrapada en la zona", detalla Manolo Nicolás, responsable del servicio de información del Consorcio Provincial de Bomberos.
Por este motivo se inició la movilización del mayor dispositivo que se recuerda en la provincia. "Únicamente quedaron en algunos parques los telefonistas", porque "se hizo pensando en que podía haber hasta 40 personas atrapadas; llegaron bomberos de todos los parques de Castellón".
Pese a lo dramático de este suceso y del balance final, con dos fallecidos y un herido grave, la impresión inicial de los bomberos que acudieron al lugar fue de que el problema podía ser mucho mayor. "Además de las tres dotaciones iniciales (formadas por 12 bomberos), rápidamente acudieron a la zona otras 12 más (unos 45 bomberos), todo de golpe", explica Manolo Nicolás.
Afortunadamente, en menos de media hora los responsables del dispositivo "ya tuvieron plena seguridad de que los atrapados eran muchos menos de los estimados inicialmente".
"Los propios vecinos del edificio afectado, y eso lo tenemos que agradecer, se organizaron para localizarse entre ellos y contarse. Fueron rapidísimos. Ahí ya redujimos la cifra de posibles atrapados a cuatro, que finalmente fueron tres".
La colaboración de los vecinos fue determinante para reducir la "brutal" movilización de los bomberos de Castellón, que se fue reduciendo progresivamente, y también para descartar la idea inicial de activar a la UME, una posibilidad basada en la creencia de que el operativo de rescate iba a afrontar una búsqueda larga.
Al mismo tiempo, llegaron a la zona refuerzos del Consorcio de Bomberos de Valencia y del parque de la ciudad de Castelló. "Contando los cambios de turno que se han producido, en el derrumbe de Peñíscola han intervenido unos 180 bomberos del Consorcio de Castellón, pero en total, es decir, con los efectivos del SAMU, Policía Local, Guardia Civil, Protección Civil y unidades caninas, seguramente habrán sido más de 350", detalla Nicolás.
Según explican los especialistas de los bomberos, servicios similares a este se producen varios a lo largo del año, aunque con estas dimensiones no se recuerda ninguno anterior. "Hemos intervenido en derrumbes de casas, en techos de fábricas y hemos rescatado a atrapados en otras ocasiones. Recordamos un derrumbamiento en un restaurante de Betxí que no estaba abierto al público, en el que quedó sepultado un trabajador, pero ninguna intervención por derrumbe de un edificio prácticamente completo como este caso".
Algunos de los bomberos que han intervenido en Peñíscola forman parte de equipos internacionales de rescate, con experiencia en grandes terremotos, "y tampoco recuerdan nada similar en la Comunitat Valenciana. El de Peñíscola fue un derrumbamiento tipo 'sandwich', sin que quedasen huecos, con las dificultades que ello entraña", explica Manolo Nicolás.
Tras haber concluido la parte más intensa del operativo, el personal del Consorcio Provincial de Bomberos ha mantenido una reunión este viernes en la que se ha expresado la satisfacción de los mandos por la respuesta del personal.
"Castellón no es una zona sismológica, como puede ser Alicante, y aunque hacemos simulacros, no estamos acostumbrados a este tipo de intervenciones. La respuesta fue muy buena, incluso la unidad de rescate y salvamento, que no está de guardia física en un punto, acudió al lugar en menos de una hora", agrega Nicolás.
Mientras la mayor parte del personal del Consorcio Provincial trabajaba en el rescate de Peñíscola, otras unidades acudieron a Burriana a sofocar las llamas que calcinaban un edificio de tres alturas y rescataban a dos vecinos, otros atendían un accidente de tráfico con atrapados o rescataban a un ciclista en Benicàssim.
Una vez ha hallado el cuerpo de la última persona que estaba sepultada, ahora deberán ser las compañías aseguradoras las que se hagan cargo de continuar con las labores de desescombro.
En la tarde del jueves ya únicamente quedaron en la "zona cero" del derrumbe tres unidades de bomberos para preparar el dispositivo de acompañamiento a los vecinos de los pisos que quedaron en pie, que han empezado este viernes a acceder a sus viviendas para recoger sus pertenencias más básicas, objetos personales y documentación.