CASTELLÓ. La interprofesional citrícola española (Intercitrus), que aglutina a todas las ramas del sector, considera que el ritmo de entrada y asentamiento en la citricultura española de plagas foráneas -algunas tan destructivas como el cotonet de Sudáfrica (Delottococcus aberiae) o la amenaza de la Trioza erytreae (detectada ya en la zona citrícola del Algarve portugués)- es "insostenible".
Según ha informado en un comunicado, los datos avalan la preocupación de Intercitrus: las importaciones citrícolas de países terceros vienen creciendo de forma sostenida, al igual que las interceptaciones portuarias europeas por plagas; y tal situación ha facilitado que desde comienzos de este siglo XXI ya se hayan introducido en la Península 15 plagas citrícolas procedentes de otras latitudes.
Un goteo incesante
Cada año y cuatro meses la citricultura española identifica y pasa a sufrir un nuevo patógeno destructivo y lo hace a un ritmo muy superior al de la segunda mitad del siglo XX, en el que entraron 9 plagas foráneas. Ácaros, insectos o bacterias en su momento superaron los controles fitosanitarios en los puertos. La interprofesional advierte de que tal situación, agravada por las restricciones europeas en materia de fitosanitarios, debería abocar a la Comisión Europea (CE) a imponer a las importaciones procedentes de países terceros la aplicación de un cold treatment en tránsito.
Intercitrus coincide así, básicamente, con lo manifestado en una reciente carta del ministro de Agricultura, Luis Planas, y por la titular de Comercio, Reyes Maroto, dirigida a sus homólogos europeos -los comisarios Janusz Wojciechowski y Stella Kyriakides-. En tal misiva, el Gobierno español reclama la consideración como "producto sensible" de los cítricos en la próxima revisión del acuerdo comercial con África Meridional así como aplicar un tratamiento de frío en tránsito (cold treatment) a las importaciones de países donde esté declarada la plaga de cuarentena Thaumatotibia leucotreta (la falsa polilla), empezando por Sudáfrica.
Una medida habitual en otras zonas
La medida no sería nada extraordinaria: está recogida por los estándares internacionales de sanidad vegetal y, de hecho, es la misma que aplican la práctica totalidad de potencias productoras de cítricos para proteger de ciertas plagas como la citada a sus plantaciones (como EEUU, China, Japón, México, India, Corea del Sur o Australia). Es también el sistema, por otra parte, que obligan esas mismas autoridades a cumplir a los exportadores españoles para así garantizar que no les llega larva viable alguna de mosca del Mediterráneo.
El cold treatment obligaría a los operadores no comunitarios que trabajen con la UE a someter sus cítricos durante el tránsito en barco hacia Europa a temperaturas próximas a cero grados durante un plazo determinado. La necesidad de aplicar tal tratamiento, además y como también reitera en su carta el Gobierno español, viene avalada por sendos recientes informes de la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria).