Hemos vuelto a coincidir con nuestra añorada Josefina López, en el Grao, en su casa, en la entrega del premio anual del Aula Debate Mujeres del Grao, presidido por Pepa Sancho. El premio lleva el nombre de Josefina y este año ha sido a la activista Carme Santamaría, el reconocimiento merecido a una grauera imparable, incansable en la defensa de derechos y justicia social, formando parte de la Plataforma de Dependencia de Castelló. Durante el acto, Carmen Peris, que también ha merecido el premio anual de la Asociación de Mujeres 8 de Marzo de Castelló, nos recordaba cómo se fundó el Aula Debate, hace más de tres décadas, cómo Josefina López impulsó la vida de las mujeres más allá de sus ocupaciones laborales y domésticas en un barrio pesquero y obrero. Eran tiempos de silencio para las mujeres, de invisibilidad y pocos recursos institucionales. Josefina promovió este colectivo hambriento de cultura y, sobre todo, de igualdad. Accedieron al debate, la política, la cultura y a una fuerte sororidad que las sigue hermanando. Fueron pioneras en abrir las puertas a todas las mujeres. En el acto del pasado viernes recordamos los comienzos y esa humilde precisión que siempre remarca este colectivo “nosotras no somos un grupo de intelectuales, somos mujeres normales y corrientes”. Son mujeres mayores y de otras edades, procedentes de distintos oficios, con una carga poderosa de sabiduría, luchadoras incansables, entusiastas, necesarias, empoderadas desde las diversas rutinas femeninas, las obligaciones que esta sociedad patriarcal nos ha impuesto por los siglos de los siglos.
Días para visibilizar a las mujeres castellonenses, premios para las mujeres, reconocimientos a feministas, Premios Olimpia, Josefina López, Asociación 8 deMarzo…
Carmen Peris, una de las fundadoras del Aula Debate Mujeres del Grao y también presidenta de honor de Patim, mereció el premio de la Asociación Mujeres 8 de Marzo por su contribución al activismo social y al feminismo. Este colectivo le obsequió con el libro biográfico La petite madame Peris, un emocionante recorrido por su vida en el París de los años 60, donde emprendió luchas que nunca abandonaría, la solidaridad con los más desfavorecidos, el aprendizaje de un feminismo liberador de la opresión franquista. Carmen Peris también fue Premio Olimpia del Ayuntamiento de Castellón, como lo fueron la Imma Puig y Asunción Ventura, entre otras, y el pasado viernes, el premio Olimpia fue para Reyes Santamaría, psicóloga y jefa del servicio municipal de Igualdad de Oportunidades de Mujeres y Hombres de Castelló.
“Sin la complicidad de la gente y ni un cambio sociocultural profundo ningún gobierno podrá erradicar la violencia de género. Ningún otro problema social con este trágico balance de vidas humanas nos mantendría en silencio.” Me gustó mucho el parlamento de Reyes Santamaría, su trayectoria impecable en la defensa de las mujeres, en la prevención y protección frente a la violencia machista, en la reivindicación constante de igualdad. El acto del Premio Olimpia se celebró en el Salón de Plenos del Ayuntamiento, abarrotado felizmente de emociones y sororidad. La foto fija fueron tres mujeres, junto a Reyes Santamaría, estaban Amparo Marco, alcaldesa de Castelló y Verònica Ruiz, concejala de Feminismos y Lgtbi. Entre las palabras volaron las luchas interminables, la igualdad real que no tenemos, la vida perdida de más de mil mujeres en el Estado español, desde aquel 2003 en el que comenzó a visibilizarse la violencia de género, el terrorismo machista que sigue asesinando. Con las palabras, reivindicativas, rotundas y hermosas, de quienes hablaron desde el atril municipal, se cruzaron los abrazos, los besos, la felicidad de ser mujeres, la resistencia de las luchas compartidas. Los recuerdos que nos unen, la estima, mucha estima. Las luces que encendimos entre todas. La alegría de integrarme en el Liceu de les Dones de Castelló. Somos todas, somos una, y cada una de nosotras somos todas las demás.
La hegemonía patriarcal no cesa, aunque se vendan otras intenciones. Seguimos siendo segundos planos, eternas cuidadoras sin conciliación ni corresponsabilidad. Nos queda mucho por conquistar.
En el marco del Olimpia, se entregaron también los premios del concurso literario Relats de Dones, que ha ganado Ángeles Blanco Tejerina, por su trabajo Pétalos de ibisco y besos… muchos besos. En segundo lugar ha quedado la composición El pañuelo de la chica de Eva Balaguer-Cortes Lopez. El Premio Olimpia es un homenaje a la francesa Olympe de Gouges, seudónimo de Marie Gouze, filósofa, escritora, dramaturga, política, autora de la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana (1791).
Te cuento todo esto, querida Minerva, para adentrarte en los viajes anímicos que emprendemos constantemente. Nuevas mudanzas, cambios, revoluciones necesarias, urgentes. Las mujeres vivimos con la casa a cuestas, con cargas más pesadas que las cajas de embalaje, llenas de libros, de tiempo plegado como esos papeles y notas importantes que guardamos en sobres, en carpetas que archivan la memoria, en viejas y estimadas fotografías. Libros y documentos feministas que llenan las estanterías de las casas por donde pasamos. La casa a cuestas en este pasado fin de semana, el día internacional de la mujer que festejamos con el grito unánime de la igualdad, contra las barreras que sufrimos, el machismo que invisibiliza y asesina, la brecha salarial, la discriminación de los cuidados. Un año más gritaremos y seremos juntas y fuertes, con la bandera del feminismo, integrador, igualitario, el movimiento revolucionario más grande de este siglo, el siglo de las mujeres.
Este 8 de Marzo celebramos ese día en el que rechazamos flores y exigimos, una vez más, derechos, justicia e igualdad. De nuevo, llenamos las calles. De nuevo, gritamos y nos unimos en el coraje de ser la voz de las hermanas que ya no están. De nuevo, con mucha emoción, hemos compartido las reivindicaciones con miles de mujeres jóvenes, y con hombres, cada vez más hombres, que el feminismo necesita a su lado, codo a codo. De nuevo, llegaron las pancartas, la clase política que no toda es feminista, que no toda respeta por igual a las mujeres. Porque la misoginia también se esconde tras las banderas violetas, los discursos, cada 8 de marzo, cada 25 de noviembre. Porque hay políticos que no practican ni feminismo ni igualdad, no les importa la felicidad de las mujeres, ni sus sueños, ni sus realidades. Solo pronuncian sus declaraciones, lanzan mensajes, pero no practican aquello de que lo personal es político, y lo político es personal. La hegemonía patriarcal no cesa, aunque se vendan otras intenciones. Seguimos siendo segundos planos, trabajadoras discriminadas, eternas cuidadoras sin conciliación ni corresponsabilidad. Nos queda mucho por conquistar, demasiado. El machismo ambiental sigue siendo el aire que respiramos las mujeres. Somos miles, millones, tenemos miradas comunes, las mismas reivindicaciones, los mismos problemas, en todo el planeta. Habitamos en la misma órbita, como bien escribe la estimada Fina Cardona-Bosch, en Valencia Plaza, como bien hablan las mujeres africanas y sus proverbios, si las mujeres bajaran sus brazos, el cielo se caería.
La historia nos ha enseñado que cada vez que las mujeres dan un paso hacia delante, avanzan, la derecha más rancia y su arraigo machista lanzan sus armas de destrucción masiva contra el feminismo, contra las mujeres.
Y la ultraderecha empujando, atropellando a las mujeres con sus acusaciones y vejaciones, desprestigiando el feminismo, manipulando. La historia nos ha enseñado que cada vez que las mujeres dan un paso hacia delante, avanzan, crecen como enorme colectivo, como la mitad de la población que son, la derecha más rancia y su arraigo machista lanzan sus armas de destrucción masiva contra el feminismo, contra las mujeres. Ahí está la campaña de Vox y sus representantes femeninas, excelentes ejemplos de la sociedad que nos asfixió y reprimió en la dictadura franquista. Mujeres a sus labores, aún siendo políticas, reivindicando a sus maridos como escuderos de sus vidas. Terrible retroceso. Además, se oponen a la ley contra la violencia de género por no ser igualitaria con los hombres. Insoportable.