CASTELLÓ. Esta vez sí. El TAU Castelló se puso el mono de faena y rindió en defensa a un nivel mucho mayor que en otras ocasiones para llevarse la victoria ante el Almansa Con Afanion, lo que permite a los discípulos de Toni Ten mantener sus opciones de clasificarse para los play-off. El cuadro manchego hizo emplearse a fondo a los de La Plana, pero éstos dominaron en el marcador durante casi todo el choque y se llevaron el triunfo con todo merecimiento. Hacía tiempo que no se veía al equipo castellonense con un despliegue similar de robustez y dureza en defensa, lo cual fue clave para el feliz desenlace final.
El choque dio comienzo con intensidad en ambos contendientes y fluidez en sus ataques. La calidad de la estrella visitante Eddy Polanco se hizo notar pronto, ya que convirtió 9 puntos en poco más de 5 minutos. Por su parte, en el TAU Castelló eran básicamente los interiores los que llevaban el peso anotador, ya que Hermanson no estaba del todo fino en los triples. El duelo estaba nivelado y a medida que pasaban los minutos, Toni Ten fue poniendo un quinteto más defensivo y aguerrido, con Bilbao y Edwards por dentro, Pablo Hernández de 3 y Hook como perro de presa sobre Polanco. La apuesta dio resultado, ya que el escolta dominicano dejó de sumar puntos y los de La Plana alcanzaron un pequeña pero significativa renta al término del primer cuarto (21-17). La verdad es que se vio un TAU Castelló con mejor actitud defensiva de la que se ha visto en muchos inicios de sus compromisos ligueros.
En el Almansa su anotación empezó a ser más coral y realizó los ajustes defensivos necesarios para nivelar un poco más el marcador. Sin embargo, los manchegos no contaban con que Faner con su 1,74 revolucionara el partido con la velocidad que imprimió al juego, su anotación, su garra e incluso, por increíble que parezca, sus rebotes. Así, en el minuto 14, los visitantes tuvieron que pedir tiempo muerto (31-24) y poner de nuevo en pista a Polanco. Tenía muy buena pinta el TAU, que defendía con garra, luchaba en el rebote y hacía mucho daño con sus transiciones. El único pero fue que Hermanson no estaba acertado y se tuvo que sentar pronto al cargarse de faltas, lo que le dificultaba coger una buena dinámica. De este modo, la renta castellonense ya se fue muy por encima de la decena (40-28), destacando especialmente un Stutz que las metía de todos los colores, con 13 puntos en su cuenta en otros tantos minutos de juego. Los manchegos probaron por momentos la defensa en zona en este segundo cuarto, lo que les permitió reponerse del momento crítico que estaban atravesando. Polanco volvió a hacer acto de presencia y el alero Nesbitt también cogió protagonismo, por lo que el marcador volvió a estar bastante nivelado al descanso (42-39).
Tras la pausa, el partido entró en una fase un tanto alocada, en la que parecía que los dos contendientes tenían prisa por tirar. Fueron unos minutos de toma y daca, de alternativas en el marcador, intensos y vistosos, pero sin demasiado acierto. Entonces llegó la buena noticia que se estaba esperando: triple de Hermanson. Aquello, sumado a buenas defensas locales y dos canastas seguidas de Rozitis (se mostró más robusto de lo habitual en su juego) cerca del aro pusieron en alerta al Almansa (53-47, min. 25). A partir de ahí, la defensa se endureció en los dos equipos, con duros contactos en los que saltaban chispas, con lo que la anotación se redujo sensiblemente. De hecho, el parcial en 5 minutos de encuentro fue 6-3, pero lo importante era que el TAU, a base de remar, tenía casi 10 puntos de renta cuando encaraba el último cuarto (59-50).
Los almanseños volvieron a echar mano de la defensa en zona con su gigante Dimakopoulos (2,18 m de altura) en el centro de la zona, pero Hook la superó con un rebote ofensivo y canasta y un espectacular alley-hoop rematado con un mate. Además, Bilbao se encargaba de amargar al gigante visitante con su fuerza y agresividad a pesar de ser bastante más bajo. Así pues, bajo esta dinámica pasaban los minutos y aumentaban las opciones de victoria del TAU (72-62, min. 35), ya que los intentos de remontada manchega no cuajaban, pues aparte de la calidad de Polanco, los visitantes no se podían encomendar a mucha cosa más ante la férrea defensa de su rival. De de este modo, los últimos minutos del choque fueron de puro disfrute para los aficionados locales, viviendo la comunión entre equipo y afición de las grandes ocasiones.