VALÈNCIA. Este domingo se celebran las elecciones generales en España. Un encuentro con las urnas atípico por las fechas estivales en el que tiene lugar y con la incógnita flotando del nivel de participación de la ciudadanía debido al posible agotamiento tras los recientes comicios autonómicos y municipales en buena parte del territorio.
Las consideraciones generales están claras y, más o menos, son conocidas por la mayor parte del electorado: más allá de las fuerzas políticas establecidas en una o pocas regiones, la cita se dirime entre el bloque de izquierdas y el de derechas con cuatro fuerzas principales: por un lado, PSOE y Sumar; por otro, PP y Vox. Así, los máximos favoritos para presidir el Gobierno son el socialista Pedro Sánchez y el popular Alberto Núñez Feijóo.
Pero al margen de este escenario, el resultado de este domingo también tendrá consecuencias en la Comunitat Valenciana y en las distintas fuerzas políticas que aquí tienen representación. Cabe recordar que, el pasado 28 de mayo, las elecciones autonómicas conllevaron la pérdida del Consell del Botànic controlado por PSPV, Compromís y Unides Podem; lo que propició la entrada de un nuevo gobierno presidido por Carlos Mazón (PP) gracias a un pacto con Vox.
¿Qué ocurrirá si el PP gana las elecciones pero Vox saca un buen resultado que le hace ser necesario en el gobierno de España? Evidentemente, la situación será más incómoda para Alberto Núñez Feijóo pero también para gobiernos como el de Mazón. Parece evidente que la formación de extrema derecha saldrá fortalecida si logra que Santiago Abascal sea vicepresidente del Gobierno de España, dado que le permitirá gestionar recursos, tomar decisiones, realizar mediáticas visitas institucionales... y lo hará probablemente con mayor sensibilidad allá donde hayan gobiernos de Vox, como es el caso de la Comunitat Valenciana. Una circunstancia que dará un mayor peso a este partido también en el pacto de la Generalitat, puesto que también existirá una dependencia del PP en el Gobierno de España, por lo que los acuerdos serán más globales.
Sin embargo, un gran resultado de Feijóo que le permita no depender de Vox, puede cambiar mucho la relación también en el Gobierno valenciano entre ambas fuerzas, dado que el partido Abascal quedaría más desamparado al no existir un pacto en Madrid de similares características, lo que debilitaría su posición puesto que el presidente de la Generalitat sólo se deberá a los acuerdos que él alcance sin injerencias de pactos supremos en el Gobierno de España y reafirmará su estrategia de fijar un discurso único en el Consell.
¿Un Ejecutivo central presidido por Feijóo es la mejor noticia para Mazón? Obviamente, los populares valencianos desean la victoria de su jefe de filas puesto que eso, a priori, facilitará que sus reivindicaciones sean escuchadas. No obstante, no hay mal que por bien no venga, y si el socialista Pedro Sánchez lograra un resultado que le permitiera continuar en La Moncloa, el PP de la Comunitat Valenciana tendría más fácil mostrarse más exigente (o victimista) con sus peticiones. De hecho, esta estrategia fue utilizada con éxito por Francisco Camps frente a Rodríguez Zapatero, apuntalando dos mayorías absolutas para el PPCV en 2007 y 2011, pese a que en la última etapa ya había estallado el caso Gürtel.
También en la federación socialista valenciana las consecuencias de las elecciones de este 23J se harán notar. Si hay una debacle que deje a Sánchez sin posibilidades de gobernar, podría activarse a corto plazo un proceso congresual federal para un posible cambio de liderazgo, lo que obligará a los dirigentes valencianos que quieren ser referencia a posicionarse activamente.
De la misma manera, si este mal resultado se produce, también se acelerarán los movimientos en el PSPV para situarse en el proceso de sucesión de Ximo Puig. Ahora bien, si Sánchez sigue de presidente o hay un escenario de bloqueo, estas operaciones de relevo podrían congelarse o retrasarse.
En cuanto al otro actor principal en la Comunitat, Compromís, estos comicios serán una prueba de fuego para ver si la apuesta de su alianza con Sumar les permite elevar su representación e incluso alcanzar su sueño de conseguir un grupo propio en el Congreso, algo para lo que es necesario cinco diputados y un 15% de respaldo allá donde se presentan. Un resultado discreto, como el que ya se produjo en su alianza con Más País en 2019, donde sólo obtuvieron un diputado, también invitaría a un reflexión interna en la coalición valencianista sobre su política de alianzas.