MADRID. Los precios de las materias primas energéticas se mantienen en niveles muy elevados. Unos precios que más tarde o más pronto pueden acabar generando cierto descontento social. En España, desde el pasado lunes, centenares de conductores bloquean las carreteras de varias provincias españolas para protestar contra la subida del precio del carburante, desbocado como consecuencia de la guerra en Ucrania. La principal petición es que el Gobierno replique el acuerdo cerrado la semana pasada entre el Ejecutivo francés y los transportistas, a los que se bonificará en las gasolineras con 15 céntimos por litro de gasóleo durante los cuatro próximos meses.
El Gobierno prevé aprobar un paquete de ayudas (500 millones de euros para abaratar el gasoil) para responder a las consecuencias económicas de la crisis de Ucrania, después del Consejo Europeo de esta semana en Bruselas, aunque los convocantes de la huelga emplazan al día 25 para detener la huelga una vez se conozcan las medidas concretas. El sector de la alimentación está siendo el más castigado. En muchos supermercados, las estanterías se encuentran más desabastecidas de lo normal, también a causa de la guerra en Ucrania.
La multinacional Danone ha comunicado esta semana que puede llegar a detener en el plazo máximo de 24 horas la producción en sus cuatro plantas de lácteos en el país y en sus tres de agua mineral natural, si no se resuelve la situación. Las cofradías de pescadores han comenzado este lunes un paro hasta el miércoles como protesta por la escalada de precios de los combustibles, cuando está previsto que la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores se reúna con el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas.
A punto de cumplirse un mes desde la invasión rusa en Ucrania, durante estos últimos días no ha habido cambios significativos en el conflicto bélico, con las posturas de Rusia y Ucrania todavía alejadas para un posible acuerdo. La ciudad de Mariupol parece resistir a la ofensiva rusa. Por otro lado, ya se han registrado los primeros ataques a la ciudad portuaria de Odesa en el Mar Negro, punto clave desde el que se producen la mayoría de intercambios comerciales en Ucrania. Mientras tanto, Estados Unidos insiste en el peligro del uso de armas químicas por parte de los rusos, a la vez que vaticina que este será un conflicto largo.
Las bolsas parecen haberse acostumbrado a esta nueva situación de escalada de tensiones geopolíticas y desde el cierre de 23 de febrero, justo antes del inicio de la invasión, el S&P y Nasdaq avanzan entre un 5% y un 6% respectivamente, mientras que el Stoxx 600 se sitúa prácticamente plano y el Eurostoxx se deja un -2% aproximadamente desde entonces.
Por otro lado, el pasado lunes Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, dijo que el aumento de la inflación ha sido mucho mayor y más persistente de lo que esperaban y que unido a la fortaleza del empleo dejaba abierta la puerta a subidas de 50 puntos básicos más pronto que tarde. La conclusión es que Powell ha pasado de una postura moderada durante la mayor parte del año pasado a una cada vez más agresiva, donde la estabilidad de los precios toma más importancia que la economía una vez que el mercado laboral parece sólido.
Por otra parte, el pasado jueves Christine Lagarde apuntaba a una posible subida en los tipos de interés en Europa ya en diciembre, pero básicamente dejaba la puerta abierta para la primera subida ya en el verano para los países de la zona euro. Mientras tanto, el diferencial de la curva de rendimiento entre los bonos del Tesoro a 10 y 2 años se ha reducido a solo 18 pb, lo que eso significa es que es probable que el crecimiento en los próximos 12 a 18 meses se desacelere, existiendo siempre la probabilidad de recesión en el próximo año, aunque en parte dependerá de la actuación de los bancos centrales.
Equipo de gestión de Portocolom AV