CASTELLÓ. El biometano es una de las fuentes de energía renovable que el sector cerámico tiene sobre la mesa en su camino hacia la descarbonización junto al hidrógeno verde y la electrificación. Se valora que se trata de momento del único vector que puede ser sustitutivo del gas natural sin requerir adaptaciones tecnológicas de las empresas. Ahora se presenta una oportunidad para su relanzamiento con la reciente entrada en vigor de una nueva regularización, el sistema de garantías en origen en España, que permite al azulejo el uso del biometano para reducir sus emisiones de C02. Hasta el momento no ha servido para contabilizar una disminución de las mismas, con lo que el poco biogás que se produce se exporta a otros países.
Fuentes del sector cerámico y de empresas de biogás valoran que el sistema de garantías en origen ya esté desarrollado y señalan que sobre todo a partir de 2025, con la introducción de unas modificaciones en la citada normativa, se facilitará el uso entre el azulejo al permitir que las actividades sujetas al comercio de emisiones, como la cerámica, puedan descontarse el C02.
En la actualidad, la producción en España es baja y se envía a Francia, Alemania y Bélgica para ser usada como combustibles para vehículos.
El biometano es una energía renovable que se genera a través de biomasa o residuos agroalimentarios y que se puede inyectar en la red existente de gas natural, de ahí que no haga falta una inversión en una nueva red de distribución para su canalización para industriales.
El problema que aún tiene es su elevado precio y este seguirá siendo más caro que el gas natural aunque se incremente su nivel productivo. Actualmente, el precio actual del biometano es 150% mayor que el del gas. Durante la crisis energética de 2022 por la guerra de Ucrania los costes se igualaron pero era en un contexto excepcional y en una situación de normalidad los valores del biometano están por encima.
Fuentes del sector del biogás subrayan que la disminución de las emisiones de C02 compensarán en parte la diferencia de precios aunque remarcan que para posibilitar el proceso de transición energética que marca la Unión Europea hacen falta incentivos públicos.
Por su parte, la patronal del azulejo Ascer defiende, como ha puesta de manifiesto en diferentes ocasiones, que es necesaria "una mayor ambición en la generación de gases renovables, especialmente de biometano". Asimismo, reclama un mayor apoyo económico para posibilitar el despliegue masivo del mismo.
En el estudio que elaboró Ascer sobre tecnologías de descarbonización junto al Centro de Investigación de Recursos y Consumos Energéticos (Circe) apuntaba como problemas la capacidad de suministro, el precio elevado y la falta del citado sistema de garantías de origen. No obstante, también resalta que la sustitución de gas natural por biometano en los procesos industriales de azulejo se considera la alternativa más sencilla para descarbonizar la industria, "ya que esta sustitución no requeriría adaptaciones de los procesos industriales cerámicos, ni de la red de transporte y distribución actual".
Ascer también es firmante de un manifiesto que promovió el año pasado la Asociación Española del Gas (Sedigas) para fomentar el uso del biometano.
Mientras arranca la normativa del biometano en Castellón están en trámite dos plantas de biometano, concretamente en Canet lo Roig. Vilagas, radicada en Vila-real, inició su proceso administrativo hace un año para instalar una plataforma con una capacidad de producción de 25 GWh al año, y confía en empezar a operar en 2027. Mientras, el grupo Ence acaba de anunciar al Ayuntamiento de la localidad su intención de invertir más de 20 millones en otra planta para producir 90 GWhora al año.