CASTELLÓ. La Generalitat ha adjudicado alrededor de 20 millones de euros en créditos para el sector azulejero, dentro de los 50 millones ya consignados en el presupuesto de 2023 para la continuidad de esta industria ante la escalada de los precios energéticos.
Así lo ha destacado el president, Ximo Puig, a preguntas de los periodistas en la feria Destaca en Vila-real, donde ha recordado que las cuentas de 2023 reservan cien millones de euros para el sector cerámico: 50 en créditos participativos a largo plazo y otros 50 en ayudas directas. Eso sí, para materializar la mayor parte de estos últimos todavía falta por definir el marco normativo.
Puig ha garantizado que "si es necesario, se ampliará esta línea" de subvenciones y ha vuelto a instar al Gobierno y a la Unión Europea a que "atiendan la realidad" de estas empresas. Ha llamado a que todas las administraciones trabajen en la misma línea, también los ayuntamientos y las diputaciones como la de Castellón a través del manifiesto Salvem la ceràmica. Todo ello con el objetivo de dar "la mayor capacidad de reacción en estos momentos tan difíciles" y que "no caiga ninguna empresa rentable por una razón extraordinaria vinculada a la energía".
Además, ha destacado de nuevo que es una industria potente y "capaz de innovar permanentemente", ya que a su juicio es difícil de encontrar un sector tan "persistente" en los últimos años en materia de actualización y vinculación con la universidad. De cara al futuro, Puig ha reiterado el objetivo de que la Comunitat Valenciana sea autosuficiente y capaz de exportar energía renovable, para lo que hay proyectos en marcha sobre hidrógeno verde de la mano de la empresa BP y la patronal azulejera Ascer.
Y al mismo tiempo ha llamado a hacer "un sobreesfuerzo para intentar agilizar todos los procesos de renovables, de fotovoltaicas, eólicas y otras vías que se están explorando", de cara a la meta de descarbonización en 2030.
Durante su intervención en la inauguración de la feria científica, tecnológica y de innovación 'Destaca 2022', organizada por el Ayuntamiento de Vila-real y la Universitat Jaume I (UJI), Puig ha abogado por una política industrial europea que garantice la supervivencia del sector cerámico.
"Europa ha estado inmersa en un proceso de desindustrialización que nos ha desarmado desde la perspectiva económica", ha expuesto, y ha insistido en la necesidad de que el Gobierno adopte "al menos" las mismas medidas que los "competidores italianos".