El Banco Central Europeo subió medio punto sus tipos, mientras sus homólogos de Suiza y Estados Unidos tuvieron que salir al rescate de varios bancos
MADRID. La pasada semana fue preocupante y convulsa para los mercados porque la sombra de una crisis pasada parecía que volvería a golpearnos. Casi una generación nueva de inversores que o bien recuerdan lo vivido desde la experiencia o que mientras estudiaban finanzas aprendieron con el ejemplo del 2008 lo que había que evitar a toda costa.
Mucha incertidumbre fue la vivida la semana pasada que fue eliminando factores según avanzaban los días. Empezamos con los problemas de liquidez de dos bancos de mediana capitalización; y digo mediana porque aunque Silicon Valley Bank (SVB) y First Republic Bank (FRB) no son bancos bancos de inversión -entendiendo por esto a entidades como JP Morgan o Goldman Sachs, por capitalización bursátil y antes del colapso-, SVB se encontraba en el puesto 16 y FRB no muy lejos de este nivel.
Silicon Valley Bank
Siguiendo con SVB que está quebrada, todo comenzó la semana anterior con problemas en SVB Financial, holding de Silicon Valley, entidad especializada en la financiación de nuevas empresas tecnológicas. El 8 de marzo, SVB Financial anunció la venta de su cartera de valores -principalmente bonos del gobierno- por un valor aproximado de 21.000$ millones. Esto resultó en una pérdida después de impuestos de 1.800 millones de dólares en el primer trimestre de 2023.
Hay que entender que para un banco, la retirada de depósitos es desastrosa para los bancos porque entre otras funciones, sirven como garantía para préstamos. La Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC) se hizo cargo de Silicon Valley Bank, que entró en suspensión de pagos después de que los reguladores de California cerraran SVB Financial. El pánico en las acciones bancarias fue un hecho, que continuó con los problemas financieros de Credit Suisse en Europa, pero en Suiza, que tiene su propio banco central al no pertenecer al entorno comunitario.
Credit Suisse
En el caso de la histórica entidad financiera, en su último informe anual -publicado con retraso por una citación de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC)-, el banco anunció que había identificado "debilidades materiales" en sus procesos de información financiera para 2022 y 2021. También anunció que los riesgos de liquidez se pudieran estar intensificando. Relacionados con el control interno sobre los informes financieros para esos años, es decir, la gestión de riesgos, el control interno y las comunicaciones internas.
El banco trasladó la confirmación de la exactitud de los propios estados financieros de los años en cuestión. Confirmando que sus salidas netas de activos han disminuido, pero aún no han revertido la tendencia; las salidas han resultado en el uso parcial de colchones de liquidez y, según el comentario del banco, "caer por debajo de ciertos requisitos regulatorios". La pérdida neta de todo el año del banco en 2022 fue de 7.300 millones de francos suizos, unos 8.000 millones de dólares al cambio. Credit Suisse (CS) registró retiros de clientes por más de 110.000 millones de francos suizos en el cuarto trimestre debido a la precaria situación y una serie de escándalos -recordemos Archegos y Greensill-.
Esta pérdida de confianza y las masivas caídas de la entidad que arrastraron a todo el mercado, especialmente a los bancos, acabaron por obligar a CS a solicitar al SNB (Swiss National Bank) y ver cómo los CDS (Credit Default Swaps), que reflejan la probabilidad de quiebra de la entidad, llegaron a un extremo del 80% antes de que finalmente el SNB acudiera al rescate, mejorando ese porcentaje al 60%. Este rescate consistirá en una línea de financiación de 50.000 millones de francos suizos, de los cuales 3.000 deberá destinar a recomprar sus bonos senior del mercado.
Así están las cosas, las aguas se calmaron al final de la semana. Tanto, que el pasado jueves fue el turno del Banco Central Europeo (BCE) para ofrecernos su política monetaria y sus previsiones económicas para el próximo trimestre. Aquí no hubo cambios, debido a que -según rumores- podría haber mantenido las alzas de tipos en 50 puntos básicos porque el SNB decidió apoyar al Credit Suisse. Entendiendo que el colapso de Credit Suisse podría sacudir la estabilidad financiera en Europa, lo que a su vez no sería una buena noticia para el BCE, que está luchando contra la alta inflación.
BCE
La autoridad monetaria europea anunció la última decisión de política monetaria en donde los economistas esperaban un aumento de 50 puntos básicos, mientras que los mercados monetarios se acercaban poco a poco a un movimiento de 25 puntos básicos. En última instancia, resultó que los economistas tenían razón al decidir el BCE sobre una subida de tipos de 50 puntos básicos.
El resumen de sus previsiones económicas también empeoraron. La inflación general en 2023 se prevé en un 5,3 %, por debajo del 6,3 % del pronóstico anterior. La inflación subyacente aumentó del 4,2 al 4,6 % para 2023. Sin embargo, la inflación subyacente se prevé en un 2,5 % en 2024, por debajo del pronóstico anterior de 2,8 %, mientras que la inflación general el próximo año se prevé en un 2,9%, por debajo del 3,4% del pronóstico anterior.
Al comentar sobre la actual agitación del sector bancario, Christine Lagarde dijo que está monitoreando de cerca las tensiones del mercado y que está listo para responder a la estabilidad de precios y la estabilidad financiera. Una conclusión importante es que se eliminó de la declaración la mención de nuevos movimientos de tipos.
Y en el último día de la semana…
…parece que ya no hay peligro. Ya veremos. Porque algunos bancos apuntan a que la Fed subirá tipos esta semana en 25 puntos básicos mientras que Yelen afirmó que sólo acudirán en la ayuda de aquellas entidades financieras que tengan potencial riesgo sistémico o de contagio al resto del sector. Por lo tanto, entidades como Silvergate Capital -que ya está liquidada- o Silicon Valley Bank -a punto de estarlo- no recibirán el apoyo del Gobierno. En palabras del propio presidente de Estados Unidosm Joe Biden, "los inversores son responsables del riesgo que corren y, por lo tanto, serán los propios accionistas los que deban acudir al rescate". Aquello que tras el 2008 adquirió tanta repercusión y que se definió como 'Bail-in' o 'autorescate'. En donde los contribuyentes no serán quienes reciban el impacto de un rescate bancario, sino los propios “dueños” o accionistas de la entidad mal gestionada.
Darío García es analista de XTB
Informe elaborado por Julian Abdey, Justin Toner, y Damien J. McCann