VALÈNCIA. Los grupos parlamentarios del Botànic han encarado la recta final de la legislatura con un objetivo claro: tratar de sacar adelante el mayor número de leyes que actualmente se encuentran atascadas en Les Corts y que la convocatoria electoral amenaza con enterrar en un plazo inmediato. PSPV, Compromís y Unides Podem han validado en apenas dos semanas leyes como la de la Agencia del Cambio Climático o la de Bienestar Animal, pero cerca de una decena de normas continúan su tramitación a pesar de que muy probablemente no logren ver la luz.
Para evitar que el mal sea mayor, este martes los partidos acordaron en la Junta de Síndiques apurar al máximo los plazos del mandato y convocaron el último pleno extraordinario el próximo 29 y 30 de marzo. La última semana que, en realidad, se podría celebrar una sesión plenaria -dado que estas tienen lugar los miércoles y jueves-. Esto es porque Les Corts podrán disolverse, como tarde, el 3 de abril (lunes) si se hacen coincidir las elecciones autonómicas y municipales el 28 de mayo. Un margen que, por tanto, marcaba en rojo en el calendario la última semana de marzo para poder celebrar el pleno 'escoba'.
La intención inicial, según confirman fuentes parlamentarias a este diario, era que este tuviera lugar antes de Fallas y Magdalena. Sin embargo, con el paso de los días y con todas las cuestiones que todavía están pendientes de cerrar, sus señorías han decidido darse un mayor plazo para trabajar en las leyes que se encuentran en la recta final de su tramitación y, así, no tirarse piedras a su propio tejado.
Esto permitirá, por ejemplo, que quizá leyes como la de Viviendas Colaborativas o la de Medidas para luchar contra la Despoblación tengan más opciones de aprobarse y entrar en vigor. De la primera se votarán las enmiendas el 2 de marzo en comisión y de la segunda, el día 6, por lo que a finales de mes podrían introducirse en el orden del día del pleno escoba.
Ahora bien, la tramitación de leyes que están maduras no será lo único que permitirá el diseño del calendario. También será un balón de oxígeno para el Consell en caso de que este decidiera impulsar algún decreto ley que Les Corts hubieran de convalidar, algo que según fuentes del Ejecutivo, no está descartado. Y, en última instancia, disponer de unos márgenes más holgados posibilitará también que los grupos del gobierno y Ciudadanos, con el hipotético apoyo de diputados No Adscritos, sigan explorando la posibilidad de sacar adelante la rebaja del listón electoral del 5% al 3%.
Una cuestión que, si bien a día de hoy se antoja complicada, los negociadores se resisten a descartar por completo. Ni el grupo parlamentario naranja, ni tampoco en el tripartito -especialmente PSPV y Podemos- quieren tirar la toalla para desbloquear esta reforma que ofreciera opciones a Podem y Cs de superar la barrera y obtener representación en la Cámara. Escenario que, por tanto, sería más favorable al Botànic por la división del voto de centro derecha y la posible reedición de un pacto de izquierdas.
De nuevo, las probabilidades son remotas, e incluso en las filas de Compromís hablan de utopía, además de insistir en que no desean acudir al último pleno del año antes de la cita en las urnas "a perder una votación". Sus socios, sin embargo, no desisten.
Con todo, junto a las leyes y posibles convalidaciones de decretos ley, sus señorías tienen una tarea pendiente en sus agendas desde hace meses: la renovación de seis órganos estatutarios que se encuentran en funciones, algunas desde hace meses y otras, años. Una cuestión que se encuentra bloqueada y que amenaza con seguir así hasta la constitución del siguiente mandato si los grupos parlamentarios no se sientan zanjarlo.
Por otro lado, la decisión de fijar el último pleno de la legislatura la última semana que permite el calendario, también tendrá consecuencias en los plazos de precampaña que los partidos disfrutarán para poder realizar sus actos para lograr captar votos. Una estrategia que, tal y como informó este diario, es del agrado del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, que confía en que reducir la exposición preelectoral beneficia su táctica de liderazgo tranquilo y la menor crispación posible, lo que puede traducirse en una menor movilización que, a juicio de los analistas del PSPV, puede beneficiarle.
Sin embargo, eso sí, les obligará a transitar con pies de plomo para no errar en las intervenciones públicas de los candidatos en la recta final del mandato. De hecho, una de las incógnitas que existen alrededor del pleno escoba es si este acogerá la última sesión de control al president de la Generalitat, Ximo Puig, porque según los grupos del Botànic estará especialmente pensado para cerrar trámites legislativos. Algo que fue criticado especialmente por las síndicas de la oposición María José Catalá (PPCV), Mamen Peris (Ciudadanos) y Ana Vega (Vox).