González Pons y Feijóo, juntos en un acto. Foto: EFEVALÈNCIA. Los últimos movimientos acaecidos a raíz de la crisis en el Partido Popular han vuelto a resucitar un debate ya recurrente en la formación de la 'gaviota', especialmente en la Comunitat Valenciana, cuando soplan vientos de cambio, se elaboran listas electorales o existe un proceso congresual con nuevas vacantes en juego: ¿dónde irá el eurodiputado Esteban González Pons?
En esta ocasión, algunos señalan al exconseller como posible secretario general -'número dos'- en la nueva dirección que diseñe Alberto Núñez Feijóo en caso de ser, como parece, presidente del PP. En este sentido, fuentes próximas al líder de los populares valencianos, Carlos Mazón, señalaron a este diario que sería una "buena noticia" para el PPCV que González Pons pudiera ocupar ese cargo.
Sobre esto, cabe recordad que Feijóo mantiene una muy buena relación con el dirigente valenciano. De hecho, al presidente gallego se le atribuye que González Pons haya sido propuesto como próximo presidente del Comité Organizador del Congreso (COC), órgano que debe conducir el cónclave extraordinario de principios de abril, que salvo sorpresa debe servir para elegir a Feijóo como nuevo líder.
Ahora bien, ¿significa esto que González Pons podría ser el próximo secretario general del PP? Fuentes de su entorno lo descartan, tal y como publicó este lunes el diario ABC, pero es que además existen diversas razones por las que, según apuntan otros dirigentes populares, parece complicado que el exconseller quisiera aceptar esta responsabilidad.
En primer lugar, González Pons se encuentra cómodo en Bruselas, aunque es cierto que Pablo Casado en su momento no lo situó como número uno y prefirió a Dolors Montserrat, la actual jefa del PP en Europa. No obstante, es vicepresidente del Grupo Parlamentario Popular Europeo e incluso sonó en su día con fuerza para ocupar la presidencia que ostentaba Manfred Weber quien, finalmente, retuvo el cargo tras no poder situarse al frente de la Comisión Europea. En este punto, conviene recordar que, de continuar otra legislatura en Bruselas -las elecciones son en 2024- podría acumular hasta 15 años en Europa, con las ventajas de cara a la pensión de jubilación que ello conlleva (3,5% del salario por cada año completado que empieza a cobrarse a los 63 años, según los documentos colgados en la web oficial). Es decir, en el plano económico, como es de todos conocido en el ámbito político, un puesto en el Europarlamento es probablemente el que mejores condiciones tiene en comparación con otro cargo orgánico o institucional.
Pero al margen de esto, y así lo subrayan las fuentes populares consultadas por este diario, el exconseller se muestra comprometido con la política europea -en estos días se le ha visto especialmente activo en los movimientos para frenar la invasión rusa en Ucrania-, por lo que no terminan de verle ocupando un puesto de carácter orgánico en el PP como el de secretario general. Un cargo que obliga a su ocupante a una más que probable dedicación exclusiva, puesto que tiene la responsabilidad de resolver todos los problemas internos de la formación popular que se produzcan en cualquier territorio. Una labor radicalmente distinta a la que viene realizando González Pons en los últimos años y que también contrasta en cierta manera con su perfil más público y comunicativo que puramente orgánico.
Una serie de motivos que, para algunos, deja en entredicho que González Pons vaya a convertirse en el secretario general del PP. Ahora bien, la mayoría de fuentes consultadas sí coinciden en que el dirigente valenciano podría ocupar algún puesto de importancia y con una carga de mayor carácter simbólico que organizativo.
Desde su marcha a Bruselas en 2014 -tras no ser designado ministro por Mariano Rajoy-, la posibilidad de un regreso del exconseller siempre ha sobrevolado la Comunitat Valenciana. Ya al año siguiente, un sondeo solicitado por Génova señalaba a González Pons como el candidato más valorado para encabezar la lista a la Generalitat, mientras que el entonces presidente autonómico, Alberto Fabra, ocupaba el cuarto lugar. No obstante, la dirección nacional no movió ficha y el castellonense fue candidato, si bien no pudo renovar el mandato al imponerse la mayoría de izquierdas alumbrada en el Pacte del Botànic.
De la misma manera, a finales de 2017 Rajoy puso sobre la mesa la posibilidad de que regresara a València para convertirse en candidato a la Alcaldía; un rumor que regresó un año después cuando ya el presidente del PP era Pablo Casado. Finalmente, ante un González Pons esquivo, la elegida -con su respaldo- fue María José Catalá.
Ahora, se abre de nuevo este recurrente debate sobre la vuelta a la política española del exconseller con la posibilidad de la Secretaría General del PP. No obstante, otros ven incluso que el nombre de González Pons podría volver a saltar a la palestra cuando lleguen las elecciones autonómicas y locales como posible candidato, algo que preocupa en el PSPV-PSOE.
