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alumnos de diseño trasladan sus ideas hasta otros países

El diseño también puede impulsar a países en desarrollo

Manolo Bañó presenta el proyecto 'Free Design Bank' en la nueva temporada de los 'Esmorzarets Creatius' de Castelló, organizados por La Exprimidora y el hub creativo COW 

7/05/2022 - 

CASTELLÓ. Después de treinta años dedicándose al diseño de producto, y tras la llegada de una crisis, la de 2002, que le dejó sin algunos clientes, Manolo Bañó decidió cambiar de rumbo y empezar a trabajar en lo que algunos denominan como 'diseño social'. El valenciano impulsó junto con la Escuela Superior de Diseño de la CEU UCH el proyecto sin ánimo de lucro 'Free Design Bank'. Una iniciativa que conecta a estudiantes y países del tercer mundo con el propósito de que estos primeros trabajen en la creación de prototipos de diseños artesanales que posteriormente comercializarán y desarrollarán habitantes de estas regiones, teniendo en cuenta los recursos y materiales a su alcance. 

"Lo que ocurre en muchas zonas de África, o de otros países en desarrollo, es que cuando ven que un producto funciona, todos tratan de copiarlo y vender el mismo. Por lo que el precio cae y muchos no consiguen ingresos. Lo que pretendíamos, de esta manera, con el proyecto era mejorar su comerciabilidad aportando nuevos diseños artesanales que puedan vender. Los alumnos estudian su cultura y hacen propuestas basadas en ello", señala Bañó. 

Desde que el proyecto arrancase en el año 2000, Free Design Bank ha impulsado proyectos, junto a diferentes ONGs y productoras, en talleres de Kenia, Tanzania, Senegal, Etiopía, Nepal o Ecuador. No obstante, es el mercado internacional su principal punto de venta. Así sus productos se pueden encontrar en tiendas de comercio justo en Japón, Canada, Francia, Italia o España, donde opera Afrikable.org, la cual ha ofrecido también soporte al proyecto.

Con todo, reconoce Bañó que aunque las expectativas no siempre se cumplen, pues muchos grupos abandonan la práctica tras ellos dejar el país, en otros casos sí que han habido personas que han logrado montar una pequeña industria con la venta de estos productos. "Para que el proyecto sea sostenible les apoyamos mucho desde el principio. Tanto yo como algunos alumnos nos desplazamos hasta allí para mostrarles el diseño, proporcionales máquinas o enseñarles a utilizar el correo, ya que su supervivencia no solo depende de cómo sea el diseño, sino de las infraestructuras y conocimientos que tengan. Hablamos de personas que, aunque decimos que son artesanos, en realidad el noventa por ciento no tienen especialización ni han trabajado nunca en esto. Son personas sin recursos que pueden conseguir salir adelante gracias al diseño, pero hay que enseñarles."  

Ahora bien, como es evidente ha supuesto la llegada de la pandemia una traba en la evolución del proyecto. Como cuenta el profesional, el contacto se perdió por completo durante los primeros meses de la enfermedad y muchos grupos de trabajo se disolvieron por el miedo al contagio. En consecuencia, acciones como la desarrollada en Ecuador ha quedado en stand by. Eso sí, los diseñadores siguen trabajando en Kenia y pronto retomaran sus trabajos en Senegal. 

Foto: Mar Shoots

"Queremos continuar con esta práctica porque también es buena para los estudiantes. Al principio cuando yo empecé me desmoralizaba mucho. Estaba acostumbrado a trabajar desde la excelencia, quería conseguir el mejor de los acabados y en estos entornos es imposible. Debes hacer lo que puedas y entender que si el beneficio que se consigue es de un 10%, es un 10% que se llevan los demás. Es mejor eso que nada. Por eso mismo, es positivo que los alumnos vean el mundo desde fuera de la burbuja en la que estamos metidos. El diseño puede ir más allá de lo que aquí planteamos diariamente, puede cambiar de verdad la vida de las personas", afirma Bañó. 

Con esta visión tan humana de entender la profesión, el valenciano se dirigió el pasado viernes a todos los diseñadores y creativos que se acercaron hasta los 'Esmorzarets Creatius' de Castelló, organizados por La Exprimidora y el hub creativo COW. Un encuentro donde el profesional desgranó muchos de los proyectos que ha puesto en marcha durante los últimos veinte años.

En última instancia, lo que el profesional quiso transmitir es que a veces la estética no importa tanto, si la idea da lugar a productos, objetos o aplicaciones que de verdad puedan mejorar la vida de las personas. En este caso, la diferenciación y saber aprovechar sus recursos naturales lo es todo. 

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