VALÈNCIA. El emprendedor en serie madrileño Pablo Fernández ha puesto el foco en València para impulsar su nuevo proyecto: Clibrain. Tras vender Clicars, plataforma de compraventa de vehículos al grupo automovilístico Stellantis y lanzar Clidrive -tecnología para préstamos-, ahora vuelve a la carga con Clibrain, compañía de inteligencia artificial también cofundada y liderada por Elena González-Banco, experta en fintech, insurtech y procesamiento del lenguaje.
La startup, con solo unos meses de vida y otros tres cofundadores -David Villalón, Paul Martz y Pablo Molina-ya cuenta con casi una treintena de personas en el equipo, de las que buena parte proceden de territorio valenciano, al calor de las universidades y la necesidad de talento tecnológico. Así lo apunta González-Blanco, quien ha trabajado en compañías con genes valencianos como CoverWallet, cofundada por Iñaki Berenguer, o Landbot.io.
"Tenemos un equipo en Valencia muy grande", explica la CEO de la compañía, que espera convertirla en la empresa de referencia mundial de inteligencia artificial en español. "El ADN del proyecto tiene parte de la ciudad, porque dentro del equipo de fundadores hay dos personas que están en València -dos murcianos y un alicantino- y es una empresa con un fuerte componente levantino", recalca, a la vez que asegura que la compañía tendrá una sede física en Valencia. "Esperamos que el equipo siga creciendo y aprovechar que es un sitio maravilloso para traer empresas y que no todo tiene que ser en la capital", reconoce.
Clibrain es una startup enfocada en crear inteligencia artificial nativa para español, cuando prácticamente todo lo existente viene traducido del inglés. "Trabajamos en hacer modelos de lenguaje en español desde el principio y, no solo eso, sino hacerlos con corpus únicos que no tiene nadie y ponerlos a disposición de cliente final, de las empresas y del usuario, además de crear la tecnología para que éstos lleguen al mercado", explica la cofundadora.
La clave de sus desarrollos son las diferencias existentes entre español e inglés a la hora de entrenar al sistema. "A una herramienta como Chat GPT le preguntas por tres provincias en español que tengan las letras IA y falla, aunque es una instrucción muy sencilla", señala. Desde las diferencias fonéticas al lenguaje de instrucciones pueden provocar cambios en la idoneidad de la respuesta. "Esto, que es muy sutil, implica una serie de condiciones a la hora del lenguaje que dependen del contexto, semántica, pragmática, palabras como ahora o ahorita son cosas diferentes en el mundo hispanohablante", destaca. Y es que, la compañía se enfoca a todo tipo de español, desde las variantes de EEUU a Chile o Mexico.
Con el core de la compañía centrado en el desarrollo de modelos de lenguaje especializados en español, la compañía ha creado tres productos directos para el consumo: Clichat, Clicall y Clibot, destinados para el cliente o la empresa final que quieren usar inteligencia artificial sin saber qué hay detrás. "Uno de los problemas que tenemos con la IA es que avanza tan rápido todas las semanas que es muy difícil estar al día", reconoce. Además, entre las propuestas de Clibrain está el adaptar cada sistema a cubrir la necesidad concreta que el usuario final o empresa tenga, en gran medida con la adaptación al sector en que se mueve, ya sea legal, seguros, medicina o cualquier otro nicho. "Todo este tipo de casos de uso no están resueltos", explica.
Al margen de tener estos productos paquetizados, Clibrain destaca como gran valor añadido los modelos creados ad hoc para habla hispana, por lo que ponen a disposición la tecnología para que las empresas puedan utilizar estos modelos vía API, lo que da muchas posibilidades a compañías de desarrollo o consultoras que quieran construir nuevas herramientas sobre sus piezas de inteligencia artificial. Recientemente, han presentado su primer modelo de lenguaje Lince.
Unos desarrollos que nacen de Clibrain Labs, centro de I+D que erigen como la iniciativa que les diferencia del resto del mercado. "Estamos en un ambiente y en un área en el que la inteligencia artificial no se puede concebir sin investigación", asegura González-Blanco. "Estar al día es fundamental para todo esto y, además, yo misma vengo del ámbito científico, llevo años investigando sobre estos temas, en cómo hacer que las máquinas hablen y hablen bien español y, verdaderamente, lo que vemos es que estamos creando tecnología en estado del arte", asegura.
En este sentido, reconoce que ni siquiera el mercado del hardware está preparado en muchos casos para las necesidades del software. "Estamos investigando en todos los puntos que están en la cresta de la ola de lo que estamos haciendo", asegura.
El porqué de Clibrain se debe a las necesidades que los cofundadores encontraron en Clidrive, compañía fundada hace seis meses. "Es una startup de tecnología para préstamos, en la que empezamos a construir herramientas de IA para optimizar nuestro propio día a día en el trabajo. Utilizamos CliCall como herramienta para optimizar el call center y hacer análisis de llamadas y entonces nos dimos cuenta de que lo que habíamos montado era más grande que una herramienta interna", asegura.
También montaron CliChat para poder formar a sus empleados y dar soporte a sus preguntas."Cuando nos dimos cuenta que amigos y otras empresas cercanas nos pedían usarlo, decidimos hacer una spin off", explica. Ahora, tienen una decena de clientes en cartera tras pocos meses de vida. Sin embargo, asegura que tienen muchas conversaciones abiertas con compañías y de todos los tamaños.
"El tipo de cliente que nos está llegando es desde empresas del Ibex 35 hasta startups pequeñitas que quieren incorporar IA y además, en una variedad de sectores gigantesca, que va desde recursos humanos a banca, legal o medicina. Lo que hemos entendido es que la IA no entiende ni de tamaño de empresa ni de dominio. Además, tenemos mucho interés por parte de Latinoamérica", asegura. Con el crecimiento vertiginoso que acompaña al avance de la tecnológica, ya tienen en mente una ronda de financiación. "No descartamos ir a por algo grande en un futuro próximo, porque estamos compitiendo en un mercado que no es el español ni el europeo, sino que es el mercado internacional de la IA y se están moviendo cosas muy grandes", asegura.
Respecto a la facilidad de encontrar apoyos bajo la marca 'cli', González-Blanco recalca que detrás de un proyecto siempre están las personas y el sello de Pablo Fernández como emprendedor en serie dentro del mundo español "es una garantía de calidad". "Esto te da más velocidad y seguridad a la hora de tomar ciertas decisiones y un acceso más rápido y fácil al mercado. El emprendimiento en serie es una fórmula que en EEUU es mucho más conocida, pero que en España estamos poco familiarizados. Es muy importante crear esta cultura de emprendimiento y sumarse a barcos de personas que ya han tenido un éxito grande", asegura.
Un paso más allá de Chat GPT
Con el auge del uso de la inteligencia artificial, son muchas las compañías que están creando producto sobre la tecnología existente. "Esto tiene un mercado porque hay mucha demanda y muchas veces incluso saber preguntarle correctamente a Chat GPT ya es una industria en sí misma que está generando mucho negocio alrededor", reconoce. Sin embargo, insiste en que Clibrain va un paso más allá con la generación de tecnología nativa en español. "Lo que hace es mejorar los resultados que te da un chat GPT, que al final traduce del inglés, y además podemos darle contexto", apunta.
Respecto al auge de la IA, la CEO de Clibrain señala la necesidad de tener "cuidado" y conocimiento de cuál es la situación ideal para cada tipo de problema, porque no todo se soluciona con IA generativa ni lo que hacen todas las empresas es inteligencia artificial. "Hay que entender cuál es el dato en el que se basa cualquier tipo de algoritmo, qué se quiere hacer con él y cuál es la tecnología más adecuada. Muchas veces, con modelos tradicionales de datos resuelven una cantidad de problemas enormes con los que no hace falta matar moscas a cañonazos. En este sentido, creo que la formación es fundamental", reconoce.
Respecto a las prohibiciones y el 'miedo' que suscitan tecnologías como la IA, González-Blanco señala que "estamos en un punto en el que más que prohibir hay que enseñar". "Falta muchísima formación, el miedo se ha generado por mucho desconocimiento y muchas veces este desconocimiento genera más miedo", asegura. "Al final hay un cóctel entre lo que se publica, el morbo de estas noticias de que la IA se va a comer el mundo, y de que parece más película de hollywood que de cercanía con la realidad", lamenta.
"El uso que hacemos de la tecnología si se hace para bien será bueno, si se hace para mal, será malo, pero tenemos una herramienta muy potente para mejorar desde nuestro día a día hasta nuestra productividad. Lo que tenemos que hacer es enseñar a las personas a utilizarla de la mejor manera posible", asegura, a la vez que destaca que la privacidad y la seguridad son clave en la prestación y diseño del servicio.