ELCHE. El gravímetro de la ilicitana Emxys ya está listo para volar hacia el asteroide Dimorphos, el que desvió la Nasa en una misión histórica el pasado septiembre de 2022. Ahora, como ya estaba previsto, la Agencia Espacial Europea (ESA) se encargará de la primera misión de análisis de este doble asteroide. Es aquí donde entra el papel de la compañía del Parque Científico de la UMH. Viajará a bordo de la nave Juventas, que aterrizará sobre este cuerpo celeste para desarrollar diversos experimentos y análisis. Entre ellos, el de comprobar cómo responde a la gravedad, que será lo que mida el instrumento de Emxys.
El instrumento, elaborado por la firma ilicitana en colaboración con el Real Observatorio de Bélgica, ha estado este tiempo sometido a diferentes test como los de vibración, radiación o vacío térmico. Las pruebas han sido en Madrid (con la compañía Alter Technology), en Bruselas en el Royal Observatory of Belgium y en el STEC en Holanda. Una vez superadas todas, la ESA contará con el equipo para la misión de la sonda Hera, que enviará dos nanosatélites, y cuyo lanzamiento se prevé para octubre de 2024. Una fecha escogida porque siempre se busca que el recorrido del vuelo sea el más corto posible, y en ello influye la alineación de los distintos cuerpos celestes. Se ha calculado que en la mencionada es cuando el cohete tendría que realizar menor recorrido, encontrándose al mateorito de cara en una suerte de cortejo espacial que se prevé para diciembre de 2026.
The GRASS gravimeter of the @esa #HeraMission has recently undergone a successful environmental test campaign. The @ORB_KSB developed GRASS with @emxys.
— Observatory.be (@ORB_KSB) May 23, 2023
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Asimismo, este gravímetro para pequeños cuerpos del Sistema Solar (Grass en sus siglas en inglés), que tendrá que medir los minúsculos niveles gravitatorios de Dimorphos —el asteroide más pequeño que orbita en torno al más grande, Didymos—, se considera una parte central de la misión. Junto al resto de equipo, evaluará los resultados tras el impacto de la sonda Dart de la Nasa. Como ya se comentó, todo forma parte de un programa de defensa planetaria ante posibles objetos que pudieran impactar contra la Tierra. La primera parte, ejecutada por la agencia norteamericana, fue una especie de misión a lo Armageddon, valga el paralelismo cinéfilo, mientras que esta segunda de análisis será cosa de la agencia europea.
Unas operaciones que suenan grandilocuentes, de proporciones cósmicas, aunque el tamaño real de todo es literalmente diminuto. El gravímetro apenas pesa 400 gramos y mide 8 centímetros, mientras que Juventas, el nanosatélite en el que viajará, y que se quedará para siempre clavado al asteroide, apenas tiene el tamaño de una caja de zapatos. Precisión más que milimétrica; el instrumento de factura ilicitana puede reconstruir la gravedad en tres dimensiones. El organismo belga se encargó de desarrollar la carga útil y la compañía ilicitana su parte electrónica e integración mecánica. Con piezas ensambladas a menos de diez micras de precisión.
De cara a ese cortejo espacial, la sonda estará orbitando alrededor de Dimorphos mientras la sonda finaliza las fotografías. Una vez finalice, Juventas se soltará, con el Grass, el gravímetro, tomando mediciones durante el lento descenso; una larga caída porque la gravedad en torno al asteroide es de 3 millones y medio de veces más débil que la gravedad en la Tierra. Registrará el impacto y las posibles réplicas posteriores para ver cómo se comporta el asteroide, así como su gravedad después junto a Didymos. Otra de las misiones que lanza Hera con Juventas por ejemplo es un radar que es capaz de penetrar debajo de la superficie para saber las capas que forman el asteroide, qué tipo de piedras lo forman.