MADRID. El Banco Popular de China (PBOC) rebajaba esta semana por sorpresa su tipo repo a 7 días, hasta el 1,90% (-10 puntos básicos) tras las claras señales en la dirección de una flexibilización monetaria que lanzó la semana pasada, cuando el banco central también recomendó a las grandes entidades que rebajasen sus tasas de depósito a 12 meses y a más largo plazo para fomentar el consumo.
La inesperada rebaja se produce en un momento en el que la recuperación económica se ha estancado. La economía china creció a una tasa anualizada de casi el 4,5% en el primer trimestre y a una tasa trimestral (desestacionalizada) del 2%. Esto podría llevarnos a pensar que le resultará fácil alcanzar el objetivo oficial de crecimiento para 2023, del 5%, ya que solo tendría que crecer un 1% trimestral en los tres trimestres restantes del año. Sin embargo, la actividad mensual ha empezado a debilitarse y los incrementos en inversión y producción industrial en lo que va de año han caído muy por debajo del objetivo de crecimiento del 5%. La renovada crisis que sufre el sector inmobiliario y el vacilante sector manufacturero, junto con la débil confianza de las empresas, han influido mucho en la situación.
Pero lo que resulta más preocupante es que el nivel general de precios ha entrado en terreno deflacionario, ya que los precios de producción han caído casi un 5% interanual y los precios al consumo se mantienen prácticamente planos con respecto a hace un año. Esto ejerce una presión considerable sobre los beneficios corporativos y el poder de fijación de precios que, combinada con el alto grado de apalancamiento de las empresas, podría acabar empujando la economía a una espiral de pérdida de confianza-deflación-trampa de liquidez.
El consumo y los servicios siguen comportándose bien, pero la recuperación de estas áreas no bastará para contrarrestar el deterioro de toda la economía. En este contexto, la rebaja de tipos debe interpretarse como parte de un paquete más grande de medidas de estímulo que se aprobarán próximamente para reactivar la recuperación. Entre las medidas adicionales más probables contemplamos otra rebaja de toda la estructura de tipos de interés, incluidas la facilidad de préstamo a medio plazo (MLF) y el tipo de interés preferencial (LPR), y mayores medidas de apoyo fiscal.
Seguimos neutros en renta variable y renta fija chinas. El mes pasado, rebajamos nuestra sobreponderación en renta variable china ante el agravamiento de la deflación. Nuestra postura neutra en renta variable china también incorpora unas valoraciones atractivas y un sentimiento forzado que podría haberse vuelto demasiado pesimista. Las acciones chinas podrían reducir la brecha de valoración con respecto a otras bolsas cuando se perfile el nuevo paquete de medidas de estímulo, en su caso. Hasta que no tengamos más claridad sobre la forma que adoptará el paquete fiscal y cómo se financiará, nos decantamos por rebajar cualquier rally a corto plazo que puedan vivir los bonos del gobierno chino con el fin de mantenernos neutros. Preferimos los bonos soberanos de mercados desarrollados (sobre todo, los treasuries estadounidenses) que ofrecen rendimientos mucho más altos, una inflación en máximos y una probabilidad relativamente más alta de que se produzca una recesión en los próximos meses o trimestres.
Por ahora, mantenemos una visión negativa sobre el yuan chino (CNY), que podría llevarse la peor parte en caso de que los diferenciales de tipos de interés se ampliasen si la inflación estadounidense sorprende al alza o si la Fed sube tipos más pronto o más de lo que descuentan actualmente los futuros sobre el tipo de referencia de la Fed (federal funds rate). Además, hasta que Pekín estructure el nuevo paquete de estímulos, el CNY seguirá vulnerable y podría caer por debajo de 7,3/USD si la actividad y el crecimiento nominal continúan debilitándose.
Equipo de Análisis de BNY Mellon IM