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tribuna libre / OPINIÓN

El impacto de la sostenibilidad en las empresas

1/03/2022 - 

“La sostenibilidad ya no es una opción para las empresas”. Utilizo esta frase, recogida en un reciente reportaje de Valencia Plaza, porque pone de manifiesto, a la perfección, la necesidad de implantar un nuevo modelo que garantice una estabilidad económica, social y medioambiental a lo largo del tiempo y en un contexto cada vez más cambiante y exigente.

Con este nuevo modelo que se detalla en el llamado “Libro Verde” (*), marco europeo para promover las prácticas de RSC (Responsabilidad Social Corporativa), las empresas adquieren un papel protagonista en la aplicación de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) marcados en la Agenda 2030, a través de los cuales, deben asumir su responsabilidad sobre los impactos que sus decisiones y actividades ocasionan en la sociedad y en el medio ambiente, contribuyendo al desarrollo sostenible, la salud y el bienestar de la sociedad, en coherencia con la legislación vigente y normativa internacional.

Desde mi experiencia, para alcanzar este compromiso por parte de las compañías, hay que tener en cuenta dos elementos clave:

  • La implicación de toda la organización: la sostenibilidad ya no es responsabilidad de un área concreta, por lo que uno de los grandes retos es conseguir que forme parte de la cultura de toda la organización.
  • La adopción de la tecnología adecuada para hacer frente a este contexto cada vez más cambiante y exigente: facilitar la medición de impactos, automatizar la obtención de indicadores, agilizar los procesos de auditoría, proporcionar información clara y concisa a los inversores, etc. Todo ello con una adaptación constante a un marco normativo cada vez más estricto.

Este nuevo modelo está comprometiendo las estrategias de negocio de muchas compañías, no sólo como contribución a una necesidad global, sino también en niveles de rentabilidad y generación de valor, tanto como ventaja competitiva y reputación de marca ante consumidores, empleados e inversores, como en criterios de contratación. Sin ir más lejos, las administraciones y entes públicos ya imponen a las empresas proveedoras criterios medioambientales y sociales en sus licitaciones, tal y como se recoge en la Ley de Contratos del Sector Público, y más de la mitad de las empresas del IBEX-35 evalúa a sus proveedores bajo criterios de Responsabilidad Social Corporativa.

Además, de acuerdo a la Ley en materia de la Información no Financiera y Diversidad (Código de Comercio), las sociedades o empresas que cumplen unos requisitos determinados están obligadas a aportar anualmente, en sus Memorias de RSC, el reporting de toda la información necesaria para comprender aspectos como la evolución, los resultados, la situación de la sociedad o grupo de sociedades y el impacto de su actividad respecto a cuestiones medioambientales, sociales, de derechos humanos y de lucha contra la corrupción y el soborno, así como a cuestiones relativas a los trabajadores. En este sentido, es necesario disponer de indicadores clave de todos los aspectos no financieros y apoyarse en soluciones tecnológicas que permitan gestionar y homogeneizar la gestión de toda la información relacionada con el ámbito de la sostenibilidad en su máxima expresión: desde la información relacionada con las normas de calidad/ ISO, hasta la gestión de residuos y procesos de economía circular, pasando por el cálculo de la huella de carbono, de producto/servicio o hídrica.

Por otro lado, un gran volumen de las líneas de financiación, incentivos y ayudas que se abren desde la Unión Europea se orientan a la sostenibilidad. Sin ir más lejos, los fondos Next Generation EU tienen el ambicioso propósito de que la Unión Europea sea el primer continente climáticamente neutro en 2050, por lo que el cálculo de la huella y la reducción de las emisiones y residuos va a ser vital en todos los sectores.

Para acabar, desde el punto de vista de la tecnología, teniendo en cuenta las exigencias actuales que se encuentran las organizaciones en materia de sostenibilidad y en previsión de que van a ir a más, la tendencia está siendo la de contar con un aliado tecnológico que, a la misma vez, sea el desarrollador de la solución, con el objetivo de agilizar al máximo los tiempos de implantación, facilitar la adaptación del software a la idiosincrasia de cada organización y contribuir, de este modo, a su competitividad.

Ángela García. Chief Business Officer de Fama - Cuatroochenta

(*) En el año 2000, la cumbre de Lisboa establece como objetivo convertir a Europa en una economía competitiva capaz de lograr un crecimiento económico sostenible con una mayor cohesión social, por lo que se acuerda publicar en 2001 el llamado “Libro Verde”, que plasma las líneas de la política gubernamental europea en RSC.

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