VALÈNCIA. El fenómeno de bajos tipos de interés persiste desde años, pero sigue habiendo mucho ahorro de las familias aparcado en depósitos cuando estos apenas pagan algo. Uno se pregunta ¿cómo es posible que alguien -en las circunstancias actuales- apueste por algo que a priori tiene el mismo efecto como dejar dinero bajo el colchón? Aún más cuando la situación en bolsa se encontraba en un punto interesante en estos últimos 12 meses y debía haber contribuido a reducir la huida hacia depósitos. Pero sucedió todo contrario. La causa hay que buscarla en el miedo o desconocimiento y porque el inversor tradicional en depósitos no es de 'perfil bolsa'. Debe verse por tanto atraído por una solución más sencilla que implique un riesgo muy medido, sin renunciar a la potencialidad de una rentabilidad moderada y constante que al menos permite superar el incremento en el coste de la vida.
El pequeño ahorrador básicamente tiene tres exigencias fundamentales cuando se trata de invertir: no perder valor de su inversión, ausencia de sustos y constancia en rentabilidad. El que invierte en depósitos no pide rentabilidades extraordinarias sino consistentes. Entiende que la seguridad resta en rentabilidad por la ausencia de asumir riesgo. En cambio no entiende de plazos y este es el principal escollo para que dé el salto a productos que deberían ser sustitutos naturales en momentos de entornos de 'tipos cero'. Y no entiende de plazos porque espera que al cabo de seis meses o un año, sus ahorros deben haber incrementado por lo establecido en las condiciones de la inversión a plazo fijo. En cualquier alternativa que pretenda ser rentable en el entorno económico actual no existe esta seguridad, lo que confunde al ahorrador y le mete en un dilema.
Dicho todo eso, ¿cómo deben ser las alternativas a sus ahorros para que la experiencia del inversor sea la más parecida posible a la que ha tenido con los depósitos bancarios? Ahí van cuatro aspectos a tener muy en cuenta.
Como pueden comprobar, no hay tanto abismo entre un depósito y alternativas que rinden algo más y sin necesidad de arriesgar mucho. Es cuestión de organizarlo bien y ofrecemos desde muchos años soluciones que están totalmente alineadas con todo lo arriba comentado.
Muchas veces lo combinamos con algún producto de crowdlending que rinden a tasa superior a los depósitos. Esta combinación aporta mayor estabilidad en la fluctuación de la valoración de este conjunto y se antoja como idóneo para ahorradores que no se sienten cómodos con un perfil de riesgo moderado.
Christian Dürr es socio-director de ETICA Patrimonios EAF