VALÈNCIA. Desde que el presidente de Vox, Santiago Abascal, saliera el pasado martes junto a los vicepresidentes de gobiernos autonómicos de los que forman parte para pedir la convocatoria de manifestaciones institucionales contra la amnistía, el PP se mueve en la abstracción a la espera de acontecimientos.
El vicepresidente segundo de la Generalitat, Vicente Barrera (Vox), apenas 24 horas después de su comparecencia con Abascal, comentó públicamente que iba a proponer al PP que, si "lo ven conveniente" se intente "movilizar" a la sociedad contra el "golpe de Estado" de Pedro Sánchez. Aquel día fue bastante comedido, pero este mismo viernes fue mucho más claro en un comunicado oficial en el que pidió a Mazón "la convocatoria urgente de una movilización institucional contra el golpe de Sánchez". En definitiva, de lo que llama "una gran manifestación" en la que además se muestre la unidad del Consell.
Los populares meditan desde hace días su estrategia. Y, aunque no parecen partidarios de liderar las manifestaciones desde las instituciones, se encuentran ganando tiempo. Ningún cargo del PP dentro del Gobierno –ni tampoco el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón– ha dicho ni que sí ni que no. Ni que convocarán una movilización desde el Ejecutivo autonómico ni que lo rechazan por completo.
La portavoz del Ejecutivo valenciano, Ruth Merino, preguntada específicamente por si en el seno del Consell se había abordado la petición de Vox y si el PP la secundaba, señaló que el asunto no se había tratado en el pleno celebrado ayer viernes. A lo que añadió: "No descartamos nada". "Lamentablemente, esto no ha hecho más que empezar, y va a continuar esta afrenta y esta ruptura de la igualdad y la equidad entre españoles", comentó.
En sus palabras se percibe –y dentro del PP también– que los populares no son demasiado partidarios de la petición de Vox. Pero quieren evitar de entrada un enfrentamiento público y así posponer el debate a la espera de comprobar cómo se desarrollan los acontecimientos.
El propio PPCV tiene convocada este domingo una concentración en la plaza del Temple a las 12.00 horas. Se suma a la de la semana pasada en las Torres de Serranos y la que asistió el presidente nacional del partido, Alberto Núñez Feijóo, que este fin de semana seguirá su gira de actos por otras ciudades. Una protesta a la que se unirá Vox, según anunciaron este viernes en un escueto comunicado.
Su calendario depende por el momento, de este modo, de la coordinación que mantienen con Génova. Y la estrategia de las próximas semanas seguramente también. La petición de Vox no toca sólo a la Comunitat Valenciana, sino al resto de las que gobiernan junto a los populares, por lo que sería lógico que la dirección nacional fuera la que marcara la pauta sobre cómo reaccionar a ello de manera coordinada en todos los territorios.
El PP confía en la buena relación con sus socios dentro del Consell para llegar a un entendimiento. Y seguramente tratará de negociar un camino intermedio que no suponga que la Generalitat convoque una manifestación oficialmente. Algo que, además no está exento de riesgos. El primero es asumir el discurso de la extrema derecha. De ahí que la fundamentación de cualquier protesta tenga que quedar clara. El segundo, que una convocatoria auspiciada por la propia Generalitat conlleva que tenga que lograr un gran apoyo para que se traslade una imagen de respaldo potente con una asistencia destacada. Y el tercero, que si acuden grupos violentos quedarían totalmente desdibujadas las reivindicaciones.
Tomar la calle de en medio consistiría en que el Ejecutivo autonómico sí actuara contra la amnistía pero por otras vías. Desde hacer un llamamiento a la movilización sin pilotarla directamente hasta acudir a los tribunales. Incluso hacer extensible la protesta al lugar en el que queda la llamada 'agenda valenciana' (financiación, deuda, inversiones, etc.) en un pacto del PSOE con los independentistas dependiendo de si acaba perjudicando o no al territorio. Algo de lo que ya avisó el propio Mazón y reiteró este viernes Ruth Merino. Esta última precisó que lo irán "sopesando" todo y tomarán decisiones conforme avancen los acontecimientos. Por ejemplo, cuando se presente la ley de amnistía en el Congreso de los Diputados. Lo harán, remarcó, desde la "tranquilidad" y el diálogo dentro del Consell, "ejerciendo como un Gobierno único".
El PP confía también en ese poder de diálogo con Vox, con el que mantiene buena relación dentro del Ejecutivo autonómico. De ahí que tirar el balón hacia adelante sea la mejor opción en este momento.