VALÈNCIA. El pasado martes el expresidente de la Generalitat y eurodiputado de Junts, Carles Puigdemont, puso sobre la mesa algunas de sus condiciones para negociar la investidura del socialista Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. El dirigente catalán reclamó que el Estado reconociera la "legitimidad" del independentismo, una amnistía a los encausados por el 'procés' y garantías de cumplimiento de los acuerdos como condiciones previas para comenzar el diálogo.
Unas exigencias que provocaron la reacción inmediata de PP y Vox, que mostraron su rechazo respecto a estas condiciones, pero también incluso de históricos dirigentes socialistas como Felipe González o Alfonso Guerra. El primero manifestó su oposición argumentando que aceptar una amnistía implicaría reconocer que no cometieron ningún delito y que fue el régimen democrático español el que les culpabilizó "injustamente". Más duro fue el segundo, quien calificó de "gánster" a Puigdemont y consideró que aprobar una amnistía supondría una "condena a la Transición".
Con este escenario, y aunque las distintas manifestaciones del entorno del presidente del Gobierno han sido optimistas de cara a la investidura, parece evidente que Pedro Sánchez se enfrenta al difícil reto de alcanzar un acuerdo con Junts que le permita ser investido como presidente del Gobierno. Sobre esto, en el Ejecutivo diferencian entre un referéndum de autodeterminación y la petición de amnistía, siendo la segunda exigencia la que sería más plausible de incluir en las conversaciones.
Ante esta situación, la maquinaria socialista ya se ha puesto a trabajar a la búsqueda de voces que puedan respaldar la hipotética amnistía reclamada por Puigdemont. Según ha podido saber este diario, desde la dirección federal del partido situada en la calle Ferraz, se ha comenzado a tantear a diferentes estructuras autonómicas para conocer las posibilidades de apoyo de cara a introducir esta exigencia de Junts en la negociación.
Una de las direcciones que ha recibido la llamada de Madrid es la del PSPV liderado por Ximo Puig. En este sentido, cabe recordar que el secretario general de los socialistas valencianos fue uno de los principales aliados de Pedro Sánchez en diversos asuntos de carácter estatal en la pasada legislatura. Es más, cabe recordar que el expresidente de la Generalitat también ha sido estos años una de las voces socialistas más dialogantes y conciliadoras en relación al conflicto catalán, por lo que fuentes del PSPV consideran que Puig, a diferencia de otros barones socialistas, puede ser uno de los aliados de Sánchez a la hora de explicar y defender ante la opinión pública una hipotética amnistía.
Más aún cuando el líder de los socialistas valencianos también ha entrado en algunas quinielas como posible ministro. De hecho, tras la derrota electoral, su nuevo destino en el Senado apunta a la proyección nacional del expresidente de la Generalitat quien, sin ir más lejos, esta semana participaba en el diálogo "Los retos del federalismo y el sistema autonómico español" organizado por los cursos de verano de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), con una propuesta que viene defendiendo desde años atrás para repensar el estado autonómico y acometer un impulso al federalismo.
De esta manera, y si en el PSPV admiten que Puig por su carácter y trayectoria ya ha mostrado en el pasado una sensibilidad especial respecto a la problemática en Cataluña, las distintas fuentes socialistas opinan que el expresidente puede ser un punto de apoyo en una cuestión en la que Sánchez, a tenor de lo visto por las primeras reacciones y en asuntos similares en el pasado, no dispondrá ni mucho menos de un apoyo mayoritario en el PSOE.