el presidente prometió reducir a la mitad el personal eventual, lo que se traduce en 58 asesores

El recorte de asesores que planea Mazón exprimirá a los consellers y sus equipos

21/09/2023 - 

VALÈNCIA. El Gobierno valenciano conformado por PPCV y Vox entra este mes de septiembre en la recta final para su composición definitiva. A falta de los nombramientos que puedan producirse este martes, tan sólo quedan por designar en torno a una decena de cargos en el segundo escalón del Consell, además de completar la renovación en diversas empresas públicas.

Cómo es lógico, algo más lento va el proceso en lo que se refiere al personal eventual, dado que a día de hoy se han nombrado 40 asesores, por lo que todo apunta a que restaría en torno a un tercio por nombrar, aunque todavía se desconoce el número máximo que fijará el nuevo gobierno para este tipo de trabajadores escogido por libre designación.


Cabe recordar que el presidente de la Generalitat y líder del PPCV, Carlos Mazón, reiteró públicamente en diversas ocasiones antes de las elecciones que reduciría el número de consellerias y dejaría en la mitad la cantidad de asesores en comparación con el Govern del Botànic conformado por PSPV-PSOE, Compromís y Unides Podem; algo que el presidente popular certificó dentro de su programa electoral: "Reduciremos los cargos de libre designación y asesores al 50%, con un máximo de diez consellerias", señalaba. La parte de la disminución de carteras ya se cumplió, al pasar de 12 a 10 departamentos, lo que además trajo aparejada una reducción de altos cargos del segundo escalón. 

Ahora llega el momento del personal eventual. El Botànic II disponía en la pasada legislatura de 116 asesores, por lo que la cifra máxima orientativa para que Mazón cumpliera con su compromiso debería ser 58. Una cantidad, la más baja de, al menos, los últimos cinco gobiernos que, indudablemente, implicaría un esfuerzo importante para los consellers y sus equipos. De hecho, el primer gobierno del Botànic en 2015 se fijó el límite máximo de 74 asesores frente a los 99 de los que disponía el popular Alberto Fabra; si bien él había anunciado una reducción del personal eventual frente al ejecutivo de su predecesor, Francisco Camps, compañero en el PPCV.

No obstante, las quejas internas en el Botànic ante la falta de manos en las consellerias, provocó que se flexibilizara esta cifra, a lo que se sumó un incremento en dos departamentos del Ejecutivo para dar entrada a Unides Podem, lo que terminó en la mencionada cifra de 116 asesores.


Fuentes del entorno de Mazón señalan que todavía se encuentran estudiando la reducción del personal eventual, si bien hasta el momento no hay ninguna conselleria -excepto Presidencia- en la que se haya superado el número de cuatro contrataciones (un director de Gabinete, un jefe de prensa, un asesor de asuntos generales y otro de asuntos parlamentarios). Así, este tope de cuatro asesores -el que fijó el Botànic en 2015-, es el que parece que será la norma general en las consellerias, más allá de alguna concesión o excepción en áreas con especial carga de trabajo.

En este sentido, resulta obvio que Presidencia dispondrá del mayor número de asesores (Puig llegó a contar con 25), dado que es el departamento donde se centraliza la comunicación y por la necesidad de que el jefe del Consell cuente con otros servicios como protocolo, secretaría, redactores de discursos y otro tipo de personal eventual como los asesores del expresidente (Puig ha utilizado los tres puestos a su disposición) que forman parte de la estructura de Presidencia. Así, el equipo de Mazón deberá incrementarse aún  (actualmente hay 12 nombrados, contando los 3 de Puig), y tampoco es descartable que también pudiera ascender el número de asesores de las dos vicepresidencias (a día de hoy tienen cuatro cada una). 

Haciendo cálculos generales, si las siete consellerias disponen de cuatro asesores, acumularían un total de 28; suponiendo que el presidente sumara una veintena en total y las dos vicepresidencias reforzaran sus equipos, no quedaría demasiado margen hasta llegar a los 58 asesores que es donde situaría la promesa de Mazón, lo que obligaría a un reparto muy ajustado en todos los departamentos. Un esfuerzo sin duda importante que tendría como resultado una estructura notablemente austera que conllevará una alta exigencia tanto para los consellers como para sus equipos.

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