El respeto al empresario puede convertirse en desprecio al cacique

Me gusta muy poco intervenir en la política nacional, el bipartidismo es aburrido, y las arengas periféricas a veces tienen sentido y otras son de brillantes ocurrencias. Además existen otros profesionales con mejor verborrea que yo. No soy costurero, el traje me viene grande y paso de darle dobladillos. Mejor quedo pedaleando mi ciudad, soy europeísta de cruces hacia fuera.

He tenido que hacer un alto en el camino, tras las no piadosas e incendiarias declaraciones de una dirigente centralista, en un mitin político, hay que matizarlo, vertidas a un empresario valenciano.

Antes de tirar de la manta, intento en este repecho de la vida, practicar la filosofía de proximidad en la cultura y en el comercio, o lo que es lo mismo, no ser cliente salvo en ocasiones, de los servicios de las multinacionales o grandes corporaciones. Hay que barrer para casa fortaleciendo de medios el estado de bienestar, y de recursos a la clase media, motor económico de un país.

La polémica suscitada por las afirmaciones de la ministra anticapitalista, sobre el capitalista despiadado generaron en mí cierto interés. Si no recuerdo mal, creo fue el año 97, cuando dirigía junto a otros compañeros la grada Gol Gran, pintamos una pancarta de casi 40 metros que decía algo así…

"Juan y Fernando, el respeto al empresario puede convertirse en desprecio al cacique" ¡No se especula con 80 años de historia! El mensaje iba dirigido a dos empresarios valencianos que copaban los primeros puestos de las listas del ranking accionarial del Valencia C.F.

La proclama no sé si llegó a calar hondo, de la misma manera que un monot en las aguas del Mediterráneo en plena captura de angulas. Al tiempo, los dos hermanos, se vieron obligados a vender ejemplarmente los títulos. Hasta el prestigioso escritor Paul Preston, ¡Miente! no se libró de nuestras arengas, o tampoco se escaparon las prácticas de las pruebas nucleares que libraron en Mururoa.

Fueron muchas pancartas que nunca te dije en todas las etapas que el Gol Gran peregrinó por las gradas del vetusto fondo Sur. Tarde o temprano contaré, ya lo he hecho en un medio local de radio, Manuel Llorente lo sabe, por qué la Curva Nord se ubica detrás de la portería de la antigua General de Pie Sur.

Fui un claro defensor de utilizar la herramienta de la pancarta mensaje cada jornada con el fin de rebelarnos ante el poder establecido. Así lo narra, el " escandinavo" de Rafa Lahuerta en un capítulo de su nostálgico libro La Balada del bar Torino.

"Cuando en 1994 nació el Gol Gran, Pedro Nebot, inventó la sección 'pancarta de culto'. Con su habitual insistencia se empeñó en que cada partido debíamos colgar un mensaje en la valla de general sur. Pedro era muy pesado,- lo sigo siendo- así que no tuve más remedio que hacerle caso. En aquellos tiempos ambos mezclábamos realmente bien, él era el líder entusiasta, emprendedor, yo el músculo reflexivo y prudente. Hacíamos un buen tándem…"

Éramos unos simples chavales, muchos de ellos universitarios, otros currantes, y algunos parados que colectivamente supimos con criterio, responder con ironía y honestidad lo que considerábamos en aquel momento bueno para la gran familia valencianista.

Aquella pancarta y otras sirvieron para acercarme al lúcido pensamiento del viejo rey de Troya, Príamo, que tras la muerte de su hijo Héctor, en su encuentro con Aquiles dijo, "Hasta en tiempos de guerra hay que mostrar respeto por el enemigo" . Quizás Homero sea una lectura de cabecera para algunos políticos que creen en su ideario representar a la clase trabajadora. Tras esto, pregunto ¿qué pensarán los 140.000 trabajadores, familiares, amigos, interproveedores y clientes de la empresa del capitalista despiadado? Las urnas decidirán. ¡Y Troya ardió!