No tomarse en serio el metaverso es casi el equivalente a no haberse tomado en serio internet cuando empezaba como explica el experto
MADRID. No tomarse en serio el metaverso es casi el equivalente a no haberse tomado en serio internet cuando empezaba. Además, no será sólo importante 'per se', sino porque su desarrollo necesita de otras tecnologías y supondrá un fuerte impulso para ellas.
Los inversores pueden beneficiarse de esta circunstancia, como lo hicieron quienes invirtieron hace 10 años en el Nasdaq o el SP 500 y tuvieron como recompensa un 600% y un 200% más de rentabilidad, respectivamente, que si lo hubieran hecho en el Ibex35. Sin embargo, todo apunta a que España llegará tarde y mal a la nueva revolución tecnológica que supone el metaverso, como ya le ocurrió con la revolución digital y con la revolución industrial.
Hoy por hoy en nuestro país no se pueden comercializar entre inversores minoristas productos para invertir en el metaverso. Primero, porque son norteamericanos, es decir, de fuera de la UE. Segundo, porque son ETFs -fondos de inversión de tercera generación o fondos cotizados -, un formato muy temido por los distribuidores porque son mucho más baratos y por lo tanto dejan mucha menos comisión a bancos, sociedades de valores y asesores financieros no independientes. Los inversores particulares no tienen permitido acceder a ETFs norteamericanos, que son los únicos productos realmente capacitados para invertir en el metaverso. Y si pudieran, las desventajas fiscales de los ETF frente a los fondos tradicionales actuarían como segunda barrera de entrada.
Los fondos tradicionales no sirven para participar en las primeras fases del metaverso. Más que comprar Facebook, se trata de comprar las pymes y startups que comprarán las grandes firmas para posicionarse en el metaverso. La única forma de hacerlo es con productos que tengan selectores que conozcan la tecnología y las empresas, normalmente ETFs norteamericanos. Ponerles barreras a estos productos tiene como efecto secundario que los españoles no podamos participar ni siquiera como inversores pasivos en el gran negocio tecnológico del futuro.
Por otra parte, en España la prioridad económica no es fomentar el empresariado sino el funcionariado. No se trata de apoyar a pymes y autónomos, sino de aumentar sus impuestos, regulaciones y cargas burocráticas. Eso no facilita la creación de empresas tecnológicas punteras y nos aleja también de los negocios que apoyan la creación del metaverso y crecerán con él, como son la computación en la nube, la Inteligencia Artificial o la tecnología blockchain.
Hace 20 años España era puntera en la inversión colectiva, pero de un tiempo a esta parte hemos pasado de ser financieramente innovadores a innovar para evitar que entren los productos financieros más punteros.
Víctor Alvargonzález es socio fundador y director de estrategia de Nextep Finance