Especialistas del Provincial hallan una disfunción cerebral compartida entre la psicosis y la psicopatía

23/07/2019 - 

CASTELLÓ. Especialistas del Hospital Provincial de Castelló han identificado una disfunción cerebral compartida entre pacientes diagnosticados de esquizofrenia, un tipo de psicosis, y pacientes que presentan trastorno antisocial de la personalidad o psicopatía.

El hallazgo, que acaba de ser publicado en la prestigiosa revista internacional 'Journal of Dual Diagnosis', sugiere que existe una alteración compartida en la capacidad que tienen estos pacientes de filtrar la información sensorial de su entorno, lo que puede llevarles a realizar interpretaciones distorsionadas de la realidad y predisponerles al consumo de cocaína.

El estudio lo ha llevado a cabo Alejandro Fuertes, residente de psiquiatría de tercer año en el Hospital Provincial de Castellón, junto con Gonzalo Haro, psiquiatra responsable del Programa de Patología Dual Grave del Hospital Provincial, y otros miembros del grupo de investigación TXP de la Universidad CEU-Cardenal Herrera.

La investigación se ha realizado sobre una muestra de 38 pacientes diagnosticados de trastorno por consumo de cocaína, que se han subdividido en tres grupos en función de su diagnóstico. El primer grupo ha estado formado por pacientes que solo presentaban adicción a la cocaína y no asociaban otra enfermedad mental, el segundo por pacientes con trastorno por consumo de cocaína y esquizofrenia y el tercero lo han integrado pacientes con trastorno por consumo de cocaína y trastorno antisocial de la personalidad.

Todo el grupo de pacientes ha sido estudiado con una avanzada técnica con la que cuenta el Hospital Provincial llamada 'Inhibición Prepulso del Reflejo del Parpadeo (IPP)'.

Alejandro Fuertes ha explicado que dicha técnica mide la capacidad que tienen las personas de darle relevancia a los estímulos que realmente la tienen y descartar los estímulos irrelevantes. Para ello, se colocan unos electrodos en el músculo del parpadeo que registran la contracción del mismo cuando el sujeto recibe un estímulo sonoro intenso a través de unos auriculares. Tras varias repeticiones del estímulo se debería observar una inhibición o disminución de este reflejo. "De esta forma hemos observado cómo los pacientes con esquizofrenia o trastorno antisocial de la personalidad presentan un aumento de este reflejo y, de alguna manera, siguen sobresaltándose ante los estímulos", ha matizado Fuertes.

Por otra parte, la esquizofrenia es una enfermedad mental crónica que afecta al 1% de la población y que hace a los y las pacientes más vulnerables, no más violentos. Gonzalo Haro ha manifestado que el hallazgo puede servir en un futuro para explorar nuevas vías de tratamiento, especialmente para el trastorno antisocial de la personalidad que actualmente no tiene un tratamiento eficaz. 

Haro ha explicado que "a día de hoy los pacientes con trastorno antisocial de la personalidad y consumo de drogas asociado suelen terminar ingresados en prisión puesto que no se conocen tratamientos eficaces para ellos".

"La inhibición prepulso podrá usarse para detectar consumidores con un riesgo aumentado de desarrollar una enfermedad mental, como la psicopatía o la psicosis, haciendo más efectivas las intervenciones de prevención", ha afirmado Fuertes.

El estudio ha sido codirigido por Ana Benito, de la Unidad de Salud Mental de Torrente, y ha contado con la colaboración de César Mateu, psicólogo del Hospital Arnau de Vilanova; Sonia Carratalá, especialista en Psiquiatría y Neurofisiología del Hospital General de Castellón; Isabel Almodóvar, coordinadora del grado de Enfermería de la Universidad CEU Cardenal Herrera y Abel Baquero, psicólogo en Proyecto Amigó y profesor de la misma universidad.

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