VALÈNCIA (VP). Una inflación desbocada, derivada del repunte del petróleo y el gas, la crisis de suministros a nivel mundial, la inestabilidad proveniente de China o el inicio del tapering en Estados Unidos, sumado a las discordancias entre los bancos centrales, están marcando el rumbo de los mercados durante la segunda mitad de año. Los inversores de renta variable, a pesar de que van camino de anotarse otro 20% en 2021, se mueven en un entorno cada vez más incierto, mientras que, en el mercado de renta fija, el bono estadounidense se sitúa al filo del 1,6% y la brecha entre la política monetaria del BCE y la Reserva Federal ha llevado al euro a marcar mínimos de más de un año.
En este escenario, Belgravia Capital-Singular AM ha elaborado un documento que recoge los principales factores que están condicionando -y lo seguirán haciendo en los próximos meses- los mercados y la recuperación post COVID-19.
1) La recuperación mundial pierde impulso
Por el lado macroeconómico, desde Belgravia Capital-Singular AM prevén que la tendencia en la desaceleración del crecimiento a nivel global continúe, a medida que las economías se van acercando a su potencial. Los indicadores de actividad adelantados siguen en cifras positivas, pero en niveles más bajos que los meses anteriores, especialmente en Europa, donde en algunos países se sitúan ya por debajo de las previsiones iniciales.
2) Expectativas de inflación elevadas
Belgravia Capital cree que la inflación se mantendrá elevada en los próximos meses, como resultado principalmente del impacto de la subida en los precios de la energía, los cuellos de botella en las cadenas globales de suministro y la escasez de oferta laboral, sobre todo en EE.UU. y también en Asia, que presiona al alza los salarios.
Con la inflación en EE.UU. en el 6,3%, su nivel más alto en 30 años, y el bono del tesoro estadounidense a 10 años al filo del 1,6%, la FED decidió en su reunión de noviembre dar comienzo al esperado tapering a razón de 15.000 millones de dólares al mes. Al tiempo que sigue manteniendo que, si bien la inflación es elevada, ésta se debe a factores transitorios, mientras se espera la resolución del techo de deuda del tesoro americano. Por su parte, el BCE ha reiterado su mensaje de que una posible subida de tipos no solucionaría los dos factores de fondo que están presionando los precios al alza: los cuellos de botella en las cadenas globales de suministro y el encarecimiento de la energía. Además, Christine Lagarde ha prorrogado hasta diciembre la decisión sobre el programa estímulos extraordinarios puesto en marcha a raíz de la pandemia (PEPP).
3) La gran volatilidad de las materias primas
El mercado de materias primas continua su escalada, especialmente en las energéticas. Así, el barril de crudo Brent ha alcanzado niveles que no vistos desde 2018. Más acusada aún ha sido la subida del carbón, que en lo que llevamos de año se ha revalorizado un 171% o del gas natural que suma un 384% en el año, tensionando los márgenes de las industrias más intensivas en energía y añadiendo presiones inflacionistas a la economía en general.
Sin embargo, el crudo parece haberse estabilizado en la franja de los 75-85 dólares por barril. Para 2022 esperan estabilización en dicha franja para los precios del crudo y cierta normalización a la baja del resto de materias primas energéticas, aunque podrían mantenerse en niveles todavía muy elevados durante el invierno.
4) Turbulencias desde China
China sigue manteniendo un papel protagonista en los mercados, por su política de “prosperidad compartida” o “prosperidad común” cuyo objetivo es reducir la creciente desigualdad en el reparto de la riqueza e impulsar el desarrollo de la clase media. Una estrategia que se ha traducido en medidas regulatorias (antimonopolio, educación, industria del lujo), financieras (estabilidad, crédito) y sociales (juego, tabaco), cuya repercusión no se limita a territorio chino, sino que puede acabar afectando a multitud de compañías globales.
A todo esto, hay que sumar las dudas surgidas sobre la viabilidad financiera de Evergrande, el segundo mayor desarrollador urbanístico de China, por las dificultades para hacer frente al pago de intereses de su deuda, y el posible contagio a todo el sector de la vivienda, que representa casi la cuarta parte del PIB del país.
5) Los problemas de suministro podrían extenderse a 2023
Los bancos centrales han estado dando el mensaje más bien tranquilizador de que la inflación es transitoria y que debería de suavizarse a partir del segundo trimestre de 2022, una visión que no comparten desde Belgravia, que considera que la inflación probablemente sorprenda al alza y se mantenga elevada durante un periodo más prolongado de tiempo, en la medida los problemas de suministro mundial podrían extenderse hasta finales de 2022.
Teniendo en cuenta esta confluencia de factores, Belgravia Capital considera que, en el momento de expansión en el que nos encontramos, los valores de crecimiento estructural alto y con sesgo cíclico lo deberían hacer mejor. En la actualidad, la entidad está ligeramente sobreponderada en los sectores industrial y consumo discrecional; e infraponderada en energía y materiales.
La cartera de Belgravia Capital está compuesta por 35 valores que representan un nivel de inversión en acciones del 67% del patrimonio, con un peso medio por posición del 2%. Un 90% de la cartera de contado está invertida en valores de gran capitalización y un 10% en valores de mediana y pequeña capitalización, siguiendo una selección bottom-up y atendiendo siempre a méritos propios de cada compañía.