La semana pasada celebramos el Día de Europa, una conmemoración de los principios sobre los que se erige la Unión Europea. Una de las prioridades de la UE es el apoyo al futuro de las empresas y la industria continental para una mayor competitividad y crecimiento económico creando un entorno propicio a la actividad empresarial. Por otro lado, ese desarrollo ha de converger hacia una Europa más ecológica y sostenible con unos objetivos claros de descarbonización para los que se destinan programas de financiación. En Ascer hemos programado un ciclo de desayunos-debate en el que acercamos a las empresas las oportunidades de financiación que la UE les brinda para desarrollar proyectos de I+D+i, programas que, como no podía ser de otro modo, están mayoritariamente enfocados a la descarbonización, digitalización de la actividad y reindustrialización.
En el escenario mundial de la producción cerámica de alta calidad, Europa se ha erigido como un líder indiscutible. Sus productos han marcado pauta en términos de calidad, diseño y nuevas aplicaciones. Sin embargo, la travesía hacia esta posición privilegiada no ha estado exenta de desafíos (covid, guerra en Ucrania, crisis energética, etc.) y, en la actualidad, la industria afronta una serie de amenazas que ponen en riesgo su sostenibilidad a largo plazo, algunas de las amenazas provienen de agentes externos como la energía o la competencia comercial, sin embargo, los mayores desafíos tienen su origen en la propia Unión Europea.
Uno de los principales obstáculos que enfrentan las empresas cerámicas europeas son los elevados costos energéticos; y la alta volatilidad de precios añade una capa adicional de incertidumbre a la operación diaria de las compañías. Por otro lado, la competencia desigual a nivel internacional es un desafío significativo. La industria cerámica europea se enfrenta a productos de bajo costo provenientes de países con estándares ambientales, laborales y sociales menos rigurosos, lo que no solo crea una competencia desleal, sino que también plantea riesgos de fuga de carbono y de inversión.
Los altos costos de capital también representan una barrera para la competitividad y la transición hacia prácticas más sostenibles. Las inversiones necesarias para reducir emisiones y mantenerse al día con las demandas del mercado son cada vez más difíciles de financiar, lo que pone en peligro la capacidad de innovación y adaptación de la industria.
Para asegurar la viabilidad y sostenibilidad de la fabricación de cerámica en Europa, es imperativo implementar políticas que restauren la competitividad y fomenten nuevas inversiones en el sector. Entre las acciones necesarias se encuentra un sólido apoyo a la investigación e innovación por parte de la Unión Europea, más en el caso de la industria fabricante de baldosas cerámicas en el que son necesarios fondos para la innovación de una tecnología todavía no existente que nos permita descarbonizarnos.
Acceder a fondos europeos para la I+D+i es cada vez más complicado para sectores industriales heterogéneos, como el de la cerámica, especialmente para las pequeñas y medianas empresas. Ante el gran desafío que supone alcanzar la neutralidad climática, es imprescindible que desde la UE se habiliten fondos adecuados y accesibles a todo tipo de empresas industriales europeas, y no solo grandes corporaciones o empresas de tamaño grande. Es esencial simplificar los procesos de solicitud y garantizar un acceso más fácil a la financiación de la UE.
Además, aumentar la financiación para proyectos de I+D+i que se encuentren por encima del nivel de madurez tecnológica TRL5 es fundamental para impulsar la innovación a gran escala. Asimismo, es necesario establecer requisitos realistas de reducción de emisiones en las convocatorias de innovación, reconociendo que las tecnologías necesarias para alcanzar estos objetivos aún pueden no estar disponibles en el mercado. También se deberían establecer mecanismos que equiparen o reduzcan la disparidad de criterios entre países de la UE, si no, no estaremos ante las mismas oportunidades de acceso.
La industria cerámica europea enfrenta desafíos significativos, pero con políticas adecuadas y un compromiso continuo con la innovación y la sostenibilidad, puede mantener su posición como líder mundial y contribuir al desarrollo económico y ambiental de la región.