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Eva Zapico y 'Coriolà': hasta el eterno Shakespeare puede ser contemporáneo

23/08/2023 - 

VALÈNCIA. Acercarse a Shakespeare en 2023 diciendo sencillamente que su mensaje aún está vigente pero sin intervenir la obra seguramente sea lo más anacrónico que se pueda hacer. Porque seguramente sí sea cierto que la pasión, la profundidad y la intensidad con la que el dramaturgo inglés escribió sobre los grandes temas universales permanezcan intactos, pero muchas veces, el lenguaje y la escena lo es todo.

Eva Zapico se estrena en Sagunt a Escena (ha tardado 40 años) con Shakespeare. Pero quien se acerca no verá ni el texto, ni los personajes, ni la escenografía, ni el vestuario que podría esperar. Sino algo mejor, algo nuevo. Lo hará al aire libre, dentro de la programación de Off Romà, en el Auditorio del Triángulo Umbral en el Puerto de Sagunto.

Coriolà es la obra que adapta, una de las últimas que escribió Shakespeare y también una de tantas que viven bajo la sombra de los grandes títulos que todo el mundo conoce. Zapico utiliza Coriolà para hablar de la vanidad y la locura, del poder y la soberbia. “El proyecto ha sido perseguido durante muchos años. Yo, en un principio, quería adaptar Calígula de Albert Camus, pero es muy difícil por el coste de los derechos. Empecé a buscar personajes similares en la obra de la literatura, y fue cuando me encontré con Coriolà, que a pesar de ser muy compleja, tiene en su raíz lo que más me interesaba: la construcción de la figura del tirano”, cuenta la directora en conversación con Culturplaza

Hasta ahora, las adaptaciones que había hecho Zapico habían sido encargos. En esta ocasión, la pulsión nació de ella, por un personaje “cruel y fascinante”. Pero no es únicamente el protagonista lo que absorvió de la obra: “tal vez el más complejo de todos sea el personaje de la madre, que interpela a todas las mujeres y nos deja en un lugar crítico porque es poderosa pero tremendamente tóxica”. Más allá de la obvia lectura y crítica política, “el texto interpela a todo el mundo porque habla del poder y la ambición, las pasiones más bajas”.

Foto: CAIXA FOSCA

Cayo Marcio Coriolà, un brillante general romano de la época de la República, es desterrado de Roma y dirige un asalto a la ciudad. Solo el ruego de su madre evita que destruya Roma, un cambio de opinión que lo llevará a la muerte. La fuente de Shakespeare es el libro Vidas paralelas, de Plutarco, y más que una tragedia, Coriolà es un drama histórico que sirve para ilustrar la vanidad y la locura de los hombres, cuyas acciones y reacciones parecen tener algo automático que les vuelve al mismo tiempo risibles y siniestros.

Una adaptación hecha junto al elenco en la que prima el movimiento

¿Y cuál es esa adaptación que la hace contemporánea? Iñaki Moral se ha encargado de ‘adelgazar’ el texto para poder realizar una pieza compleja con menos personajes y escenas y así poder dar importancia a aquello que es esencial en la creación original. Como es habitual en Zapico, lo corporal es el eje sobre el que gira su creación “aunque últimamente la dimensión textual y la corporal se han ido equilibrando algo más”.

La directora toma como punto de partido una especie de fútbol primitivo que le brinda a las escenas de la batalla un sentido deportivo y le brinda la excusa para trabajar el cuerpo-a-cuerpo. La base ha sido el jiu-jitsu y otras artes marciales. El artefacto contemporáneo se utiliza como contrapunto de la forma del texto, que se mantiene en muchos momentos.

“En el programa de mano, el intérprete siempre aparece como parte de la creación”, cuenta Zapico. Y es que para ella, “la creatividad del actor es imprescindible, sobre todo cuando se trabaja desde el cuerpo, menospreciar su papel es absurdo”.

En este caso, el elenco creativo son Guille Zavala, Tomás Verdú, Miguel Ángel Sweeney, Ramón Ródenas, Diego Ramírez y Mar Mandli. “El problema de esta manera de entender la creación son los tiempos, que no son los que nos gustaría. Los plazos de preparación de una obra son muy cortos —normalmente cinco o seis semanas— y no permiten crear espacios como los que necesitaría fácilmente. Yo intento acortar tiempos de montaje, por ejemplo, para tenerlos: hay un principio y un final de escena y lo que ocurre en medio lo dejo de manera abierta, y recabo información para cerrar lo que ocurrirá finalmente”.

¿Dónde acaba lo clásico y empieza la contemporaneidad en una obra como Coriolà? “Yo tiendo de las formas canónicas, pero creo que son cuestiones complementarias. Está bien que el texto y la historia estén ahí, como una referencia. Y yo busco jugar con ella, incluir al público, buscar nuevas formas de contarlo”, desgrana Zapico.

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