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Noticias de Oriente / OPINIÓN

¡Feliz año del tigre!

Foto: Chen Bin (DPA)
30/01/2022 - 

VALÈNCIA. Como ya es tradicional en esta columna, todos los años tenemos una cita ineludible con el signo del horóscopo chino que toque. Recordaremos que es Buda quién inspira el sistema del Año Nuevo Chino. Al parecer, hace más de 4.000 años, Buda hizo un llamamiento a todos los animales de la tierra pero solo aparecieron doce: primero la rata, después el buey, el tigre, el conejo, el dragón, la serpiente, el caballo, la cabra, el mono, el gallo, el perro y el cerdo. Por otro lado, a cada uno de estos signos se le asocia con uno de los cuatro elementos del universo: el fuego, la tierra, la madera o el agua. Por lo tanto, cada año tiene el nombre de uno de los animales referidos y un elemento.

Así el próximo 1 de febrero de 2022 arranca el nuevo año del Tigre, siendo el tercer año del actual ciclo astrológico chino. Tras concluir el año del Buey de metal, este año estará ocupado por el Tigre de Agua. El tigre es el animal más potente del horóscopo chino. El tigre es considerado en China el equivalente al león en Occidente, es decir, el rey indiscutido de los animales. En consecuencia, la característica esencial del tigre es el poder. Sin embargo las personas nacidas bajo este signo suelen ser sensibles, generosas, tiernas y divertidas. Están siempre listas para la acción y tiene una mente abierta. Les gustan los retos y los desafíos. Es cierto que su ego es muy destacado lo que les hace paradójicamente ser imprudentes y vacilantes a la vez. Mediante un ejercicio de conocimiento personal y de autocontrol pueden llegar a superar sus contradicciones y hacer que prevalezca su magnetismo natural que es colosal. El dato interesante es que el elemento de agua aporta a este año un punto balanceado, de acentuado equilibrio, que le permitirá al tigre controlar sus inclinaciones hacia los excesos y embridar su salvaje agresividad. Sin duda el tigre determina que el año en cuestión sea intenso pero por ese elemento de agua mencionado impedirá que el torbellino de los acontecimientos y el caos se impongan.

El año 2022 se anticipa como una época de cambios (tras dos años dominados por la pandemia), de altruismo, de nuevas experiencias y de acción intensa. Se recomienda no actuar de manera impulsiva e irreflexiva así como de poner distancia respecto a las personas o cosas que puedan tener efectos deprimentes o desmotivadores. Para ello, la energía del tigre resulta sin duda inspiradora pero ligada a una mayor perseverancia y rigor respecto de aquellos objetivos que se puedan marcar. Además, el tigre simbolizar la novedad y la creatividad por lo que no solo a título individual si no también social, este va a ser un año marcado por nuevas ideas que progresivamente van a imponerse. Sí, las costumbres podrán cambiar. Además, determinados proyectos que se nos antojan utópicos e irrealizables se podrán concretar y alcanzar formas que los harán factibles (esperemos que se trate de las medidas a adoptar y ejecutar respecto del cambio climático). También se van a dar cambios imprevistos que podrán dar lugar a una toma de conciencia en estos momentos sorpresiva. Va a ser un año de progreso en ámbitos como la ciencia, el arte o la tecnología. Todo ello con fuerza pero con la suavidad que, insisto, aporta el elemento del agua. Así, el tigre nos recomienda cierto esfuerzo de introspección para aprender a conocernos más, a escucharnos. La búsqueda del equilibrio, de la serenidad y de la armonía pasarán a ser prioritarios con el objetivo de mejorar algunos aspectos de nuestras vidas que ya no nos hacen bien ni nos convienen. Será un momento de dejar atrás situaciones y presencias tóxicas y dar un salto felino hacia delante para superar las dificultades a veces físicas o psicológicas que se hayan podido padecer estos últimos años. 

¿Cuáles son las predicciones para China y para el mundo para este Año Nuevo del Tigre de Agua? Por el momento la situación del punto de vista económico en China no es óptima. Los datos del último trimestre de 2021 han resultado decepcionantes en relación con las previsiones de recuperación económica del país asiático. Los pronósticos de bancos de inversión sólidos y con gran exposición a la economía china (Bank of America, Goldman Sachs y JP Morgan) sitúan el crecimiento del PIB entre, los más pesimistas el 4% y, los más optimistas, el 5.9%. Siguen dándose nubarrones en el horizonte próximo. Son dos factores los que explican esta situación: por un lado las dificultades que está experimentado el sector inmobiliario de la construcción y venta de viviendas; y por el otro la estrategia de 0 Covid adoptada con lo que esto supone. 

Por lo que respecta al primero de estos factores, es de todos conocido que Evergrande no es la única empresa que está experimentado serias dificultades. Es una situación en general difícil para un sector que representa prácticamente el 24% del PIB. En estos momentos no se sabe a ciencia cierta si estamos en una desaceleración coyuntural o realmente se anticipan transformaciones relevantes en el negocio. Pero es claro que se trata de una pieza importantísima de la economía china que no está pasando por su mejor momento.

Por lo que respecta a la política de 0 Covid parece que va a persistir, al menos hasta la celebración en otoño de 2022 del decisivo del Congreso de Partido Comunista de China donde no habrá sorpresas en la continuidad del presidente Xi Jinping pero sí en la de los altos mandos que se encuentran por debajo de él y que quieren su oportunidad. Algunos de ellos entienden que su momento decisivo ha llegado (por ello la lucha interna ahora es a muerte). Los efectos negativos de la política de 0 Covid están siendo preocupantes. Por un lado, dada la gran dificultad por no decir imposibilidad de viajar a China (y a pesar de que hayan sustitutitos telemáticos) China se encuentra en una situación de aislamiento sin precedentes desde Tiananmen. Por otro lado, se están dando y se van a dar en los próximos meses situaciones de confinamientos focalizadas en determinadas ciudades con lo que supone de disruptivo en cuanto, además del componente de crisis sanitaria, a las actividades productivas y manufacturaras con el consiguiente impacto en la economía no solo china si no mundial: se generan escasez de suministros, incrementos de los precios, retrasos en los tiempos de entrega etc. 

Xi Jinping. Foto: Maurizio Gambarini (DPA)

Realmente el reto para la economía china es sencillo: conseguir que la gente consuma y se gaste dinero. Por lo tanto en estos tiempos  inciertos, el gobierno chino va a priorizar las políticas que garanticen la estabilidad a través de políticas monetarias y fiscales ligeramente más expansivas. Este es uno de los factores que puede prevenir y evitar la desaceleración china. Pero de acuerdo con lo que apuntan los analistas de Morgan Stanley, también será conveniente un saneamiento no traumático del sector inmobiliario para el que el gobierno está promulgando las medidas adecuadas. Además, se van a fijar unos objetivos menos gravosos en materia de energía. En efecto las restricciones a la importación de carbón de Australia, la recuperación de la actividad industrial junto con los planes de China de reducir los gases de efecto invernadero han provocado cortes eléctricos a lo largo de todo el país. Se va a adoptar una política menos ambiciosa en este punto que lamentablemente no son buenas noticias para luchar contra el efecto invernadero. Finalmente, el otro factor que puede hacer que la economía china no se estanque es la revitalización de otro clásico esencial para el gran crecimiento que ha experimentado china en las últimas décadas: las exportaciones que vuelven a subir y que incluso ha resultado reforzadas tras la crisis del covid-19.

Lo anterior en cuanto a la economía, sin embargo todo esto puede cambiar si se precipitan los acontecimientos  geoestratégicos. Jamás desde el final de la guerra fría el mundo se encontraba en una situación de potenciales grandes conflictos como en la que se encuentra ahora. Esto también se debe a que determinados protagonistas del tablero internacional están ganando en presencia y asertividad. Me refiero básicamente a China y a Rusia. Por lo tanto, cabría hablar, sin querer ser pesimistas, de 5 lugares en los que se podría desencadenar la Tercera Guerra Mundial. Estos son de todos conocidos y de mayor a menor intensidad: en Ucrania (estas últimas semanas los acontecimientos se han precipitado aunque parece que los esfuerzos diplomáticos para evitar una guerra están dando ciertos frutos), en Taiwan (tengo la intuición, probablemente incorrecta, que el conflicto ucraniano se está sobredimensionando precisamente para que una intervención china relámpago en Taiwan con la inestimable ayuda del Kuomintang de Taipei pueda coger al mundo por sorpresa), en Corea del Norte e Irán (unos clásicos) y finalmente en los Himalayas donde las fricciones entre China y la India resultan inquietantes. 

Esperemos que finalmente a pesar de que el año del Tigre va ser movido que el componente de agua contribuya a atemperar los ánimos y que finalmente lo que se consiga es enderezar la economía mundial y desactivar todos estos conflictos que tienen un potencial destructivo enorme.

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