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 EN LA FRONTERA / OPINIÓN

Fichajes y presupuestos

24/11/2024 - 

La remodelación del Gobierno de la Generalitat se ha desarrollado según el guión previsto con las destituciones de las conselleras Salomé Pradas (Justicia y Emergencias) y Nuria Montes (Turismo e Industria). Falta por ver el segundo escalón donde el jefe del Consell Carlos Mazón va tener que enfrentarse con algunas resistencias. Pero bueno, él tiene la vara de mando y la capacidad de ejecutar cuantos cambios estime oportunos.

La gran novedad es la creación de una nueva Vicepresidencia encargada de la reconstrucción  con un militar jubilado (en la reserva) al frente: el teniente general Francisco José Gan Pampols, con un currículo brillante en sus misiones internacionales, y licenciado en Ciencias Políticas y Sociología. Un sector de la izquierda woke se ha echado las manos a la cabeza porque lo de un 'generalazo' haciendo política les recuerda a los espadones golpistas del XIX, del XX, y de la dictadura de Franco. Les replico: Manuel Gutiérrez Mellado, capitán general, fue vicepresidente primero de Adolfo Suárez y ministro de Defensa. Todo un caballero que tuvo que soportar que uno de los pistoleros (no me acuerdo si el propio Tejero) le zarandeara cuando lo del golpe de Estado. Fue uno de los episodios más humillantes del 23-F. Solo Gutiérrez Mellado, Suárez y Santiago Carrillo se mantuvieron en sus escaños.

Tampoco tiene memoria la izquierda woke de que hasta Podemos fichó en 2015 al jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) Julio Rodríguez para figurar como número dos en la candidatura al Congreso por Zaragoza (el militar pidió su pase a la reserva para entrar en política). Fue todo un golpe de efecto por parte de Pablo Iglesias: veía en él un gran ministro de Defensa, cosa que al final no ocurrió.

Se alega también la escasa “valencianidad” de Gan Pampols, algo que le alejaría del conocimiento concreto de la realidad de las zonas inundadas. Argumento endeble: Si participó en la reconstrucción de Bosnia-Herzegovina, tras la brutal guerra balcánica en los primeros noventa, ¿cómo no va a poder hacerlo en el cinturón industrial y agrícola de València? Cosa distinta es lo que ha deslizado el nuevo vicepresidente sobre que él no quiere interferencias políticas, que él es un mero técnico. Ahí peca de iluso: su cargo es político, tendrá que dar cuenta en Les Corts cada vez que sea preciso, y tendrá que aguantar la interlocución política con el resto de consellers para sincronizar todos los esfuerzos posibles tras la devastación de la gota fría. 

Yo entiendo que lo que ha expresado es que no quiere estorbos (que los tendrá) ni rifirrafes bobos con otros departamentos (que también los tendrá). La incógnita por tanto es si aguantará toda la legislatura: no quiero ser agorero pero tengo mis barruntos, con él y con su número dos, el general Venancio Aguado. A Mazón le va la vida (política) en ello y hará todo lo posible para convivir con Gan Pampols dejando atrás ciertas frivolidades (la comida/comidilla del 29 de octubre con una periodista), caprichos, y un afán importante de ser el único protagonista de la película.

La DANA ha supuesto daños por valor de 13.300 millones de euros según estimaciones de la Cámara de Comercio de València. La patronal considera que el montante supera los 10.000 millones. Eso altera en más de un punto el PIB nacional. La Generalitat tendrá que apoquinar un buen pellizco a la reconstrucción al margen de las aportaciones del Estado, básicas en los destrozos de autovías, carreteras nacionales, reforma de barrancos,  y ferrocarriles (salvo el metro y la corta distancia del área metropolitana).

Preveo recortes en las áreas de Cultura: desde restauración del Patrimonio hasta tijeretazos en las subvenciones al teatro y las artes escénicas. Del mismo modo que habrá tijeretazos en Turismo y Deporte: de hecho ya se está cuestionando la celebración de la Copa de América (45 millones de euros se invirtieron en Barcelona, en la última edición). Todo sea por reparar cuanto antes los estragos.

Sanidad y Educación son intocables si queremos mantener unos parámetros mínimos del llamado estado del Bienestar. Lo que sí es tocable es la infinita retahíla de subvenciones (transporte semigratuito o gratuito y universal, sin diferenciar rentas, bonos-comercio a tutiplén, esa especie de Imserso autonómico que quiere impulsar el Consell....). Igual de tocable es la pléyade de cargos y carguitos cobijados en la administración autonómica algunos de los cuales no dan palo al agua: tijeretazo integral. Ayuntamientos y diputaciones  también tienen que repensar a fondo lo mismo porque al final todo repercute en el conjunto del PIB autonómico. Hay municipios que están ejecutando auténticas barbaridades monetarias en las luces y decoraciones navideñas, ángeles trompeteros incluidos. Austeridad, austeridad y más austeridad. Es lo que toca. Vendrán tiempos mejores, seguro.

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