Las imágenes del cierre de temporada del Castellón ante el Cornellà (Fotos: Carme Ripollés)
Las imágenes del cierre de temporada del Castellón ante el Cornellà (Fotos: Carme Ripollés)
Las imágenes del cierre de temporada del Castellón ante el Cornellà (Fotos: Carme Ripollés)
CASTELLÓ. El epílogo que ha escrito el Castellón a su temporada supone mucho más que un final de curso para la entidad albinegra. El club de la Plana también ha cerrado un ciclo con el adiós de su entrenador, Sergi Escobar, y de algunos de los futbolistas que han liderado el proyecto deportivo orellut en las últimas temporadas. Además, todo hace indicar que la propiedad del club cambiará de manos en breve, por lo que el Castellón tomará un nuevo rumbo la próxima temporada.
En lo deportivo, el que ha sido entrenador del primer equipo desde mayo de 2021 renuncia al año de contrato que le queda y se desliga del club tras una campaña que empezó relativamente bien, pero que acabó con un bajón muy pronunciado.
Asimismo, diez jugadores de la plantilla finalizan su vínculo contractual con la entidad, entre ellos algunos de los artífices de su último ascenso a Segunda División, como César Díaz y Juanto Ortuño. Todo hace indicar que ninguno de ellos seguirá en el Castellón.
Por otra parte, está por ver si otros pesos pesados del vestuario permanecen en el equipo, pese a tener contrato. Un ejemplo es el de Pablo Hernández, cuyas lágrimas al acabar el partido frente al Cornellà sonaron a despedida. El centrocampista internacional y accionista del club fue el gran protagonista del mercado de verano al firmar por tres temporadas con el equipo de su ciudad, pero el nivel mostrado en su primer año ha estado muy por debajo de las expectativas.
La administración del club es el elemento que más incertidumbre genera en el Castellón ahora mismo. Y es que en caso de compraventa, habrá que ver cuál es el proyecto del nuevo equipo de gobierno en un contexto de déficit económico. De momento, la única certeza es que el Castellón repetirá presencia en Primera RFEF y que necesitará un giro de timón para devolver la ilusión a una afición que ha reducido drásticamente su asistencia a Castalia en los últimos meses.