CASTELLÓ. La empresa Fobesa se enfrenta este año al objetivo de renovar el contrato de concesión del servicio de abastecimiento de agua potable en Benicàssim. La carga simbólica es grande porque presta ese servicio de forma ininterrumpida desde el año 1968 y, además, la localidad está estrechamente ligada a la génesis del Grupo Gimeno, matriz de Fobesa.
El Ayuntamiento que hoy dirige la popular Susana Marqués pretende renovar la concesión para los próximos 25 años y vincular el contrato a una inversión estimada en 8,2 millones de euros durante los primeros cinco ejercicios con el objetivo de renovar la deteriorada infraestructura hidráulica del municipio.
El estudio de viabilidad económico-financiera elaborado por el propio consistorio benicense considera inaplazable esa inversión de 8,2 millones, ya que las actuales captaciones de agua "no permiten asegurar el abastecimiento a la población a medio plazo, ni en cantidad ni en calidad". La red de abastecimiento, de 198 kilómetros de longitud, tiene 50 años de antigüedad en numerosos puntos. En verano, las tuberías principales son insuficientes para atender el incremento de la demanda en un municipio que, de golpe, pasa de 18.000 a más de 100.000 residentes a causa del turismo vacacional, lo que provoca pérdidas de presión en puntos residenciales apartados. El otro grave problema es la existencia de numerosos pesticidas en los pozos, lo que hace imprescindible construir una planta de tratamiento para eliminarlos.
El consistorio benicense desglosa esos 8,2 millones de inversión inaplazable en ocho obras: un nuevo depósito de 15.000 metros cúbicos en La Parreta que reemplace al existente, de apenas 5.000 metros cúbicos; una tubería de 1,5 kilómetros de longitud entre La Parreta y la zona norte y otra de 3,7 kilómetros, dividida en dos ramales, entre La Parreta y la Zona Sur; un nuevo equipamiento del grupo de presión para las urbanizaciones Montornés y Las Palmas, y otro para La Parreta y Villas Norte; un nuevo depósito de 500 metros cuadrados en el Gurugú para reponer el existente; la instalación de una planta de tratamiento de carbón activo; la implantación de la telelectura del servicio para modernizarlo; y, por último, una conducción de agua desde el depósito de La Parreta a Salandó.
Además de estas inversiones, el Ayuntamiento considera que debería renovarse cada año un 2% de los 198 kilómetros de longitud de la red de abastecimiento.
El sistema de suministro de agua potable de Benicàssim cuenta actualmente con algo más de 21.000 abonados particulares. Además de los casi 2 millones de metros cúbicos de agua suministrados desde los pozos en servicio, el Ayuntamiento compra cada año 1,5 millones de metros cúbicos a la desaladora de Orpesa y otros 270.000 metros cúbicos a la ciudad de Castellón para garantizarse el abastecimiento.
Además de la renovación del contrato de concesión en Benicàssim, prioritaria para el Grupo Gimeno, su filial Facsa también anda inmersa en actuaciones en otros municipios. Por ejemplo en Xilxes, donde también tiene la concesión del servicio de suministro de agua potable. En este caso, Facsa acaba de culminar las obras de construcción de un bombeo de aguas pluviales en la calle Primero de Mayo. Los trabajos, cifrados en 339.040 euros, permitirán mejorar la evacuación del agua de lluvia en este vial del núcleo urbano de la localidad.