CASTELLÓ. El Ministerio de Fomento calcula que necesitaría invertir 281 millones de euros para prolongar la autovía A-7 hasta casi el límite de la provincia de Tarragona. Este montante es inferior en casi 70 millones al que estimaba hace menos de dos años, pero aun así las obras para convertir en autovía este tramo de la CV-10 (así se llama esta carretera desde Nules hacia el norte, ya que es de titularidad autonómica) siguen estando en el aire.
De hecho, en los Presupuestos Generales del Estado que el PSOE trató de aprobar y cuya negativa ha motivado la convocatoria de las elecciones generales del 28 de abril desaparecía montante alguno para las obras. Así, aunque con los PGE prorrogados esta posibilidad todavía sería posible, la liberalización de la AP-7 a finales de año, que tantas veces ha reiterado el ministro José Luis Ábalos, y la inminencia de los comicios dejan las actividades constructivas en el limbo.
A este respecto, fuentes de Fomento señalan que el momento actual es "muy malo para un pronunciamiento tajante" acerca de si, finalmente, y con la AP-7 abierta al tráfico gratuito a partir del próximo 1 de enero, se podría materializar la prolongación de la Autovía del Mediterráneo.
Por el momento, Fomento acaba de aprobar los documentos técnicos y, sobre todo, el estudio de impacto ambiental de este tramo de autovía, en los que las consultoras venían trabajando como base de los proyectos constructivos, en los que ahora se debería avanzar. Y es que, según las fuentes ministeriales, la declaración de impacto tiene un periodo de vigencia de diez años. Esto abre la posibilidad de que en un futuro cercano se pudiesen licitar las obras.
De esta manera, la alternativa 2, la escogida en el caso de que al final se materializase esta obra, consta de 45 kilómetros de longitud entre Vilanova d'Alcolea y Traiguera, 3 menos de los que se preveía en mayo de 2017. En aquella fecha se calculó una inversión de 349,7 millones de euros, mientras ahora es de 281,1. El ahorro llegaría en los tres tramos, pero sobre todo en el más septentrional, la Salzadella-Traiguera, donde las ingenierías prevén una inversión de 98,5 millones de euros, 27 menos que hace casi dos años.
Los otros dos tramos (Vilanova-les Coves de Vinromà y les Coves-la Salzadella) son incluso más económicos, con 91,8 y 90,7 millones de inversión estimada, pero estos ya se preveían más baratos y la rebaja ronda los 21 millones de euros. Para todos ellos, la velocidad estimada de circulación sería de 120 kilómetros por hora y se han diseñado nueve enlaces para acceder desde el entorno a la autovía.
Precisamente, uno de ellos, el tercero, deberá tener características especiales, ya que para su diseño "se deberá tener en cuenta las dimensiones y trayectorias de giro de los vehículos de transporte de palas eólicas", según recoge el anuncio de la aprobación de los documentos técnicos publicado en el Boletín Oficial del Estado. Y es que este enlace es el que debería permitir el acceso a la autovía a la fábrica de palas eólicas de LM Wind Power en les Coves de Vinromà.
Así las cosas, el avance en la tramitación de la autovía, cuya aprobación ambiental ha tardado prácticamente dos años en ser resuelta, aunque no deja de ser una buena noticia, puede quedar, finalmente, en un brindis al sol.