Un evento en Masía BellverCASTELLÓ. La promotora Costa Bellver, filial de Fomento Urbano de Castellón, propiedad de la familia Calabuig Gimeno y con desarrollos inmobiliarios en esta zona de Orpesa, ha pedido autorización a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) para reconstruir los muros de la parte derecha del barranco de Bellver. Rescatar esos muros y las escolleras del barranco, con un coste total de 609.610 euros, son los requisitos que impuso la Generalitat en su día para autorizar la adecuación de Masía Bellver, un construcción histórica que esta familia castellonense ha recuperado y en la que impulsa diferentes actividades de restauración.
Los trabajos a desarrollar consistirán en la reposición del muro en aquellos tramos del barranco donde se perdió por la erosión del agua o donde nunca ha habido.
Costa Bellver ya adecuó en octubre de 2022 la explanada del restaurante Masía Bellver como una zona de restauración con múltiples facetas como una forma de poner en valor esta zona del litoral castellonense. Además de los servicios gastronómicos más habituales, desde entonces los empresarios castellonenses han desarrollado actos privados como, por ejemplo, la presentación de los nuevos modelos eléctricos de un conocido concesionario de vehículos de Castellón el pasado mes de septiembre o de las posibilidades cerámicas de los productos de una conocida esmaltera.
Además de potenciar el complejo hostelero Masía Bellver, la familia Calabuig también lleva entre manos desde hace años el desarrollo residencial de la zona dentro de su diversificación de ingresos. El proyecto de urbanización del Plan Parcial Torre Bellver I ya fue aprobado en noviembre del año pasado. La promotora Costa Bellver debe ahora actualizar el aval que depositó en el año 1996, ya que el coste de las obras de urbanización se ha encarecido hasta 3.581.796 euros, cifra superior a la de entonces.
El gran obstáculo para impulsar ese plan parcial es que una buena parte del suelo invade la Zona de Especial Conservación (ZEC) del litoral de Orpesa que pretende proteger la Generalitat. De hecho, el 36,8% de la ZEC se ubica en suelo urbanizable, en las inmediaciones de la Urbanización Torre Bellver, y buena parte de él es propiedad de la familia Calabuig. Su promotora pretende incluir en la ZEC su propio proyecto de restauración paisajística y ambiental para las parcelas R2C y R14 del plan parcial.
El documento medioambiental, que empezó a tramitarse en junio de 2022 bajo el anterior Gobierno autonómico del Botànic, pretende salvaguardar la zona periférica de 11,32 hectáreas entre la vía verde y el mar hasta el puerto de Orpesa. En ese suelo hay acantilados con vegetación de la costa mediterránea, con especies endémicas de Limonium, un arbusto de bellas flores violetas muy común en el litoral castellonense, así como matorrales y gramíneas.
La ZEC plantea restaurar 25 caminos y los 6 accesos de uso más frecuente. También prevé construir taludes en los dos tramos con problemas de erosión de la vía verde Benicàssim-Orpesa, que se queda fuera del ámbito de protección.
La Zona de Especial Conservación, que sí incluye la Torre Colomera, cuenta ya con el informe ambiental y territorial estratégico favorable. Lo mismo ocurre con el texto del Decreto de la Generalitat sobre la ZEC, que también tiene ya el visto bueno del Consell Jurídic Consultiu, según han confirmado fuentes autonómicas a Castellón Plaza.
Esos dos documentos son el esqueleto que sustentará la protección de esta zona litoral de Orpesa, de alto valor ecológico pero sobre la que recae algunos problemas de vertidos de residuos domésticos y una gran presión urbanística.
