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el villarreal cf reúne cara a cara a los dos prestigiosos deportistas

Fútbol, tenis, superación y caminos vitales paralelos en una charla entre Cazorla y Bautista

1/05/2020 - 

VILA-REAL (EFE). Fútbol o tenis como eje de sus vidas, espíritu de superación y muchas coincidencias en sus caminos paralelos marcaron la charla entre Santi Cazorla y Roberto Bautista, unidos por su vinculación al Villarreal y el esfuerzo para dejar atrás los obstáculos de sus respectivas carreras.

Bautista explica como afronta su próxima paternidad y lo que supuso la muerte de su padre en noviembre durante la Copa Davis y Cazorla sus problemas para conseguir un buen saque en el tenis y cómo se ha recuperado de sus lesiones en un pie cuya fotografía ha visto "todo el mundo".

Cazorla, asturiano de 35 años, y Bautista, castellonense de 32, suelen coincidir en la ciudad deportiva del Villarreal, a donde el tenista acude para recibir tratamiento, lo que ha fomentado su amistad, tal y como ha quedado patente en una conversación difundida por el club vila-realense.

Bautista explica que estaba tranquilo en casa durante el parón del circuito, lo que le permitía pasar más tiempo con su mujer, Ana. Ambos reconocen que poder estar con los suyos era lo mejor de esta situación. "Hay que ver lo positivo de las cosas y esta es una de ellas", admite Cazorla, quien da a Bautista la enhorabuena por su próxima paternidad.

El tenista reconoce que está feliz porque será padre de un niño, que era lo que quería, aunque admitió que a medida que pasa el tiempo, le daba igual niño que niña. "Lo que quiero es que todo vaya bien", precisó.

Cazorla comenta que está "hasta arriba" de la bicicleta que le han traído para trabajar durante el confinamiento, aunque admitió que ayuda a mantener el nivel hasta que llegue el fútbol. Mientras, Bautista explica que hace cosas muy parecidas a las del futbolista de cara a volver a coger la raqueta.

Otro de los temas es el de sus respectivos deportes. Cazorla se reconoce un apasionado del tenis. "Me gustaría jugarlo, pero soy muy torpe, sobre todo con el saque, en el que soy una madre", señaló.

Bautista, que jugó al fútbol en las categorías inferiores del Villarreal, admite que de niño no soñaba con jugar al tenis, sino con marcar goles.

El futbolista asturiano explica que ha jugado mucho al pádel, pero que lo dejó porque es "lo peor" para sus problemas en el tendón de Aquiles.

Bautista dice que dejó el fútbol tras compaginarlo con el tenis. "De pequeño me fichó el Villarreal y fui al primer torneo de Brunete. Luego jugué en el alevín A y también a fútbol once. Jugaba al fútbol por la mañana y por la tarde al tenis hasta que tomé una decisión a los 14 años", narra el tenista.

Cazorla le invitó a un entrenamiento con el equipo, pero Bautista se mostró cauto. "Mejor con los veteranos", le responde.

El futbolista le pregunta por la capacidad de concentración y la seguridad que muestra en la cancha y el tenista le indica que el tenis es un deporte muy mental, en el que resulta clave controlar las emociones. "Hay que jugar contra el contrario, no contra ti mismo", puntualizó.

Unidos frente a las dificultades

Ambos han estado unidos por la dificultad, Cazorla por la de volver al fútbol tras sus lesiones y Bautista por la de afrontar la final de la Copa Davis tras el fallecimiento de su padre.

"Mucha gente sabe mi historia. Mi pie lo ha visto todo el mundo, pero no me gusta que digan que soy un ejemplo. Hay problemas peores en la vida. Sabía que si no volvía a jugar, al menos podía marcharme a casa con la conciencia tranquila. En las lesiones largas, lo mental es fundamental", señaló Cazorla.

El tenista destaca el valor que tiene un padre y que en la final de la Davis tiró de una garra y un corazón que no sabe dónde encontró. "La Copa Davis fue muy especial. Enchufé la tele y vi que los compañeros me dejaban el hueco en el momento del himno. Luego, cogí el coche y me presenté con el equipo", dice. "Al llegar no pensaba en jugar, pero el capitán me dijo que Marcel (Granollers) y (Pablo) Carreño tenían problemas y que me fuera a calentar por si tenía que jugar el doble, aunque no lo hice", añade.

"Al día siguiente llegó el partido que había soñado desde pequeño y había que aprovecharlo", señaló en alusión a la final.

Finalmente, ambos recuerdan su mejor momento, que para Cazorla fueron dos. "Uno fue la vuelta tras dos años en el primer partido en La Cerámica y el otro la final de Liga de Campeones, un día muy bonito y, a la vez, el más duro", admite.

Para Bautista, se resume en haber roto la barrera del "top ten" en la clasificación de la ATP, que era algo que tenía en mente y pudo disfrutar. 

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