VALÈNCIA. Los grupos parlamentarios del tripartito aprobaron la hace dos semanas los octavos presupuestos del Botànic. Las últimas cuentas antes de las elecciones autonómicas de 2023 y que han sido, como no podía ser de otra manera, elemento de discusión y enfrentamiento entre PSPV, Compromís y Unides Podem. Principalmente, por las reformas tributarias que los socialistas han incorporado en ellas a través de la Ley de Medidas Fiscales, como la bonificación del Impuesto de Sucesiones al 99% para empresas familiares.
Valencia Plaza se reúne con el secretario autonómico de Hacienda y Modelo Económico, Francesc Gamero, (València, 1977) para conocer cómo fueron las negociaciones de la reforma fiscal que ha aprobado el Gobierno, el clima que ha imperado en la última negociación de Presupuestos, la relación con el PSPV o el mestizaje en una Conselleria compleja que lideran los socialistas.
-¿Compromís se enteró de la reforma fiscal que planteaba Ximo Puig en el Debate de Política General? ¿O había gente del Consell que ya la conocía?
-La Vicepresidencia lo supo el día de antes. Ya se venía hablando desde hacia tiempo sobre la necesidad de adaptar el IRPF a la coyuntura de la inflación. Pero se habló en unos términos diferentes a lo que después anunció el president.
-¿Cómo califica que finalmente se tuviera que articular a través de un decreto y la Ley de Presupuestos? Que se hicieran valer tres leyes...
-En el Botànic somos especialistas en explotar al máximo las posibilidades institucionales y legales. El planteamiento de que afectara al 2022 con efectos retroactivos obligaba a aprobarla en un decreto ley, mientras los cambios a partir de 2023 podían hacerse utilizando la forma habitual. No se hizo en la Ley de Medidas, por tanto, porque no se llegó a tiempo. Pero lo queríamos todo: una medida extraordinaria para el ejercicio 2022, que ha sido un año marcado por la inflación, y que tuviera efectos retroactivos en la declaración de la renta que se hace en 2023.
-¿Qué le parece la bonificación del Impuesto de Sucesiones para la empresa familiar que el PSPV ha logrado aprobar gracias al apoyo de PP, Ciudadanos y Vox?
-Coincido con lo que dijo la vicepresidenta Aitana Mas: es una deslealtad hacia el acuerdo de Gobierno que tenemos desde hace 8 años. Pero yo añadiría además que no solo es una deslealtad hacia los socios, sino también con los votantes del Partido Socialista, porque ellos han votado por una política tributaria progresiva y de justicia fiscal. Equiparar la bonificación de las grandes empresas familiares que facturan más de 10 millones de euros a las que facturan menos no es una medida progresiva. Por otra parte también creo que es un error técnico y político. Técnico porque siempre se dice que la Comunitat Valenciana es una autonomía de pymes, y necesitaríamos de empresas más grandes que hicieran mayor inversión en I+D y ser más competitivas. Y esa problemática no está relacionada con el pago de un impuesto que no paga la empresa, sino que pagan los herederos una vez en la vida cuando la empresa se transmite. Nadie planifica el crecimiento de su empresa en base a ese impuesto. Pero también es un error político porque contribuye a deslegitimar el Impuesto de Sucesiones, que está muy cuestionado por planteamientos neoliberales y de alguna manera también supone dar la razón a quien opina que la fiscalidad progresiva es un impedimento para el crecimiento económico. Desde posiciones progresistas, que entiendo que son las del Botànic, nosotros consideramos que la acción de la administración pública tanto en prestación de servicios públicos como de fomento económico es importante y la intervención del Estado en la actividad económica es importante para el bienestar. Por tanto, entendemos que no se ha de deslegitimar el sistema tributario.
-Desde su departamento (Hacienda), que gestiona el PSPV, ¿se justificó esta reforma de alguna manera cuando se puso sobre la mesa? Se lo pregunto porque en 2019 también Puig quiso hacer esta modificación pero finalmente se echaron para atrás por la división que generaba este tema en el Botànic… ¿Qué ha cambiado desde entonces para que ahora sí hayan decidido llegar hasta el final con esta reforma?
-El PSPV siempre ha querido hacer este cambio porque era algo que le exigía la CEV y la patronal de la empresa familiar, pero no era algo que pensáramos que fuese a salir adelante sin nuestro acuerdo. De hecho, al llegar a un acuerdo general sobre las dos escalas de IRPF, una para el 2022 y otra para 2023, también en las modificaciones en el Impuesto de Patrimonio y en el de Transmisiones Patrimoniales que proponía Podem, entendíamos que el paquete tributario se había cerrado. No había acuerdo en la bonificación de Sucesiones a las empresas familiares que facturasen más de 10 millones como tampoco ellos estaban de acuerdo con otras medidas como la tasa a las bebidas azucaradas. Me sorprendió que se aprobase con el apoyo de PP, Ciudadanos y Vox.
-Esta reforma en Sucesiones la conocieron después de haber cerrado ya un acuerdo tributario en IRPF y Patrimonio como decía. Pero, ¿si hubieran conocido las intenciones del PSPV previamente hubieran cerrado un acuerdo sobre el resto de cosas?
-Si equiparar esa bonificación hubiera sido una línea roja para el PSPV, ya le trasladé al conseller de Hacienda y la vicepresidenta Aitana Mas también lo hizo, que para nosotros no era aceptable. Por tanto no hubiera habido acuerdo.
"en el botànic siempre Hemos aparcado las cuestiones en las que teníamos diferencias porque ninguno tenemos mayoría absoluta. me preocupa que el PSPV haya perdido ese espíritu de consenso"
-¿Y qué le parece que el PSPV se haya distanciado de Unides Podem y Compromís también en el despliegue de renovables?
-A mí me preocupa esta tendencia que estamos viendo en los últimos meses del PSPV de desmarcarse de determinados acuerdos. Ha pasado en Sucesiones, en el despliegue de renovables o en lo que afecta a la cobertura de los seguros de los bous al carrer o en la protección de animales en la Ley de Bienestar Animal. El Botànic ha sacado adelante durante estos años aquello en lo que estábamos todos de acuerdo. Hemos aparcado las cuestiones en las que teníamos diferencias porque ninguno tenemos mayoría absoluta y por tanto la acción de gobierno siempre se ha pactado. Siempre hay cosas que tu quieres hacer pero igual todos los socios no están de acuerdo. A mí me preocupa que el PSPV haya perdido ese espíritu de consenso.
-¿Cree que si las elecciones no fueran en mayo el escenario sería el mismo?
-Creo que efectivamente está muy vinculado a la proximidad de las elecciones y a lo que el Partido Socialista considera que le interesa electoralmente. Yo creo que se equivocan, el votante progresista del PSOE no está de acuerdo con ninguna de las medidas con las que los socialistas se han desmarcado del Botànic. Pero es su decisión.
"no va a haber mayoría absoluta del partido que tiene la Presidencia de la Generalitat. Así que estamos obligados a entendernos"
-¿Cree que con ese desmarque podría haber un tercer Botànic en caso de dar los números?
-Creo que todas las encuestas y el sentir social de la calle indican que no hay otra posibilidad de un gobierno progresista si no es reeditando el Pacte del Botànic. Por tanto, no va a haber mayoría absoluta de ningún partido y tampoco del partido que tiene la Presidencia de la Generalitat, por lo que estamos obligados a entendernos.
-Papi Robles dijo que era un "grave error que rompía acuerdos del Botànic". ¿Lo comparte? ¿Cree que va a tener consecuencias a corto plazo?
-Creo que es un grave error como he comentado antes. Y además es un elemento que crea malestar.
-El PSPV ha afeado en varias ocasiones que las negociaciones de presupuestos con Mónica Oltra eran complicadas. ¿En qué han cambiado estos Presupuestos respecto a otros años? ¿Han cambiado las negociaciones realmente en algo?
-Todos los presupuestos tienen su peculiaridad y singularidad todos los años. Cada año tenemos más experiencia sobre el proceso, sobre cómo organizarlo. Para mí lo fundamental fue el cambio experimentado el año pasado, el sistema de trabajo que nos permitió la constitución de esa comisión política a propuesta de Mónica Oltra. Es una fórmula de trabajo que, por un lado, dota de transparencia a las consellerias y a los propios socios de gobierno respecto de la forma en la que se realizan las cuentas, y a su vez permite trabajar con discreción y tranquilidad esos presupuestos. Creo que lo importante es la forma y no las personas. El cambio básico lo marcó esa comisión.
-...que no se ha respetado este año, por otra parte... No se ha reunido casi y al final se ha hecho el presupuesto casi como se hacía anteriormente.
-No exactamente. Es cierto que igual se podría haber reunido más, pero también es cierto que en política son tan importantes las conversaciones formales como las informales. Pero la comisión da el marco, da la información y todos la teníamos. De alguna manera diseña el terreno de la negociación.
-¿Ve factible un adelanto electoral autonómico?
-Yo creo que no. No hay ningún motivo institucional o político para hacerlo. La primera obligación de un gobierno es gestionar y hacer políticas hasta el final de la legislatura. Y el adelanto electoral es una situación excepcional motivada por circunstancias excepcionales, y en este momento creo que eso no existe. Al contrario, la ciudadanía nos pide que sigamos trabajando para resolver sus problemas. Estamos ya casi en enero, las elecciones tocarían en abril o mayo en función de cómo se marque el calendario pero en cualquier caso dentro de lo que son los cuatro años. No vería lógico que se adelantaran las elecciones.
-Después del todo lo vivido en Acompañamiento y Presupuestos, pero especialmente lo primero, ¿cómo definiría la relación con el PSPV en este segundo mandato?
-Creo que la relación es buena. Es cierto que puede que no sea tan buena como cuando comenzó el Botànic porque son ocho años trabajando juntos y siempre hay roces y desencuentros. En 2015 la situación era de una alegría desbordante porque cambiaba el gobierno después de 20 años del PP. Eso no es posible mantenerlo tanto tiempo, pero yo no calificaría la relación de mala. Es buena, pero han pasado una serie de cosas y hemos tomado nota, claro.
-Como el adelanto electoral...
-Por ejemplo.
"más que el adelanto, nos ha preocupado más la actitud posterior del PSPV al acentuar ese perfil presidencialista cuando la realidad política no da pie a eso"
-¿Cuánta desconfianza hay desde entonces?
-El problema de aquello no fue tanto el adelanto electoral en sí, que podía entenderse políticamente, sino que se decidiera de forma unilateral cuando el resto de la legislatura se había trabajado conjuntamente en todo codo con codo. Pero más que el adelanto, nos ha preocupado más la actitud posterior del PSPV al acentuar ese perfil presidencialista cuando la realidad política no da pie a eso.
-¿Cómo valoraría el mestizaje en Hacienda?
-Hacienda es una Conselleria complicada. El mestizaje en sí es un sistema conveniente, pero muy exigente. Porque al final todos estamos en los departamentos de todo, y por tanto la información y decisiones se conocen y comparten hasta donde se puede compartir. Siempre se ha dicho que todos los gobiernos son de coalición entre la Conselleria de Hacienda y el resto. En este caso sería una coalición doble. Si Hacienda funciona bien, todo el gobierno funciona bien, y los principales conflictos acaban recayendo en esta conselleria. El mestizaje en Hacienda podría haber mejorado, pero ha dado el resultado que debía dar.
"El mestizaje en Hacienda podría haber mejorado, pero ha dado el resultado que debía dar"
-¿Y ese mestizaje ha mejorado con el cambio de conseller o ha ido a peor?
-Yo creo que es diferente. Al final en el mestizaje tienen mucha influencia las personas, el carácter... Vicent (Soler) y yo compartíamos una serie de cosas, pero estábamos en desacuerdo en otras. La generación también influye. Y con Arcadi (España) pasa al revés, tenemos una edad más próxima por la que compartimos algunos referentes, pero hay otras en las que discrepamos más de lo que discrepaba con Soler.
"el PP y el PSOE de la Comunitat no pesan suficiente dentro de sus propios partidos y no trasladan la extrema urgencia y necesidad que hay de reformar el modelo de financiación actual"
-¿Cree que la reforma de la financiación sigue siendo una prioridad para sus socios, en particular para el PSPV?
-Yo creo que no es una prioridad. No digo que hayan abandonado la reivindicación, pero no es tan prioritaria como para otros que estamos en el Gobierno. Ellos siempre dicen que recibimos la financiación por otra vía, que es por la vía del FLA, pero no es exacto porque no recibimos el dinero que nos correspondería y además eso no es financiación sino que es un préstamo. En estos momentos la deuda pública de la Generalitat para mí es la principal amenaza, ya no de la sostenibilidad financiera de las instituciones, sino del propio derecho de autogobierno de los valencianos porque estamos muy hipotecados tanto económicamente como políticamente porque dependemos del auxilio financiero del Estado. La financiación debería ser más prioritaria. Es un tema que espinoso y los dos grandes partidos no acaban de ver lo que pueden ganar, pero sí lo que creen que pueden perder si agravian a otras Comunidades Autónomas. Creo que también es consecuencia de que el PP y el PSOE de la Comunitat Valenciana no pesan suficiente dentro de sus propios partidos y por tanto no trasladan la extrema urgencia y necesidad que hay de reformar el modelo actual. Se han construido dos relatos exculpatorios: es cierto que el PP no tiene voluntad de pactar pero también es cierto que en este momento no hay una propuesta completa y detallada por parte del Ministerio de Hacienda, que es a quien le corresponde hacerla, de reforma de la financiación. Hay un informe, sobre uno de los elementos, la población ajustada, pero hay muchos otros. Ahora hace un año que las autonomías hicimos alegaciones, porque hicimos todas, y este es el día que el Ministerio no ha contestado. En verano la ministra María Jesús Montero dijo que a la vuelta de vacaciones contestaría, pero está a punto de terminar el año y no lo ha hecho. Si bien es cierto que el PP no es proclive al pacto, también es cierto que el Ministerio no ha hecho una propuesta. Por otra parte, el PSOE insiste en que hace falta un acuerdo con el Partido Popular. Es cierto que en democracia los acuerdos amplios son deseables, pero no son imprescindibles ni pueden llevar al bloqueo. El Gobierno de Madrid ha llevado a cabo importantes modificaciones como la reforma laboral o la sedición sin acuerdo, sin el PP, y han seguido adelante. La financiación autonómica debería entrar en esa categoría de grandes reformas pendientes. O si tan imposible se ve, que se pongan en marcha las medidas transitorias.
-¿Ha echado de menos en algún momento más vehemencia en la defensa?
-Sí, he echado de menos más contundencia. Seguramente más en las formas que en el fondo porque en el fondo estamos de acuerdo. Pero yo creo que para sensibilizar al que tienes delante debes explicar las cosas de forma clara y contundente. Y he echado de menos que nuestros socios mantuvieran esa línea que nosotros sí hemos mantenido.
-Compromís solo tiene un diputado, pero ¿cree que deberían también ustedes que replantearse el apoyo que dan a ciertas iniciativas del Gobierno para hacerse escuchar?
-El problema como tu bien has dicho es que Compromís solo tiene un único diputado. Y ese único diputado ha de representar a los electores en todos los ámbitos. En el Congreso hemos hecho todo lo posible para que la reforma avanzara: preguntas a la ministra, al presidente, hemos hecho una reforma de la ley sencilla y fácil, no porque pensáramos que fuera la manera pero al menos para abrir el proceso que estaba bloqueado... Se han planteado también enmiendas a los Presupuestos para impulsar esas medidas transitorias aprovechando una partida que ya había para compensar liquidaciones negativas... Pero no hemos tenido el apoyo ni del PSOE ni del PP. Si los votos de Compromís fueran más decisivos se podría haber avanzado más en la reforma del sistema.
-La Generalitat tiene disparado el déficit un año más, por encima del agujero que deja la infrafinanciación. ¿Se le ocurre alguna medida para ahorrar?
-Cuando el Botànic llegó al Gobierno en 2015 el presupuesto estaba muy alejado de la media de inversión pública por habitante del conjunto de las Comunidades Autónomas. No teníamos una financiación justa. De alguna manera la disyuntiva nos situaba entre cumplir la formalidad de las reglas macrofiscales de déficit y deuda pública, la que suponía discriminar a 5 millones de valencianos, o hacer una política pública que no discriminara al conjunto de la población. Optamos por lo segundo, que además también implicaba cumplir con la Ley de Dependencia, por ejemplo. Eso ha supuesto hacer un déficit estructural derivado de esa infrafinanciación y de otras aportaciones estatales que no llegan y deberían llegar como la aportación de dependencia o asistencia sanitaria a los desplazados (FOGA), pero nosotros debemos seguir prestando los servicios públicos a la ciudadanía. Durante estos años el Presupuesto de la Generalitat ha ido subiendo hasta superar ligeramente la media de gasto y a pesar del problema de la deuda y el déficit creo que es lo que debe hacer un gobierno porque sino de alguna manera recibiríamos peor asistencia de los servicios públicos y la economía valenciana habría tenido peores inversiones en política económica o de fomento de infraestructuras.
-Cambiando de tema: Oltra dijo en su declaración ante el juez que después de que ella supiera que existía una investigación judicial sobre los abusos (es decir, tras el 4 de agosto de 2017), se dictó una orden en la que se ordenaba la máxima colaboración con la Fiscalía. Esa orden fue firmada por usted. ¿Qué y quién le transmitieron exactamente que había que hacer? ¿Y por qué motivo?
-Como la propia Mónica Oltra comentó en sede parlamentaria el jefe de gabinete me comunicó que había un requerimiento por parte de la Fiscalía que no se había atendido por parte de los servicios territoriales y yo simplemente pues di la orden, reiteré, que se atendiera ese requerimiento. Dije que se atendiera aquel requerimiento pidiendo, como no podía ser de otra manera, la máxima colaboración a los funcionarios con lo que la Fiscalía pidiera.
-¿Qué grado de participación tuvo usted en el expediente que la Justicia cree que pudo obstaculizar la investigación de los abusos sexuales?
-Mi participación en ese asunto se limita a lo que ha salido publicado en la declaración de Oltra: haber pedido un informe sobre las posibles incompatibilidades que hubieran, el hecho de que en aquel momento el marido de Mónica Oltra trabajara en un centro concertado de la Conselleria. Un informe a Abogacía de la Generalitat al principio de la legislatura y con esa instrucción pedir la máxima colaboración.
-Con posterioridad y al margen de esa orden de colaboración con la Fiscalía, usted como subsecretario de la Conselleria de Igualdad ¿Qué vivió durante esos días posteriores al 4 de agosto? ¿Sabe quién ordenó abrir ese expediente?
-Creo que no debo comentar nada estando pendiente la declaración.
-¿Cómo valora y de qué manera afronta su declaración como investigado?
-La afronto tranquilo y con voluntad de colaborar con la Justicia, como no puede ser de otra manera. Y con la conciencia tranquila de que he actuado siempre al lado de la máxima defensa de la legalidad.