VALÈNCIA. Gerard Alegre es el alma mater de El Último Vecino, un proyecto musical muy disruptivo, surgido en 2013 con su álbum debut. Desde 2016, Alegre solo ha ido publicando un puñado de singles. Dice que ha sido por sus propios ánimos y salud mental. Ahora, con Juro y prometo, firma una nueva etapa, tanto creativa como emocional. Hoy presenta este conjunto de canciones en Loco Club, en una fiesta especial en el que estará bien rodeado de público y otros grupos amigos. Horas antes, atiende las preguntas de Culturplaza.
- La primera pregunta que te están haciendo en las entrevistas de este nuevo siempre es la misma, pero claro, sin un nuevo desde 2016… ¿Qué te ha pasado -musicalmente- en todo este tiempo?
- Va bastante ligado a mi propio ánimo, porque escuchar música es algo tan personal que no se puede separar. Pero además, creo que fue precisamente en 2016 cuando descubrí el trap, y me pareció un movimiento muy juvenil que me recordaba mucho al punk. Yo no soy muy joven, pero tampoco he vivido el inicio del movimiento punk. Me daba la sensación de que la hiistoria se estaba repitiendo y me alegró mucho. No quería sumarme al carro, pero me obsesioné y estuve mareando la perdiz con la idea de hacer algo con el trap. Pero, si no eres punk, no puedes hacer punk; y si no eres trapero, no puedes hacer trap. Yo no lo conseguí y me desanimaba. Después de esto, he intentado volver a mis orígenes, me he encontrado un poco despistado y eso me ha durado dos o tres años.
- Dices que si no eres punk, no puedes hacer punk; y si no eres trapero, no puedes hacer trap. ¿Tú qué eres?
- ¿Yo? Soy un romántico
- Te noto más alegre en las canciones, tanto en las letras como en la propia música.
- Me alegro que se note, porque es así. Las canciones de este disco están hechas muy rápido. El disco entero se ha empezado y terminado en menos de un año. Me siento muy cómodo escribiendo, no en el momento en el que estás bien, sino en el que te empiezas a sentir un poco mejor. Es cuando soy más optimista y me salen cosas más guays.
- A diferencia de tus primeros discos, que tienen una textura muy marcada que atraviesa el disco entero, en Juro y prometo encontramos varias maneras de acercarse a otros sonidos. ¿Cuál ha sido la mecha?
- No sé si te voy a responder a la pregunta, pero te voy a hacer un análisis que me va a venir bien. Yo más o menos sabía que quería hacer un disco, pero no nunca ha sido la idea primera, la de hacer “un disco”, siempre he ido haciendo las canciones últimamente. Ahora, habiendo hecho este, creo que me apetece que para el siguiente sí gaste tiempo en explorar y pensar mucho el sonido y el concepto que quiero en concreto. Empezar desde cero sabiendo de qué y cómo quiero hablar.
- La producción de Innercut es un encuentro inesperado. ¿Cómo ha sido este maridaje?
- Pues es que ha sido exactamente un maridaje. Me encanta el resultado. Adrià y yo somos de la misma quinta. Y aunque viniéramos de mundos diferentes, a él le apetecía mucho hacer un disco de pop al uso. Yo le concedí ese deseo.
- ¿Cúanto ha permeado su trabajo en el resultado final?
- Él lo ha hecho todo muy bien, pero lo que más me ha servido es su trabajo como medium que ha hecho entre mi música y yo. Hemos trabajado mucho en buscar un sonido que una las canciones porque antes eran una colección de canciones que podrían no haberlo formado. El trabajo fue buscar la manera de que fuera un disco en sí. Eso hacía que muchas veces las sesiones de producción consistieran en hablar. Él me arrancó de dentro las ganas que tenía de volver. No hacer lo mismo que el primer disco pero sí regresar a una casilla de salida.
- ¿Te consideras más artesano o más visceral? ¿Te pones a crear o las canciones te llegan?
- A mí me llegan las canciones. Me gusta cuando las canciones aparecen. No quiero dar un discurso de conexión con Dios ni nada de eso, pero es que las melodías me surgen así, y las pocas letras que he hecho bien, me han salido de chiripa.
- Que el disco sea musicalmente tan diverso le hace escapar de una etiqueta de brocha gorda que ponían a tus primeros trabajos, el de “pop ochentero”
- Sí, me parece guay. Sí que llegué a estar un poco cansado de esa etiqueta. Decían “más 80 que los 80”, “este tío está sacado de los 80”… Era hablar bien de mi música, pero todo el día comparándome. Yo en el primer disco descubrí grupos porque la gente me decía que claramente me había inspirado en ellos y yo ni los había escuchado nunca.
- Decís que la fiesta de València va a ser especial, ¿qué es lo que va a ver la gente mañana en el concierto?
- Va a ser como un festival pequeño. Vamos a estar nosotros pero también Lucía Gea, Nueve Desconocidos y Sonido Ordeno. Colaboraremos entre nosotros y queremos hacerlo exactamente eso, especial.