CASTELLÓ. Irene Gómez es la cabeza de lista de Unides Podem a Les Corts por Castellón. Nacida en Perú y licenciada en Derecho, ocupó la Secretaría Segunda de la Mesa del parlamento autonómico en abril de 2018, cuando prometió su cargo "por los derechos sociales de los valencianos y valencianas de adopción". Gómez, especializada en temas de género e inmigración, fue fundadora y presidenta de la Asociación de Mujeres Inmigrantes de Castellón (Amuinca) y ha
trabajado en la Fundación Isonomia de la Universitat Jaume I. En conversación con Castellón Plaza, explica cuáles son sus prioridades si resulta reelegida como diputada el 28-A.
- Se incorporó hace apenas un año a Les Corts en sustitución de Marc Pallarès, ¿qué le ha dado tiempo a hacer en este periodo?
- Aprender sobre la marcha, y lograr un equilibrio con las otras fuerzas de la Mesa porque es complejo trabajar con cinco partidos diferentes. Personalmente, teníamos una relación muy cordial, pero cuando había que tomar decisiones difíciles, como la subida salarial para funcionarios... En la Mesa se decidió que tenía que subirse el sueldo también a los diputados y fuimos el único grupo parlamentario que se opuso. Aquello fue una guerra muy dura, que rozaba lo personal. En cuanto a iniciativas, los que estamos en la Mesa no podemos hacer actividad parlamentaria en sí, iniciativas como tal. Yo me busqué mis aliados, y uno fue César Jiménez. Con él hice entre varias iniciativas parlamentarias firmadas por los dos sobre una materia que me interesa que es la de las familias migrantes y las trabajadoras precarizadas. Con él pude hacer una PNL, que se quedó en el cajón porque se cerraron Les Corts, sobre derechos de trabajadoras del hogar, donde hay un colectivo fuerte de mujeres migrantes.
- ¿Será una de las iniciativas que presente si sale elegida en la próxima legislatura?
- Vamos a reactivarla si soy diputada. La problemática de estas mujeres precarizadas ha llegado a la política desde que llegó Podemos. Las autodenominadas kellys, las que limpian los hoteles, por ejemplo, aquí en Castellón, en la industria turística es donde más mujeres trabajan, pobres, extranjeras, cabezas de familia, con poca formación… ese tipo de mujeres son las más explotadas.
- ¿Cuáles son las prioridades de Castellón que Unides Podem llevará a Les Corts?
- La primera, las trabajadoras precarizadas, al menos yo como representante de esta circunscripción. Pero también despoblamiento y juventud, ese talento exiliado. No solo trabajaré por los inmigrantes, sino también por los emigrantes, los jóvenes que en los últimos diez años han tenido que exiliarse en busca de trabajo. La gente formada que se ha ido de aquí, a Alemania o a Inglaterra, son camareros. Es irónico que gente con másteres y con idiomas acaben así... es una pena. En general, trabajaremos por los derechos sociales, y dentro de esta área, la inclusión social, los menas y el tema de igualdad con una mirada interseccional. Porque la igualdad no es solo para las mujeres de aquí, sino también para las migrantes, para las mujeres con capacidades diferentes, mayores, jóvenes, rurales…
- ¿Unides Podem debería entrar a gobernar si se reedita el Acord del Botànic?
- Claro que sí. Desde que empezamos la precampaña estamos preparados para gobernar porque nuestros cuadros ya han tenido la suficiente experiencia. En este tiempo hemos impulsado muchas iniciativas que mejoran la vida de las personas, que han mejorado la situación de precariedad de muchos sectores laborales. El bipartito se ha dejado muchas cosas en el tintero porque les ha faltado valentía. Cuando entremos a gobernar vamos a hacer esas cosas. Ellos a veces se rinden a las élites, o a los lobbies, y no piensan en la ciudadanía y en los trabajadores. Es necesario que entremos a gobernar.
- ¿Qué expectativas barajan en la cita electoral de este domingo?
- Vino Pablo Iglesias a València y fue un chute de ilusión. Hay un 40 por ciento de indecisos y un alto porcentaje es gente que sabe que la alternativa es Podemos, pero tienen dudas. La política en los últimos años no ha sido digna de halago. Y para eso está la campaña, para explicar el proyecto y crear ilusión. Estamos dándolo todo con ese objetivo.
- ¿Cree que la situación de Podemos a nivel estatal puede perjudicar en las autonómicas?
- No te voy a decir que no. Se refleja de cierta manera. Pero Pablo e Irene Montero están en nuestra comunidad, y están dándolo todo por apoyarnos. Pablo salió a pedir perdón por los errores cometidos, y eso es loable, no es común en la vida política.
- Lleva desde 1997 en Castelló, ¿es una tierra acogedora?
- Sí, es acogedora. La Comunitat Valenciana es una de las autonomías más acogedoras. No sé si es por el mar, que el carácter es más abierto. Además, muchas oenegés hacen una buena labor y eso redunda en que se vea esta tierra como de acogida. Yo fui una de las fundadoras de la primera asociación de mujeres inmigrantes de Castellón y la peculiaridad es que las integrantes eran de distinta nacionalidad. Normalmente la gente se asocia por el país de origen, pero nosotras éramos una mezcla de magrebíes, latinoamericanas…
- Usted se ha especializado en la problemática de las mujeres inmigrantes. ¿Qué presencia pública cree que tiene este colectivo?
- En todo el territorio nacional, las instituciones se están pareciendo cada vez más a la sociedad en la que vivimos. Ya hemos entrado en la política las personas inmigrantes y las personas con capacidades diferentes. Tenemos una senadora sorda, una diputada negra, yo soy extranjera… empezamos a sentir satisfacción, porque las instituciones se llenan de gente como la sociedad es. Se está empezando a parecer a Francia y Estados Unidos. Hemos dado ese paso, de estar en las instituciones porque nos han abierto las puertas partidos progresistas. Queremos trabajar por la inclusión, la igualdad y el respeto a los derechos humanos, porque la otra parte de la inmigración es esa que busca asilo, que sale de su país y se mete en una patera sabiendo que pueden morir. Salen de la miseria, la desertización, las dictaduras, la pobreza, las guerras… cruzan ese mar Mediterráneo, que antes era un puente de unión de culturas y ahora se ha convertido en un cementerio. Esa gente que huye lo hace porque tiene una necesidad urgente. Si logran llegar a Europa, los encierran en CIES, o están expuestos a detenciones por motivo étnico, porque la policía ve a gente de otro color y le pide la documentación. Esas personas están abocadas a vivir excluidas, sumidas en la pobreza. A pesar de haber llegado con vida a Europa les esperan todas esas desgracias, y debemos trabajar por ellos. Si no entramos nosotras a las instituciones donde se toman las decisiones para mejorar la vida de la gente, no sé quién lo va a hacer.