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CALLE LIBERTAd / OPINIÓN

Grandes reformas a coste cero

15/06/2022 - 

¿Sabían que, por culpa de la Ley Electoral española, Ciudadanos necesita 163.000 votos para conseguir un diputado, mientras que a Teruel Existe le basta con 20.000? Imagínense cómo le cambiarían las mayorías a Pedro Sánchez si, aplicando una regla de tres, los liberales convirtiéramos el 1’6 millones de votos que obtuvimos el 10-N en 81 diputados.

En Ciudadanos llevamos muchos años proponiendo un cambio de sistema electoral, y no solo porque el actual nos perjudique de manera flagrante, sino porque es fundamental para conseguir la nación de ciudadanos libres e iguales por la que llevamos trabajando casi dos décadas. Pero siempre nos hemos encontrado con la oposición de un PP y un PSOE que se sienten muy cómodos con esta desigualdad, porque les beneficia a ellos y porque sobrerrepresenta a los nacionalistas, con quienes han podido formar sus mayorías a lo largo de cuatro décadas, ya fuera con CiU y el PNV, en el caso del PP, o con ERC, Bildu y también PNV, como el PSOE. Otro ejemplo que ilustra bien esta situación: con 1’6 millones de votos, Cs tiene 10 escaños en el Congreso, mientras que ERC, con la mitad, tiene 13, o Bildu, con menos de un quinto de los votos, tiene la mitad de representantes (5). La fórmula parece sencilla: un bipartidismo dopado y un nacionalismo sobrerrepresentado que pone lo que falta, pero el precio a pagar son cesiones y más cesiones a quienes quieren que a España le vaya lo peor posible, en detrimento de aquellas regiones que cumplen y son leales. Y así nos luce el pelo.

Durante décadas, PSOE y PP se han aprovechado de que la Ley Electoral es un tema árido, muy técnico y poco atractivo para gobernar a sus anchas. Si, a la crisis de representatividad, le sumamos que los resultados electorales inflados son los que permiten al bipartidismo nombrar a los jueces que luego deben juzgar su corrupción, tenemos la cuadratura del círculo.

A día de hoy, cambiar la injusta Ley Electoral, despolitizar las instituciones y permitir que sean los jueces, y no los políticos, los que elijan a los jueces que luego deben juzgar la corrupción de los políticos son las principales reformas que necesita nuestro país. Reformas que no cuestan un euro y que, con voluntad política, podrían hacer que España entrara de golpe en la modernidad. No olvidemos que la crisis de regeneración que brotó en España con el 15-M fue también una crisis de representatividad. Tanto para una como para otra, Ciudadanos se ha convertido en la única respuesta, puesto que, uno tras otro, los partidos tradicionales han ido abandonando los buenos propósitos de regeneración, dirigiéndose a otras oportunidades más cortoplacistas, dejándonos a los liberales como único proyecto político que apuesta por la regeneración, la transparencia y la lucha contra la corrupción.

La semana pasada, el Congreso de los Diputados votó sobre una propuesta de Ciudadanos de siempre: facilitar el voto a los españoles que viven en el extranjero, eliminando el llamado voto rogado. Tal vez porque, para que te dejen ejercerlo, hay poco menos que rogar. Se estima que, con esta reforma, la participación desde fuera de España podría triplicarse en las elecciones generales, pero esto no es más que una pequeña reforma que no puede tapar las enormes carencias del sistema.

Con motivo del debate, Ciudadanos presentó ante el pleno del Congreso una ambiciosa reforma de la Ley Electoral, que incluye, por ejemplo, la reducción a uno del mínimo de diputados por provincia o el cambio del sistema D’Hondt por el del cociente Hare. Para esta reforma, que aumentaría sobremanera la representatividad en el Congreso de los Diputados y se acercaría a nuestra máxima de ‘un ciudadano, un voto’ Ciudadanos ha presentado ya una Proposición de Ley en el Parlamento.

Del mismo modo, queremos cambiar el sistema de elección de los senadores para que la Cámara Alta cumpla con su función de ser una verdadera cámara territorial, sin olvidarnos de mejorar la representatividad de los ciudadanos que habitan en los territorios menos poblados, y que los políticos rindan cuentas directamente ante sus electores en su circunscripción territorial.

Con esta fórmula, en el Congreso se hablaría del proyecto de país de cada fuerza política, dejando para el Senado las cuestiones territoriales concretas, que ahora mismo anegan el funcionamiento de la Cámara Baja.

Foto: EUROPA PRESS

Cuestiones esenciales, como la imposibilidad de que los prófugos de la Justicia no puedan ser candidatos, que no haya subvenciones electorales para formaciones que mantengan a corruptos condenados, debates electorales obligatorios o que la AiREF lleve a cabo una auditoría independiente de los programas electorales para que no se engañe a los votantes, están incluidas en el paquete de medidas que hemos presentado los liberales. 

Por último, consideramos esencial dejar de malgastar recursos de los contribuyentes en campañas electorales que aún no se han adaptado a las nuevas tecnologías, o con múltiples envíos de propaganda electoral y papeletas, que bien podrían reducir gastos con un único envío centralizado.

Estas son solo algunas de las propuestas que Ciudadanos tiene para mejorar la calidad democrática de nuestro sistema. Y para hacerlo ya, solo con voluntad política. Nos han dejado solos defendiendo la regeneración democrática, pero eso nos llena de orgullo y nos anima a seguir dejándonos la piel en ello. Hoy, Ciudadanos es más necesario que nunca, precisamente porque nuestros rivales quieren seguir campando a sus anchas con sus chanchullos. Miren lo que ha pasado, si no, en Castilla y León o Murcia, en cuanto el PP ha cambiado a Cs por Vox como socio de gobierno.

Otro ejemplo para cerrar el artículo: allí donde ha gobernado Ciudadanos no ha saltado ni un solo caso de corrupción. Ni uno de Cs, por supuesto, pero tampoco del PP o el PSOE en esos lugares concretos. Y toda España sabe que no es mérito del bipartidismo luchar contra la corrupción... 

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