VALÈNCIA. Cuando el 11 de noviembre el entonces seleccionador nacional Luís Enrique pronunció el nombre de Hugo Guillamón como el de uno de los 26 elegidos para formar la lista que viajaría al Mundial de Qatar representando a España, a bien seguro que por la serena mente del jugador del Valencia CF no pasaba estar 5 meses más tarde siendo el último futbolista de la rotación en la posición de mediocentro posicional.
Hubo algunos indicios antes de la cita Catarí de que la sólida trayectoria labrada en el medio centro gracias a la pericia de Bordalás (otro de los entrenadores que se desgañitó pidiendo un "6") comenzaba a hacer aguas. En el último partido antes del parón mundialista (con victoria 3-0 ante el Betis) Guillamón partió desde el banquillo y disputó los últimos 11 minutos. Al volver del Mundial, el primer once de Gattuso también dejaba a Nico González en la posición de mediocentro defensivo. Sin embargo, la lesión en Villarreal del futbolista cedido por el Barça volvía a abrir el abanico de oportunidades para Guillamón.
El siguiente partido fue en Mestalla y ante el Cádiz. Preludio de la caída a los infiernos del equipo y del propio Guillamón. En medio de una actuación coral desastrosa, quedó señalado al ser sustituido al descanso por André Almeida.
Tras la marcha de Gattuso llegó el periodo interino de Voro en el que Guillamón pareció contagiarse de la involución colectiva y cada día sumaba más actuaciones decepcionantes que motivos para la esperanza. Con la llegada de Baraja fue suplente en el debut del Pipo en Getafe (que formó al centro de Inicio con Ilaix, Yunus y Almeida).
Con la ausencia en el tramo final de la final de la recuperación de Nico y ante la pobre respuesta del centro del campo, Guillamón jugó completos los 4 encuentros siguientes ante Real Sociedad, Barça, Osasuna y Atlético. Pese a la vuelta de Nico jugó de inicio ante el Rayo. Los dos percances consecutivos del gallego ante Rayo y Almería le llevaron a volver a disputar minutos pese a que contra el Rayo Baraja lo utilizó junto a Nico para equilibrar la zona media. Contra los vallecanos, el arreón final que sirvió para empatar (y casi remontar) llegó sin Hugo en el campo, y ante el Almería entró ya con 1-0 en contra y el equipo volvió a naufragar.
Las cosas todavía irían a peor en los dos últimos compromisos. Pese a la baja de Nico González ante el Sevilla, Guillamón no jugó ni un sólo minuto ante los de Mendilibar. De inicio Baraja apostó por un trivote compuesto por Ilaix, Yunus y Almeida. El cambio en la posición de mediocentro para la segunda parte fue el debut del futbolista del filial Javi Guerra, quien dispuso de diez minutos en sustitución de Samu Castillejo. Ante el Elche, misma situación con Nico González de titular flanqueado por Yunus y Almeida. Al descanso Baraja se vio obligado a retirar de nuevo al gallego, esta vez por los mareos que le produjeron el impacto a bocajarro de un fuerte pelotazo. Pese a ganar 0-2, la opción elegida por Baraja fue volver a apostar por Javi Guerra.
¿Qué le pasa a Hugo Guillamón? Esa es la gran pregunta que se hace el valencianismo que ve impotente como un futbolista que ha sido en muchos partidos una solución de equilibrio en la zona ancha, y cuya aportación en estos momentos podía ser fundamental para ayudar al equipo a eludir el descenso. El rostro de futbolista cada vez que se ha vestido de corto denota incomodidad sobre el terreno de juego y su fútbol evidencia que le está pasando una alta factura la presión de las expectativas depositadas sobre su juego combinado con la delicada situación por la que atraviesa el equipo. Sería de gran ayuda que Baraja pudiera recuperar una versión, al menos apta, de Guillamón por lo que podría suponer para el equipo. Sin embargo la realidad de los últimos partidos, marca que ha quedado relegado al último lugar de la rotación en le mediocentro y que futbolistas como Javi Guerra e Ilaix Moriba parecen en este momento opciones más válidas para Rubén Baraja.
