CASTELLÓ. En Nules habita un gigante con una gran capacidad para pasar desapercibido. Y eso que fabrica recipientes desechables para las empresas de la distribución más importantes del Estado español y buena parte de Europa. Se trata de Huhtamaki, la filial española del grupo finlandés del mismo nombre. Este cuenta con 77 fábricas y 24 delegaciones comerciales en 34 países de todo el mundo que el año pasado le permitieron facturar 3.100 millones de euros, según destaca en su página web.
Entre tantas, la factoría de Nules no es de las más pequeñas. No en vano, en 2018 alcanzó una cifra de negocio de 71 millones de euros, lo que le supuso un nada despreciable incremento del 18% respecto al anterior 2017. Eso sí, a pesar del aumento, el beneficio neto resultó muy similar, de 3,7 millones de euros, con lo que la rentabilidad de la fábrica se redujo.
El aumento de la facturación se vio correspondido con un incremento de la plantilla. A 31 de diciembre, 351 personas trabajaban en la planta de la Plana Baixa, casi 30 más que un año antes. Entre ellas, son, por un escaso margen, mayoría las mujeres. Pero sí es significativa la paridad que reina en los cargos directivos: cuatro varones y cuatro féminas se encargan de dirigir la fábrica.
En el recinto nulense los operarios fabrican desechables de todo tipo dentro del segmento del packaging: desde los tradicionales vasos, tenedores y cuchillos de plástico (que tienen la vida contada en Europa), hasta los recipientes de los helados y comidas preparadas que se pueden comprar en los supermercados y cadenas de comida rápida, pasando por los vasos de cartón para tomar café en las máquinas dispensadoras.
Entre sus clientes están los supermercados y cadenas de fast food más conocidas, tanto en España como en Europa. Y es que, de los 71 millones que el año pasado facturó la planta, productos por valor de 31 millones de euros se vendieron en España, mientras exportó a los países europeos del entorno el resto, por valor de 40 millones. Precisamente, en el mercado foráneo fue donde más creció: ni más ni menos que un 26%.
La firma, que aterrizó en Nules en 1991 seis años después de que el grupo finlandés comprase la compañía vila-realense Feplasa, nacida en 1976, no ha cesado de crecer desde entonces. Y esto se ha visto reflejado en la rentabilidad. No en vano, de 2013 a 2017 repartió prácticamente 14 millones en dividendos a su accionista, la filial nórdica.
Agazapado para pasar inadvertido, desde Nules Huhtamaki continúa fabricando y distribuyendo productos que están en la rutina diaria de prácticamente todos.