Teatro de Lo Inestable aborda en Aus Migratòries los distintos motivos que hacen que los seres humanos abandonen su hogar en busca de otros horizontes
VALÈNCIA. "Desde siempre, las mariposas y las golondrinas y los flamencos vuelan huyendo del frío, año tras año, y nadan las ballenas en busca de otro mar, y los salmones y las truchas en busca de sus ríos. Ellos viajan miles de leguas, por los libres caminos del aire y del agua. No son libres, en cambio, los caminos del éxodo humano". Este texto de Eduardo Galeano recorre y moldea cada centímetro de Aus Migratòries, el nuevo montaje de Teatro de Lo Inestable en el que se abordan diferentes motivos que llevan a un individuo a abandonar su hogar y partir hacia otras geografías. Del más básico instinto de supervivencia a la codicia y la ambición, de la necesidad de procurarse horizontes menos opresivos a la búsqueda de una jaula de oro en la que asfixiarse de opulencia.
La pieza, con dirección de Maribel Bayona y Rafa Palomares (quien, además, se encuentra a cargo del texto), recorre el periplo vital de Angelines, una mujer nacida en 1946 en plena adolescencia se vio obligada a migrar a Suiza y Francia para huir de las penurias económicas y sociales de la España franquista. No se trata de un supuesto hipotético: Aus Migratòries recoge en realidad el itinerario existencial de la madre del propio Palomares y, en un juego audiovisual, la contrapone con la de Messi, Juan Carlos I y El Rubius, pájaros que también abandonaron su nido, pero con motivaciones muy distintas a la de Angelines. Las golondrinas, los flamencos y el resto de fauna emplumada llenarán el Espacio Inestable del 25 al 27 de marzo.
“Ese comportamiento migratorio de las aves viene condicionado por el invierno y, en el caso de las personas podemos hablar de un invierno metafórico, de un mal entorno que te obliga a irte, a viajar. En este país en el siglo pasado se migró mucho porque durante mucho tiempo fue invierno. El viaje forzoso de Angelines, pero hay muchas zonas del planeta en las que sigue siendo invierno, en las que hay un invierno perpetuo. ¿Cómo no van a migrar esa gente huyendo de ese mal tiempo?”, resalta Rafa Palomares.
E igual que las traslaciones aviares se suceden de estación en estación, también los movimientos forzosos de población que ansía la supervivencia son una constante en la historia de las tragedias humanas. Un éxodo siempre vigente. Así lo explica el dramaturgo: “a raíz del conflicto en Ucrania, nos han comentado que la pieza estaba de mucha actualidad, pero lo cierto es que la obra empezó a gestarse mucho antes de esta crisis. En realidad, el tema siempre es actual porque siempre hay algún conflicto que obliga a la ciudadanía a migrar”. “Vemos cómo va crece la xenofobia en nuestro país, por lo que queríamos ahondar en la comprensión de este fenómeno migratorio, que se repite en distintos momentos de la historia”, sostiene Palomares sobre las motivaciones de la pieza, que cuenta en su elenco con Maribel Bayona, Alejandra Mandli, Juan Andrés González y Arantxa Pastor.
Y aquí, Bayona apunta a la voluntad de presentar esta obra como una forma de ejercitar “la empatía. Buscamos lanzar una mirada histórica sobre nuestro ayer, recordar que hemos sido un país de emigrantes que tuvieron que ser acogidos en otro territorio. Hablar del pasado es hablar de nuestro presente y entender que ahora, como país de acogida, nuestra mirada hacia los migrantes debe ser otra”. Aus Migratòries se plantea también como un catálogo de violencias (físicas, simbólicas, estructurales…) que actualmente se siguen reproduciendo y en el que los roles de opresor y oprimido van cambiando de posición, pero persisten. “El diálogo con el presente recorre la obra, pues muchas de las experiencias de Angelines, por ejemplo, los abusos laborales que sufren las empleadas del hogar, persisten en nuestra sociedad”, incide Bayona.
Las crónicas históricas y los libros de texto se edifican a base de acontecimientos grandilocuentes y líderes de distintos pelajes y destinos. Frente a estas narrativas de la convulsión, se encuentran las intrahistorias, las fábulas íntimas, las voces anónimas de quienes recorren sus caminos vitales en los márgenes de los sucesos célebres. Es en uno de esos relatos silenciosos donde se despliega el universo de Aus Migratòries: “El público sale recordando que tiene algún familiar que vivió un proceso muy similar al de Angelines. Es muy bonito que desde una historia tan cotidiana podamos hablar de una experiencia colectiva, las historias pequeñas son universales. Todas esas pequeñas cosas que le suceden a la protagonista están enmarcadas en un momento histórico”, indica Bayona.
En ese anhelo por recuperar testimonios anónimos que se han desmadejado en los océanos del tiempo, Palomares considera que las artes escénicas como “un espacio con mucha fuerza para realizar una labor de recuperación de la memoria a través de procesos documentales como el nuestro. Es una forma de poner a la criada como protagonista, de dignificar en escena a quienes eran las últimas en el escalafón. Además, abordamos una etapa de nuestro pasado reciente marcada por el clasismo que creo que no ha sido tan abordado sobre las tablas”, reseña el dramaturgo.
Aus Migratòries conjuga el mundo desde una cartografía tan concreta como invisibilizada: la de una mujer pobre en la España franquista, con todos los condicionantes que implicaba tal zurrón. Como señala la actriz y dramaturga, “Angelines tuvo que enfrentarse a muchísimas situaciones de violencia e injusticia como inmigrante y como mujer, que, además, se dedicó profesionalmente a los cuidados. Los conflictos de clase se suman a los de género: hablamos de una joven sin formación ni dinero viajando sola por Europa en los años 60. Las escenas que aparecen en la obra me recuerdan en cierta manera a las novelas de Carmen Martín Gaite que abordan esas intrahistorias de mujeres que han construido la historia de este país”.
Hay quienes atraviesan fronteras para poder sumar unos cuantos días más con vida… y hay quienes lo hacen para que les rebose el balance de cuentas. “Frente a esa figura femenina anónima y luchadora, mostramos a tres hombres exitosos, líderes y que son venerados como referentes contemporáneos dentro de las lógicas del dinero y la codicia. Recuerdo una imagen en televisión de Messi llorando porque se iba del Barça, del lugar en el que decía que quería estar, porque no le podían pagar su caché. La lógica del fútbol es la lógica del capitalismo y Messi decide guiarse por ella y anteponer su éxito económico en lugar de otras cuestiones”, afirma Palomares.
Así, la codirectora de la pieza subraya que ese contraste entre la historia de Angelines y Messi o El Rubius conforma un paradigma de la desigualdad tan grande que hay en nuestra sociedad. Por un lado, gente que migra por cuestiones tan básicas como el acceso a una educación, sanidad, trabajo… Y que ve cómo esas motivaciones son cuestionadas por los habitantes de territorios más prósperos. Y, por otro lado, seres tremendamente pudientes que se marchan de su hogar solo para poder seguir amasando más riqueza”. En la dramaturgia de la obra, explica Palomares hay “un ejercicio de burla y parodia hacia esos personajes poderosos. Sin embargo, socialmente se acepta que estas figuras célebres se marchen para seguir acumulando, sus seguidores no ven esas partidas de forma crítica, sino que se ha extendido la idea de que esto es un ‘sálvese quien pueda’ y de que cualquiera haría eso en su lugar”.
Llevar a las tablas su biografía familiar ha supuesto para Palomares una suerte de reconciliación con los aspectos menos fastuosos de su genealogía, pero también un ejercicio de reafirmación de la propia identidad. “Esta historia la he podido contar por los años que tengo, es un ejercicio de madurez y crecimiento, de comprender de dónde vengo. Probablemente, hace unos años me hubiese costado abordarla porque supondría exponer mi origen pobre, el origen humilde de mis padres. El sistema te marca y te impone la vergüenza, a nadie le gusta aceptar que tiene dificultades económicas, todos queremos creer y aparentar que somos clase media, aunque no sea cierto. Y renunciar a nombrarnos como pobres es una forma de desactivar nuestra capacidad de lucha”, admite el dramaturgo.
Al mismo tiempo, al convertir a su progenitora en protagonista teatral, ha podido explorar sus vivencias más allá de la anécdota fugaz y la tertulia de sobremesa, más allá del papel de hijo. Su madre antes de ser madre, su madre en coordenadas distintas a la crianza. “Ha sido una oportunidad para conocer realmente la figura de Angelines, descubrir su historia y pensamientos en profundidad; este proceso me ha servido para reencontrarme con ella y tomar consciencia de su trayectoria”, apunta Palomares. Y es que, como reflexiona Bayona, a menudo “no conocemos a nuestros padres más allá de ese rol y nuestros hijos tampoco saben quiénes somos como personas en otros aspectos de nuestra vida o por qué hemos pasado antes de llegar a la maternidad”.
Con este retrato de ornitología metafórica, Teatro de lo Inestable suma ya cuarenta obras puestas en pie desde la fundación de la compañía en 1997 y con Bayona, Palomares y Jacobo Pallarés al frente. “A lo largo de más de dos décadas hemos probado distintas formas de canalizar los procesos de trabajo. Entendemos el Inestable como espacio de libertad y últimamente lo que intentamos es que cada año uno de nosotros desarrolla el proyecto que desee según su impulso creativo y con su propio lenguaje. Durante ese ejercicio, el resto nos sumamos a cada pieza asumiendo el rol en el que podamos ser más necesarios, nos ponemos unos al servicio de las ideas de los otros, con plena generosidad. Eso, además, nos permite tener a cada uno tener tres años para gestar y macerar nuestras propias ideas y, así, no vernos arrastrados por esa inercia del sector que te obliga a estrenar continuamente nuevas producciones”, comenta Bayona. Además, Palomares señala como línea discursiva que vehicula la compañía desde sus inicios “un compromiso político en los temas que tratamos y en el modo en el que los presentamos. También hay una fuerte apuesta desde el inicio por las verdades personales, por reflejar nuestra propia voz”.
El texto de Galeano con el que arrancaba este artículo se cierra así: “En inmensas caravanas, marchan los fugitivos de la vida imposible. Viajan desde el sur hacia el norte y desde el sol naciente hacia el poniente. Les han robado su lugar en el mundo. Han sido despojados de sus trabajos y sus tierras. Muchos huyen de las guerras, pero muchos más huyen de los salarios exterminados y de los suelos arrasados”. Las ansias de una vida digna impregnan por igual a chorlitejos, cigüeñas y lechuzas.