MADRID (EP). Iberdrola registró un beneficio neto de 1.485 millones de euros en el primer trimestre del año, lo que representa un incremento del 40%, impulsado, principalmente, por su mejora de resultados en España y Reino Unido, informó la compañía. El resultado bruto de explotación (Ebitda) del grupo creció un 38% en el periodo de enero a marzo, hasta los 4.064 millones de euros debido, principalmente, a la recuperación del déficit de la tarifa regulada SVT en Reino Unido, el mejor desempeño en los países de la Unión Europea por la normalización de la producción y las menores compras de energía a precios más bajos que el año pasado, así como por el crecimiento en Renovables y Redes.
Por su parte, la cifra de ventas de la energética se disparó también en este primer trimestre hasta los 15.460,6 millones de euros, frente a los 12.150 millones de euros del mismo periodo de 2022. Este incremento en los números de la compañía se produjo a pesar del aumento en la partida de impuestos en el periodo, que alcanzó los 591,9 millones de euros, frente a los 311,5 millones de euros a cierre de marzo de 2022, como consecuencia fundamentalmente del mayor beneficio antes de impuestos, la inclusión del gravamen del 1,2% sobre ventas en
España y el registro el año pasado de la plusvalía por la reorganización de los activos de eólica marina en EE.UU cuyo resultado era neto de impuestos. Para el conjunto del año 2023, el grupo prevé un crecimiento del beneficio neto de un dígito medio/alto ('mid to high single digit'), sin considerar extraordinarios adicionales, impulsado por unas inversiones orgánicas de 12.000 millones de euros para este ejercicio.
La deuda financiera neta ajustada de Iberdrola se sitúa en 43.722 millones de euros a cierre de marzo, con un aumento del 8% respecto al mismo periodo del año pasado. Los fondos generados en operaciones ajustados (FFO ajustado) ascendían a 11.081 millones de euros en los últimos doce meses, con un aumento del 14% respecto al mismo periodo del año anterior. La empresa cuenta con una liquidez de casi 21.000 millones de euros, lo que le permitiría cubrir 22 meses de necesidades financieras sin recurrir al mercado. En un contexto inflacionista, el 74% de la deuda se encuentra a tipo fijo, con una vida media que supera los seis años.
Las inversiones de la compañía alcanzaron los 10.400 millones de euros en el primer trimestre de 2023, lo que supone un 9% más que el mismo periodo del año anterior. El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, destacó que este esfuerzo inversor y la normalización de las condiciones operativas han permitido al grupo "impulsar el crecimiento y seguir aportando valor a las sociedades de todos los países en los que prestamos servicio". "La necesidad de una mayor electrificación con renovables, redes y almacenamiento para avanzar en la descarbonización y la autonomía energética está siendo reconocida ya por la política energética y la regulación en nuestros mercados principales, en línea con la estrategia que venimos desarrollando desde hace más de 20 años", añadió.
El 91% de la inversión se destinaron a renovables -4.600 millones de euros, de los que un 30% correspondió a eólica marina- y a redes inteligentes -4.800 millones- para acelerar la electrificación y fomentar la autonomía energética. Este impulso a las inversiones, junto con una normalización de la producción en el primer trimestre de 2023, permitió incrementar la generación renovable a Iberdrola un 11% en el periodo y reducir las compras de energía realizadas en el ejercicio pasado a precios elevados. De esta forma, la compañía cuenta ya con 40.344 megavatios (MW) renovables en todo el mundo.
Así, la energética sigue avanzando en su plan estratégico 2023-2025 y el 60% de la nueva capacidad para 2025 está ya operativa o en construcción y el 100% de la inversión en redes está cubierta por marcos cerrados o en negociación. Además, gracias a los últimos dos acuerdos cerrados en este trimestre, la compañía ha alcanzado en tres meses el objetivo financiero de 7.500 millones de euros fijado en el plan de las alianzas estratégicas y a la rotación de activos para 2025. A esto se une que el grupo energético tiene el 95% de la producción vendida a diferentes plazos -corto, medio y largo plazo- con PPAs o con contratos bilaterales.
Entre las operaciones cerradas en el trimestre destacan el acuerdo amistoso para vender el 60% del negocio de México por 6.000 millones de dólares (unos 5.500 millones de euros aproximadamente) o las alianzas con el fondo soberano de Singapur (GIC) para coinvertir en el negocio de redes de transporte en Brasil o con Norges para nuevos proyectos renovables con una capacidad de 1.300 MW, entre otras.